Capitulo 4

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Pasado

Hollydence

Primeros días de nacido

Sonrio cuando veo que suelta un bostezo y procuro no despertarlo. No es porque sea su madre pero este pequeño quedó bien lindo.

—No es por nada pero se parece a mi de niño —suelta en un susurro el padre de mi amiga.

La tía Claire se ríe— Es igual a Holly de pequeña, solo debes ver las fotos Holden.

—Es adorable... —dice Lisa.

Asiento sonriente y mi pecho se llena de amor al darme cuenta que ahora tengo a un pequeño ser a mi lado que tendré que proteger y lo haré lo mejor que pueda.

Seré lo que el necesite.

Porque sí, es niño, un hermoso y valiente niño.

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—Cariño porfavor deja de llorar —le pido mientras lo acunó contra mi.

Ya le cambié pañal, le di de comer y no deja de llorar, lo peor es quee siento una pésima madre y no dejo de llorar con él.

Son las 4:50 de la madrugada y no se que le sucede, leí miles de libros sobre la maternidad y ninguno específica que jodida cosa se hace en estos casos.

Estoy desesperada y preocupada.

¿Y si está enfermo? ¿Y si es mi culpa? ¿Si lo estoy agarrando mal? ¿Y si no me quiere?.

Inhalo y exhalo, cuando la tía Claire aparece en bata por la puerta de mi habitación.

—Hey, Holly tranquila, es normal —me da una sonrisa— los bebés lloran.

Lo carga ella y lo cambia de posición logrando que el llanto cese.

—Perdón, es solo que yo...

Aiden se mueve y vuelve a llorar.

Mi corazón se acelera y no puedo soportar ver su carita desesperada que mira a todos lados, su llanto aumenta cada vez más, me ve y estira sus bracitos hacia mi, hace pucheros y las lagrimas en su pequeño rostro me hacen sentir la peor madre del mundo.

No se que hacer, no se si lo estoy haciendo mal, no se nada.

No puedo sola, no quiero hacerlo sola.

Claire frunce el ceño y mi corazón late demasiado fuerte.

—Quiero llevarlo a la clínica —manifiesto tomando el bolso con sus cosas.

—Es lo mejor, cariño.

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—Solo tiene cólicos —Menciona el doctor.

Dejo escapar el aire que tenía retenido y acomodo a mi bebé en mis brazos.

Está tranquilo y sus ojitos me observan como si fuera algo hermoso.

Me acaricia el rostro con sus manitas y le doy un beso provocando una bella sonrisa en su carita.

—Con la inyección que le coloque debería de solucionarse, si vuelve a tener el mismo dolor, usaremos otro método ¿Bueno?.

—Muchas gracias —agradezco y me guiña el ojo.

—Cualquier cosa que nesecites estoy aquí 24/7 —me entrega una tarjeta y la guardo en mi bolsillo.

Salgo y le informo a mis acompañantes lo que dijo el doctor, mis ojos se desvían hacia el televisor viendo la noticia de como el gran jugador alemán de baloncesto ha oficializado novia luego de haber ganado un partido.

Siento un nudo en la garganta y el pecho se me comprime cuando veo como sus labios toman los de ella y la levanta dando vueltas.

La cabecita de mi hijo reposa en mi brazos y balbucea como si quisiera llamar mi atención.

Dejo de mirar la pantalla y veo la mirada de pena que me brinda Lisa, niego con la cabeza y nos vamos rápidamente al auto.

Es lo que él escogió.

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El juego del destino #2Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz