El juego del destino #2

Capitulo 25

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Klaus

Es jodido... De un momento a otro, todo lo que creíste que era cierto, da un giro de ciento ochenta grados y te cambia la vida... Una sola noticia puede cambiarte la vida.

Aún no creo que tengo un hijo con la única chica a la que he amado durante mi adolescencia y estoy jodidamente seguro de que también en mi adultez.

No tengo idea de qué carajos sucedió en ese tiempo como para que de un día a otro terminaramos y ambos tuviéramos versiones jodidamente distintas.

Aún no hemos charlado de aquello, estas últimas dos semanas me he estado acercando al pequeño que es parte de lo que algún día fuimos Hollydence y yo.

Estoy agradecido con ella por como es Aiden hoy en día, si bien es pequeño aún, debo admitir que es maravillosamente perfecto, y no sé si es porque soy su padre o...

Dios jodido, soy padre.

Aún no lo creo.

Ese niño me tiene ganado desde que lo ví por primera vez, y cuando supe que es mío, se me hincho el pecho de orgullo y de sorpresa, miedo y otras emociones. 

Me sorprende que no me haya dado un maldito paro cardíaco.

Mi celular suena interrumpiendo el momento en el que hago dormir a Aiden en mis brazos.

Holly me mira con los ojos abiertos y toma a mi hijo desde mi regazo, lo lleva supongo que a la habitación y saco rápidamente el teléfono.

Gwen.

Corto la llamada y al instante aparece nuevamente su nombre en la pantalla, vuelvo a cortar y el nombre de mi padre es ahora el que aparece.

No he hablado con ninguno de los dos desde que me enteré de Aiden, he estado estás dos semanas de lleno acercándome a mi hijo, no he ido a ningún entrenamiento y casi no paso en mi departamento.

Sigo rechazando las llamadas y no paran. Suspiro y contesto a quien creo que era mi padre pero me equivoco apenas escucho el grito del entrenador.

—¡ULBRECHT! ¡¿DÓNDE CARAJOS ESTAS? NO CONTESTAS NI UNA PUTA LLAMADA HACE MAS DE DOS SEMANAS —se exaspera y yo alejo el móvil de mi oido— APARECES HOY MISMO O ESTAS FUERA DEL EQUIPO.

Cuelga la llamada y respiro hondo colocando en silencio el móvil.

Levanto la cabeza y miro directamente a los ojos de Holly y no logro descifrar la manera en la que me ve.

Pero odio no es.

—¿Muchos problemas? —pregunta despacio.

Le ofrezco una sonrisa nostálgica.

—Nada que no pueda solucionar...

Se queda en el marco de la puerta y apago el televisor antes de levantarme.

—Aiden lo pasó muy bien hoy —Me dice.

Lo llevamos al zoológico y no paraba de emocionarse apenas veía a todos los animales. Fuimos los tres como una pequeña familia... Acordamos esperar un poco más antes de contarle la verdad, dejar que se acostumbré a mi para que no me vea como un desconocido o solo como el amigo de su mami.

—Tenemos que hablar —Digo y sigo acercándome hasta quedar a unos centímetros de ella.

Su olor me envuelve en seguido y respiro profundo, había olvidado las sensaciones que una persona podía causarte.