El juego del destino #2

Capitulo 23

¡Y volvimos!

Perdón, sé que he estado muy desconectada estos meses, pero han sido algo agitados para mi, con el colegio y todo eso.

Esta novela la quiero terminar antes de que acabe el año, así se vendrán actualizaciones mucho más seguidas.

Saluditos y tomen agüita.

Por cierto... No olviden votar, comentar y compartir.

🥰🥰

✳️✳️✳️✳️✳️✳️✳️

Klaus

Podría haber imaginado cualquier cosa menos lo que tengo en frente mío en este preciso momento.

Holly tiene un hijo.

Nuestras miradas se conectan y no puedo evitar pensar en que siempre crei que esto sucedería con ella.

Pero ella.

—¡Mami! ¡Él es mi amigo! —dice el pequeño campeón señalandome.

La veo tragar grueso, signo de que está nerviosa.

—Lo iré a terminar de bañar —me dice y asiento entrando a su hogar.

Cierro la puerta a mis espaldas y escucho las risas del pequeño logrando que el pecho se me apriete.

Mi vista se dirige directamente a los cuadros colgados en la pared y me acerco viéndolos detenidamente.

Ella con su cuadro de graduación, una del bebé debiendo tener unos meses. Y por lo que veo un par de fotos recientes de ambos juntos.

Me siento mal, me siento mareado, me duele la cabeza, siento que no respiro bien.

Tomo asiento en el sofá... 

El parecido...

Los ojos...

El recuerdo...

La edad...

Debe tener dos o tres años, más no.

No sé cuánto tiempo me toma aquí sentado pero siento sus pasos y me levanto rápidamente.

Viene sola y creo que por la mirada que le di le hice saber mi duda.

—Está en su habitación, viendo una película. —me dice y respira hondo como si estuviera reuniendo fuerzas.

Trago saliva y la pregunta sale de mi boca antes de procesarla.

—¿Es mío? —le pregunto sientiendo el puto corazón en la boca.

Me mira dolida y hasta ofendida.

—No te hagas el idiota ahora, lo sabes perfectamente. 

La miro confundido.

—Si te pregunto es por algo, Argëlich. 

Niega con la cabeza y se abraza a si misma.

—Por supuesto que es tuyo Klaus. Nuestro.

Siento como todo en mi se rompe y hace mucho tiempo no sentía mis ojos aguarse.

—¿Por qué me lo ocultaste Hollydence? —Le pregunto dolido.

Frunce el ceño y se acerca a mi enojada.

—Yo no te oculté nada, tú no quisiste hacerte cargo.

—¿Qué? Pero si yo jamás supe de él ¿Crees que si hubiera sabido lo hubiera abandonado? ¿Eso crees de mi Hollydence?.

Traga saliva y me mira con los ojos cristalizados.