Capítulo 6

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Rin había evitado con todas sus fuerzas caer en el juego de Sesshomaru. Sin embargo, sus esfuerzos no habían podido obtener los resultados deseados.

Aquel hombre estaba empeñado en hacerla caer en su trampa. Y ella era débil... Tan débil que llegaba a deshacerse con facilidad entre sus manos. Era como el barro y él un experto alfarero...

Rin se dejaba moldear con facilidad por aquellas manos especializadas, que sabían perfectamente qué hacer y en dónde tocar.

—¿Te gusta? —le había preguntado el muy cretino, mientras pellizcaba sus pezones y observaba todo su deseo.

Le gustaba, claro.

Asintió sumisa, llevándose como respuesta una sonrisa retorcida por parte del hombre. Él también lo estaba disfrutando...

El recuerdo de cómo había llegado a invitarlo a su departamento era vago. Solo sabía que esa sección de besos en el auto, se había salido de todo control.

"¿Quieres subir?" Le había preguntado con su voz agitada. Él no lo pensó ni un segundo para bajarse del carro y cargarla en sus brazos.

"¿Estás loco? ¡No podemos entrar así!" Casi le había gritado en medio de su desesperación.

El hecho de que estuviese metiendo a un hombre a su departamento ya era demasiado. Tampoco quería hacer la situación más notoria.

Luego de rehusarse a aquella alocada idea, habían decidido ingresar como dos personas civilizadas. Aunque las ganas seguían intensamente esparcidas entre ellos.

Era deseo, puro y llanamente.

Al abrir la puerta de su humilde morada, su pequeña mascota salió a su encuentro. El animal se llevó una inusual sorpresa y reaccionó arisco ante Sesshomaru.

Su gato parecía gritarle, "Sácalo, es una pésima idea" pero ella había decidido ignorarlo. Acarició su pelaje y le dijo que se quedara quieto porque iba a estar un poco ocupada.

Rin se estremeció al pensarlo, ¿De verdad iba a hacerlo? Pero aquella pregunta ni siquiera pudo terminar de ser contestada.

El causante de todo un mar de sensaciones, empezó a besarla nuevamente, haciéndole perder una vez más la cabeza.

Maldijo a sus labios adictivos y alucinantes. Maldijo a su toque que no hacía otra cosa, que transmitirle sensaciones placenteras. ¿Por qué tenía que provocarle todas esas cosas? Se sentía frustrada por sus reacciones.

—Sessh... —jadeo incapaz de concluir la frase. El hombre estaba tan desesperado, atacando su boca como si la misma fuese a escapársele.

Su lengua jugueteaba en su interior con movimientos circulares, dándole a entender que ésta era apenas la antesala de lo que vendría después.

Y aunque quería ir un poco más lento, no pudo evitar contagiarse con el ritmo frenético de su acompañante.

Él estaba ansioso por subir al otro nivel. Finalmente, Rin le abría las puertas de su casa y no quería darle chance a que se arrepintiera. Quería hacerla suya esa misma noche y por fin declarar victoria.

Habían sido varias semanas de insistir, de perseguirla de manera sutil. Ella se negaba y huía. Aunque sabía que en el fondo se moría de ganas por decirle que sí.

Hasta que un día la muchacha no pudo soportarlo más y se lanzó en sus brazos reclamando su atención.

"No sé qué es lo que quieres, pero termina con esto de una vez" le dijo con su voz dulce y a la vez muy contrariada.

CORAZÓN ALMIBARADO | SESSHRIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora