Capitulo 10

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La futura madre no dejaba de observar aquel peluche, en forma de avioncito, que había comprado para su bebé. Aquella era una de sus últimas adquisiciones...

Rin lo acomodo en la cuna, de modo que se viera bien, junto con las almohaditas azules. La mujer empezó a doblar la ropita que le habían regalado, algunos de sus compañeros del trabajo.

Aquel había sido su último día laboral, hasta que pudiese retomar su empleo nuevamente. Obviamente, para ese momento, su bebé ya estaría en sus brazos.

La mujer se sentía muy emocionada, faltaban pocos meses para finalmente conocer la carita de su hijo. En esos seis meses, el vínculo que había creado con su pequeño, era demasiado grande.

Lo amaba.

Amaba a ese pequeño bebé, que en las noches no dejaba de lanzarle pataditas, como si de alguna manera, supiera que estaba llorando y quisiera consolarla:

"No estás sola, mami, estoy contigo"

La castaña masajeó su vientre con cuidado, sintiendo como se movía su hijo —Hola, mi amor —saludo Rin con ternura, sentada a la orilla de la cama.

Ella vivía sola en ese nuevo lugar.

Afortunadamente, en la constructora Shikon entendieron su situación y la trasladaron a la sede de Kawasaki... Allí las cosas eran más tranquilas, trabajaba desde la oficina y sus compañeros eran muy atentos.

En realidad, ella quería trabajar hasta el último momento, sin embargo, su jefe le había dicho, que ya era tiempo de que tomara su reposo prenatal. Aquello no le había alegrado mucho, puesto que no sabía qué hacer todo el día encerrada en casa.

Estar sin hacer nada le provocaba mucha ansiedad, porque no podía dejar de imaginarse el escenario, donde su bebé se adelantaba y ella no lograba llegar siquiera a la puerta para pedir ayuda.

Definitivamente, tener la mente ociosa no era algo bueno.

Por eso, Rin había tratado de hacer amistad con sus vecinos. A veces visitaba a una anciana, quien también vivía sola, las dos se sentaban a tejer y conversaban de muchas cosas.

Un día la anciana Kaede, tocó el tema del padre de la criatura. Sorprendiéndose de que una mujer, tan joven y bonita —como le había dicho ella—, fuese una madre soltera.

Rin se sinceró y le contó parte de la historia, le dijo que el padre de su hijo ni siquiera sabía de su existencia.

—¿Y qué piensas hacer cuando el niño, pregunté por su padre? —la anciana se enserio, de repente.

La muchacha no supo qué responder, puesto que no había pensado en eso todavía.

—Rin, no soy quien, para meterme en tus decisiones —le dijo Kaede, viéndola a los ojos —. Pero, en estos temas uno no puede pensar únicamente como mujer, porque cuando un niño viene en camino, uno deja de ser solamente una mujer, para convertirse también en madre.

»—Y tal vez las cosas entre ustedes como pareja no funcionaron, pero eso no quita el hecho de que ese niño también sea su hijo y que a lo mejor, ese hombre hubiese sido un buen padre.

Rin no pudo responderle a la anciana, porque en ese momento, había comenzado a llorar.

Kaede tenía razón, pero ella no entendía un par de cosas, ellos ni siquiera habían sido una pareja y Sesshomaru seguramente le hubiese dicho que abortara.

Ella había querido evitar ese momento, para no tener que escuchar la brillante solución que le daría, porque no sabía si iba a poder soportarlo; pero viéndolo desde el punto de vista de la anciana, lo mejor hubiese sido enfrentarlo, aunque aquello le rompiera más el corazón.

CORAZÓN ALMIBARADO | SESSHRIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora