Capítulo 24

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Cuando Rin volvió a ver a Dan, su conciencia no dejaba de recriminarle lo que hizo. 

El chico se mostraba sonriente como siempre, sin imaginarse lo que ella ocultaba. Sin duda sería un golpe fuerte para su recién iniciada relación. 

—Dan, debo decirte algo importante—le dijo cuando se sentaron en la mesa de siempre en aquel restaurante que se había vuelto su nidito de amor. 

— Oh, sí, por supuesto, te escucho— contestó sonriente sin esperarse lo que ella tenía para decir. 

—Sé que estamos iniciando nuestro noviazgo, pero hay algo que debo contarte antes. 

Rin no dejaba de darle vuelta a lo mismo sin terminar de hablar y esto preocupó a Dan, quien de inmediato quiso alentarla a proseguir. 

—Sea lo que sea puedes decirlo—le contestó, tratando de transmitirle confianza. 

—Tuve relaciones sexuales con mi expareja—le soltó la mujer sin rodeos. Lo mejor era decir las cosas de esa manera, no quería tener que disfrazar el terrible error que cometió.

Dan se quedó perplejo al escuchar semejante confesión. Sin duda, no se lo esperaba. 

—Sé que no debí hacerlo y no tienes idea de cuánto me arrepiento— continuó diciendo, mirándolo con genuino arrepentimiento.  

—¿Rin, pero qué significa esto?—quiso saber el chico, porque aquello parecía marcar el final de la relación. No se suponía que un noviazgo iniciara de esa manera. 

—Lo lamento, Dan. Si me das una oportunidad podremos intentarlo de nuevo. 

Dan era una persona noble y sincera, por mucho tiempo se había reprimido de entregar su corazón a cualquiera, y por mucho tiempo sintió que le sería imposible conseguir a su alma gemela. Pero entonces apareció Rin en su vida y ambos congeniaron al instante, en ese momento sintió que su búsqueda llegaba finalmente a su fin, pero no espero esto de ella. 

—No sé qué decir—fue sincero. 

—Entiendo que te sea difícil dar una respuesta. Puedes pensarlo y si es tu deseo seguir, estaré dispuesta a tratar de enmendarlo. 

—Rin—el hombre la llamó con voz seria—, creo que hay algo que no me estás diciendo—comentó. 

—¿Cómo qué?

Rin no entendió a qué se estaba refiriendo. 

—Mi decisión dependerá de que tu respuesta sea sincera—explicó, mirándola a los ojos.

La mujer esperó expectante a que él hiciera su pregunta. 

—¿Sigues amando a tu expareja?

Aquella cuestión tomó a Rin con la guardia baja, quien no pudo evitar que todos los sentimientos que sentía hacia aquel hombre se reflejarán en su rostro. Entonces Dan lo supo sin necesidad de obtener una respuesta. 

—Yo no sé qué decir…—trato de esquivar el tema, pero fue inútil.

—Necesito que seas sincera—aun así, Dan quería escucharlo salir de su boca. 

Luego de un par de minutos en silencio, Rin respiró profundo y se decidió a contestar con la verdad:

—Sí, lo sigo amando, pero este amor me hace daño. Yo necesito olvidarlo…

—No, Rin. No creo que las cosas funcionen de esa manera—le contestó con seriedad. 

Era evidente que Rin estaba siendo egoísta con el hombre a su lado, por lo que Dan decidió que la relación no tenía futuro alguno. Así que después de darle una sonrisa, se levantó de la mesa y se despidió de ella. 

—Si lo amas tanto como dices, tal vez deberías intentarlo nuevamente con él—fue su consejo antes de marcharse. 

La joven mujer se quedó sola en aquel restaurante, pensando en las últimas palabras dicha por su exnovio. Aquella relación había fracasado con tan poco tiempo de haber iniciado, eso significaba que aunque se empeñara en buscar a alguien más, las cosas resultarían igual, porque su corazón le seguía perteneciendo al mismo hombre. 

[...]

En la siguiente visita de Sesshomaru a su hijo, Rin decidió evadirlo. El ambiente era increíblemente tenso cada vez que se veían y el hombre trataba de enfocarse solamente en su primogénito, ya que no tenía caso retomar el tema de la reconciliación cuando ella había sido tan tajante en que no le daría una oportunidad. Aunque en el fondo quería insistirle, quería tocar a la puerta y ver si ella en algún momento lo dejaba entrar. 

De esa forma, Sesshomaru decidió que debía hacer algo más, debía intentarlo de nuevo. 

Antes de irse, esa tarde, se acercó a ella y quiso hablar. Sin embargo, cuando Rin vio que Sesshomaru tenía esa intención, se levantó rápidamente de la mesa y huyó. El hombre derrotado se marchó. 

El mismo comportamiento se fue repitiendo durante semanas. Esto había empezado a mermar la fuerza de Sesshomaru, quien empezaba a concluir que Rin realmente ya no lo quería. 

Las cosas se mantuvieron así hasta que un día simplemente la tomó del brazo para que lo mirara a la cara. La mujer no veía venir aquello, así que se quedó completamente paralizada. 

—Necesito que hablemos—exigió serio. 

—No hay nada de que hablar—la renuencia de Rin era tanta que Sesshomaru no sabía qué hacer. 

Quizás la palabra "perdón" y "oportunidad" no existían en su vocabulario, por lo que debería dejar de insistir y dejarla en paz. Pero la amaba tanto, que no quería que las cosas terminarán así…

CORAZÓN ALMIBARADO | SESSHRIN Where stories live. Discover now