Capitulo 9

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Las semanas fueron transcurriendo rápidamente. Las náuseas matutinas se volvieron recurrentes en la vida de Rin, al igual que los mareos.

Su compañero Hoshida, siempre tenía un ojo puesto sobre ella, puesto que la castaña aún no había notificado su embarazo y seguía trabajando al límite como si nada extraño pasará.

Él tenía mucha curiosidad al respecto, pero no se atrevía a preguntarle. Sin embargo, aquella tarde cuando la joven se mareó de repente, el hombre se animó finalmente a tocar el tema:

—Rin, ¿no piensas notificarlo? —preguntó con cautela.

La muchacha lo miró al instante.

—Ya sabes, no creo que te haga bien estar en tanto ajetreo. Lo mejor para ti sería notificarlo y así quedarte trabajando desde la oficina. Piénsalo.

Rin únicamente asintió.

Hoshida tenía razón, sin embargo, el motivo por el cual no quería notificar su embarazo, iba un poco más allá. Ella no quería que aquella información llegará a otros oídos.

Los oídos de un hombre en particular, el cual no había dejado de presentarse en la obra, con la única excusa de verificar que sus demandas se estuviesen cumpliendo.

Pero, Rin sabía que aquello no era así, porque él no perdía oportunidad para molestarla.

¿De verdad podría ocultarle el bebé, trabajando para él?, se preguntó ella. Eso parecía ser simplemente imposible.

[...]

A la mañana siguiente, Rin se levantó muy temprano como de costumbre. Antes de que la joven pudiese alistarse para ir a su trabajo, la mujer recordó su último ultrasonido.

Rin sonrió, al recordar cómo se escuchaban los latidos del corazón de su bebé.

Aunque en un comienzo había considerado no tenerlo, ahora aquella idea le parecía absurda. Ella estaba feliz, por esa criatura que venía en camino para llenarla de alegría.

La castaña no pudo evitar preguntarse, cómo sería su hijo. De alguna manera, le emocionaba la idea de que se pareciera al padre. En realidad, quería que sacará sus ojos y su color de cabello.

Rin negó, mientras lloraba. ¿Cómo podía seguir siendo tan tonta?, se preguntó. A pesar de todo lo que le había hecho, ella lo amaba y...

Ella sabía que era su deber decirle. Ese niño también era su hijo, porque obviamente no lo había hecho sola. Él tenía la misma responsabilidad que ella, y tal vez no reaccionaria tan mal si se lo contaba...

Sin embargo, mientras más sopesaba aquella posibilidad, ella no podía dejar de imaginárselo acusándola de haberse embarazado a propósito.

"¿Acaso creíste que con un hijo ibas a amarrarme, Rin? Te pensé menos tonta"

—¡Ya basta! —Rin limpió sus lágrimas y decidió no seguir atormentandose con lo mismo.

En algún momento, tendría que tomar una decisión y esperaba que pudiese elegir la correcta. Después de todo, lo único que importaba era el bienestar de su bebé.

Realmente, a Rin le había costado mucho trabajo decidirlo. Fueron exactamente, dos días de insomnio. Luego de aquellas noches, en las que le costó conseguir el sueño, ella llegó a la conclusión de que él debía saberlo.

Su hijo tenía derecho a tener un padre. Y no iba a ser ella quien se lo negara.

Así fue como Rin terminó enviándole un mensaje a Sesshomaru, con la finalidad de citarlo en el café donde lo había visto por primera vez.

CORAZÓN ALMIBARADO | SESSHRIN Where stories live. Discover now