Capitulo 13

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—Señora Kaede, ayuda, por favor—solicitó la joven por medio de una llamada telefónica.

Un estrépito le siguió a aquellas palabras y Kaede se levantó inmediatamente de su sillón. No sabía que estaba sucediendo en la casa de su vecina, pero por el tono de su voz no debía de tratarse de algo bueno.

—¡Rin! ¡Rin!—la mujer tocó la puerta de la chica con insistencia, pero nadie atendió a su llamado. Sin embargo, los gritos fueron lo suficientemente fuertes para alertar a otros vecinos—. Me llamo hace un momento, creo que le ocurre algo—le comunicó la anciana a un hombre que se había acercado a ayudarla.

De esa manera, la puerta de aquella casa fue abierta. Kaede se apresuró en dirigirse a la habitación de la muchacha, encontrándose así a una Rin que lloraba en el suelo.

—¡¿Qué pasa?!

—Estoy sangrando—contó la joven con lágrimas en los ojos.

Un vistazo de la anciana fue suficiente para comprobar lo que la chica le decía, Kaede salió de la recámara y le informó al mismo hombre que la había auxiliado que llamara a una ambulancia.

Rin no dejaba de llorar mientras era trasladada al hospital. Tenía miedo, mucho miedo de lo que pudiese ocurrir en ese sitio. No quería perder a su bebé, no quería que nada malo pasara.

Afortunadamente, Kaede estuvo en todo momento a su lado, comportándose como una verdadera madre. Rin fue recluida en una habitación de aquel hospital para ser supervisada por el médico.

El desprendimiento prematuro de su placenta no había ameritado inducir al parto, pero si había ameritado permanecer bajo supervisión hasta que su bebé madurara lo suficiente.

Rin contaba con un seguro médico que cubría una parte de los gastos, pero la otra empezaba a escapársele de las manos. Por el momento, la mujer había decidido mantener la calma ante aquella situación.

—Voy a acompañarte esta noche—informó Kaede, sentándose junto a ella.

—No es necesario, señora Kaede. Debe sentirse muy cansada. Vaya a su casa, por favor.

—¡De ninguna manera! ¿Quién cuidará de ti entonces?

—Se supone que estoy en un hospital, eso quiere decir que estoy en buenas manos—sonrió la joven tratando de transmitirle confianza. En realidad, Rin no quería que se marchara porque sentía miedo.

La anciana negó tercamente y permaneció con ella durante esa noche. Para Rin fue casi imposible dormir, se sentía incómoda y preocupada.

Kaede le había mencionado que debería avisarle al hombre de cabello platinado, sin embargo, ella no sabía qué decirle. Era una situación muy extraña, sin importar el ángulo en que la evaluará.

A la mañana siguiente, las ojeras en los ojos de la anciana eran bastante evidentes. Rin se sintió culpable y decidió insistirle nuevamente para que fuese a descansar, esta vez Kaede asintió sin rechistar, pero puso una condición antes de marcharse:

—Llámale—le dijo.

La muchacha respiró profundamente antes de tomar su teléfono. La idea de llamarlo le generaba mucho estrés, por lo que optó por escribir un mensaje:

"Las cosas se complicaron. Estoy en el hospital" puso y adjunto la dirección del sitio.

Kaede esperó por la respuesta del hombre, la cual no tardó en llegar. El celular de Rin comenzó a sonar casi al instante, en un principio la muchacha no quería contestar la llamada, pero una mirada por parte de la anciana bastó para darle el valor necesario.

CORAZÓN ALMIBARADO | SESSHRIN Where stories live. Discover now