Capítulo 27

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Rin estaba cansada, pero feliz. Había tenido un día duro de trabajo, pero había terminado un proyecto importante. Estaba deseando llegar a casa y ver a su pequeño, Ren.

Cuando llegó a la oficina de Sesshomaru, se sorprendió al verlo con una mujer. Estaban hablando en voz baja y entre susurros.

Rin se sintió herida y traicionada. Recordó la infidelidad de Sesshomaru con Kagura y pensó que se estaba repitiendo la historia, lo cual no lo iba a permitir.

Se acercó a Sesshomaru y a la mujer, con una actitud altiva. Nunca más la humillarían.

—¿Qué estás haciendo?—le preguntó a Sesshomaru, odiándose a sí misma cuando su voz tembló.

Sesshomaru se sorprendió al ver a Rin. No la esperaba, por lo general, era él quien pasaba a recogerla a su trabajo.

—¿Qué pasa, Rin?—quiso saber si había ocurrido algo, que ameritara su presencia tan de repente. 

—¿Quién es ella?—indago, señalando a la mujer. Rin quería respuestas. 

—Es una amiga—le dijo Sesshomaru y se reprendió al instante por eso. Había metido la pata y lo supo por la expresión de decepción que apareció en el rostro de Rin.

—¿Una amiga?—la incredulidad manchaba cada una de sus palabras—. ¿Una amiga con la que estás hablando en secreto?

—No es lo que parece—le dijo de inmediato, sabiendo lo que estaba pensando.

—¿No es lo que parece?—los ojos de Rin se llenaron de lágrimas—. ¿Pero qué más parece?

La mujer se dio cuenta de la tensión en el ambiente y se levantó para marcharse. Lo último que deseaba era causar problemas en la pareja.

—Lo siento—se disculpó—. Lo mejor será que me vaya.

Luego de marcharse, un silencio estremecedor se apoderó de la oficina. 

—¿Qué es lo que parece? 

Las manos de Rin se encontraban empuñadas, la verdad era que no iba a soportar una infidelidad más de su parte. Si Sesshomaru se atrevía a faltarle el respeto nuevamente, ella se iría de su vida para siempre, sin mirar atrás ni por un segundo. 

—Es… no puedo decirte—se cortó sabiendo que con cada segundo se hundía más y más, pero realmente no podía revelarle la verdadera razón de la presencia de esa mujer. 

—¿Ah, no puedes decirme?

«Cometí un error», pensó Rin, echando por la borda todo lo que habían logrado hasta el momento. Se había equivocado al darle una nueva oportunidad, era obvio que los tipos como Sesshomaru no cambiaban, y había sido estúpido, de su parte, pensar que sí podía llegar a ser diferente. 

—Me voy. 

Rin quiso irse, pero Sesshomaru no se lo permitió. 

—Espera. 

—¡No, no me toques! Y está de más decir que no quiero que te aparezcas en la casa—le contestó tajante. Para ella no había nada de que hablar. 

Por más que Sesshomaru le insisto que le diera tiempo para explicarle lo que sucedía, ella se rehusó, alegando que no iba a volver a creer en sus mentiras. 

Esa noche, el hombre no se presentó en la casa para no molestar a Rin, pasó la noche en un hotel y asistió temprano a su trabajo como siempre. 

Por otro lado, Rin se despertó con un sentimiento de tristeza en el pecho. Miró a su lado de la cama y vio que Sesshomaru no estaba. Recordó que el día anterior le había dicho que no se presentará en casa.

CORAZÓN ALMIBARADO | SESSHRIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora