Capítulo 8

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Logan

Vamos tarde.

Jodidamente tarde.

Eso es lo único que he dicho por los últimos diez minutos mientras aporreo la puerta de Delle una y otra vez. Es impresionante el tiempo que se toma en decidir qué maldito atuendo usar. Joder. Estoy seguro de que, si no sale en los próximos cinco minutos, romperé el picaporte, la sacaré de ahí en pelotas sobre mis brazos, la subiré al coche y fin de la historia.

No es mala opción, ahora que lo pienso.

Tuvo tiempo, mucho tiempo. El suficiente como para ducharse, arreglarse y decidir qué atuendo usar, pero absolutamente nada de eso sucedió. Al contrario, yo fui el primero en despertar. Tuve un intenso entrenamiento por la mañana y al llegar al piso, me duché, me vestí y vuala. Ya estaba perfecto y listo en menos de una hora.

Pero cuando creí que Delle también lo estaría, la encontré a ella y a su bonita cara adormilada en el pasillo, encaminándose hacia el baño. Abrió la boca y muy lentamente dijo: Lo siento, olvide activar mi alarma.

No me jodas.

No la culpo del todo, ayer regresamos a casa a altas horas de la noche de la fiesta de Jayden y pude escuchar desde mi habitación como conversaba por teléfono con alguien y... No. A la mierda. No la justificaré. Eso no quita el enfado por el retraso.

Hoy es el famoso juego de polo familiar y estoy nervioso. Mierda, hasta confesarlo me ha puesto todavía más de nervios. ¿Cuándo YO he estado nervioso alguna vez? Nunca. Y no me está gustando para nada esta sensación.

¿Estoy nervioso por ver a mis padres y presentarles a Delle como mi novia? Eso es pan comido, ¿nervioso por el juego? Jamás lo he estado, ni lo estaré. Así que aquí solo queda una opción: Estoy nervioso por Delle. Más bien, por Delle en el juego o Delle sobre un caballo jugando una partida de polo aferrándose al caballo para no caerse, justo como lo hizo ayer. Sí, eso es. Recrear la imagen en mi cabeza me ocasiona un pequeño vuelco de nervios en el cuerpo.

Cabe decir que la lección no estuvo nada mal, Delle logró controlar a Coral y después de unos cuantos sermones cabalgó de maravilla. Le enseñe buenas tácticas, supo controlar la línea de la pelota, etc, etc, etc. Incluso al finalizar, tuvimos una partida de una hora. En donde en toda esa hora, era ella sobre coral intentando derribarme y golpear la pelota, y perdiendo la paciencia cada vez que no lo hacía. No ganó, pero al menos se esforzó.

Y claro, mejoró un montón de, a no saber cómo subirse a un caballo a defender bien la portería como si fuera toda su vida. Fue un gran avance. La verdad que me merezco un premio al mejor profesor de polo.

Aun así, estoy que me duelen las pelotas de los nervios. ¿Acaso eso es normal?

—CINCO MINUTOS —palmeo su puerta cuando paso y me encamino hacia la cocina. Necesito algo para tranquilizar los malditos nervios. Porque cuando salga la asesinaré.

Al llegar, me encuentro con tres chicos mirando entre la dirección de la habitación de Delle y yo, como si fuera un partido de tenis. Me sorprende que aún no hayan venido personas a quejarse o Gabe a reprendernos para darnos el primer strike. Uau. Es increíble que todavía no hayamos obtenido ni uno. Enserio.

Blair suelta un bostezo y niega con la cabeza mientras se prepara un licuado. Aún sigue en pijama y por la pinta que lleva, parece que nuestros gritos la despertaron. Justin trae el cabello húmedo por la ducha que tomó en los vestidores del campus y se devora una manzana al tiempo que checa su móvil. Y a su lado está Jayden que...

¿Qué cojones hace Jayden aquí?

—QUE YA VOY —Delle chilla.

—PUES NO PARECE.

Querida, DelleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora