Querida, Delle

Capítulo 25

Delle

En el set de grabación por fin ha llegado el momento y la hora en que tenemos que grabar las escenas sensibles de mi cortometraje y eso me tiene vuelta loca.

Porque número uno; quiero que todo quede perfecto y que todo el mundo comprenda el mensaje.

Y número dos, porque se me vienen flashbacks a la cabeza y es... horrible.

He logrado estar con la mente en alto en todo el rato y vaya que lo he logrado bien. Al principio me costó un montón, pero después me di cuenta de que no había nada de qué temer.

Eso había quedado ya en el pasado. ¿Verdad?

La escena comienza y yo me mantengo en silencio al tiempo que observa la actuación de los chicos. La nueva chica que actúa de Delle es impresionante. Llegó a mi como un golpe suerte un día después del casting.

Con un ojo observo la escena y con el otro estoy al pendiente de la rueda de prensa de Logan. Hoy se anunciará al público su llegada al Real Madrid. Comienza a jugar oficialmente con los grandes en la siguiente temporada que está a la vuelta de la esquina. Es impresionante.

Cuando me confesó que el director lo había contactado, no me sorprendió en lo absoluto. Logan es capaz de muchas cosas. Él nació para el deporte y desde muy al fondo siempre supe que ese siempre ha sido su sueño. Estoy súper contenta por él.

Cumplió uno de sus más grandes sueños sin la ayuda de su padre, ni tampoco dándose a reconocer por su apellido y eso me hace sentirme demasiado orgullosa. Jamás pararé de decirlo. Estoy feliz por él porque sé que todo esto es apenas el inicio de su carrera.

La transmisión está a punto de comenzar y ya veo a todos los directores y algunos periodistas esperando a que sea la hora para empezar. Pero no veo a Logan en ningún lado. Mi ceño se frunce. Madre mía, por favor que no se haya quedado dormido o algo por el estilo. Lo asesinaré.

O quizá sea lo lento del wifi de la villa en donde nos encontramos grabando.

—Señorita Delle —Marietta me susurra. Parece apresurada.

—Marietta, ¿Sabes si el internet está funcionando bien aquí? —inquiero, bajito, solo hacia ella. Ella saca su móvil de prisa.

—Mmm, sí. Todo funciona excelente —asiente y vuelve a ponerme esa cara apresurada—. Y, señorita Delle...

—Estamos en grabación, Marietta —le murmuro y señalo la escena que se graba justo frente a nuestros ojos.

Ella se enrosca un mechón de cabello pelirrojo en el dedo y la veo mirar hacia la entrada de la villa con notable angustia.

—Tiene una visita en la entrada —vuelve a susurrarme.

—Pues dile que entré cuando la grabación terminé.

—Eso es en tres horas —hace una mueca. Yo me encojo de hombros—. Es que luce demasiado apurado.

Mi ceño se frunce. Si se trata del Sr. Brooks no estoy de ánimos para lidiar con su machismo de nuevo. Es muy temprano y esto apenas está comenzando.

—¿No puede esperar?

—Es que lleva esperándola ya media hora.