Capítulo 18

3.9K 199 183
                                    

Logan

Me encuentro en los vestidores recién duchado con una toalla rodeando mi cintura y un dolor de huesos de mierda. Ha sido un entrenamiento de muerte bajo el sol y sudoroso, pero no es queja. Me encanta el deporte. Y más en esta época de exámenes parciales en donde necesito sacar todo el estrés acumulado de estar con el culo en las mesas de la biblioteca por horas, leyendo y apuntando.

Necesito un equilibrio y el deporte me lo da.

Además de los exámenes, la siguiente semana nos visitaran algunos directos deportivos. Así que debo estar preparado para dar una excelente impresión y más porque soy el capitán del equipo.

Los chicos están muertos de nervios, sin embargo, a mí no me preocupa para nada. Si soy bueno, les interesaré. Y no hay manera de que no lo haga.

Porque ya he recibido un montón de correos de algunos directores deportivos, pero ninguna logra convencerme. No lo voy a negar, los correos me han puesto a sobre pensar por las noches sobre, ¿Por qué demonios no puedo aceptar las propuestas y ya?

Pero la verdad es que siempre termino igual: poco convencido, dubitativo y sintiendo que algo falta. No me siento parte del club aún. Y en serio quiero encontrar un equipo con el cual pueda conectar como lo hago con mis chicos. Sé que lo encontraré al final de todo y llegará el indicado.

A mi abuela le emocionaría demasiado esto. Siempre supo que seria uno de los chicos más cotizados en los clubes deportivos.

Luego de una deliciosa y helada ducha nos reunimos detrás de los vestidores, en una sala donde el director suele charlar sobre nuestro posicionamiento entre otras cosas. Ah, la sala en donde les advertí a los chicos por primera vez sobre Delle y lo cabrona que era. Esa misma.
Vaya giros de la vida.

—La próxima semana comenzarán las visitas de los directores deportivos más importantes de Milán —la voz del entrenador Sanderson hace eco en la sala.

El suspiro de nervios de Jay también hace eco. Anton eleva la mano.

—Anton —dice el entrenador.

—¿Qué organizaciones nos visitarán? —pregunta. Los demás asienten teniendo la misma duda.

—No puedo decirles, no quiero generarles nervios.

—Mierda, ahora tengo más nervios —musita un chico.

—Solo les comentaré que realmente se esfuercen y lo den todo en la cancha. La temporada pasada se llevaron a solo seis. El resto encontró otras metas, muchos lograron triunfar en el fútbol y salieron por delante. Y algunos terminaron trabajando en Barnes & Noble. Me tope a uno antier —suelta algo inquieto, eso ultimo.

—Ey, yo trabajo ahí los sábados —uno de los chicos se queja.

—Joder, es cierto. El increíble Milton Modric terminó en el Club Barcelona y sigue siendo una estrella —Justin menciona.

El jodido Milton Modric. Una celebridad en los tiempos de universidad de Leo cuando él asistía a Louge. Decía que todos estaban enamorados de él y que era increíble en la cancha. Lo vi triunfar en mi primer año de universidad. Fue como ver a una superestrella alcanzar la meta.

—Vi que pasó en primera división hace menos de un mes. Es una bomba —comento, consternado de brazos cruzados.

El entrenador asiente.

Querida, DelleWhere stories live. Discover now