Capítulo 20

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Delle

Había bailado un montón en el club, pero no tanto para quedar así de agotada.

Me sentía excesivamente pesada,

también abrumada,

y exageradamente culpable.

Siento un incomodo tirón en el pecho de culpa al tiempo que me froto el jabón por todo el cuerpo, como si quiera borrar cualquier rastro de angustia. Pero no lo logro.

Vi la oportunidad de huir del club y lo hice. Corrí lo más rápido que pude, sin mirar atrás. No sabía a dónde iba, solo quería alejarme de ese caos. Llegué a la salida cuando me topé al padre de Logan. Siguió con su propuesta de manipulación y lo evite. Pero eso no evito que estuviera pensando como loca en sus palabras toda la noche.

Lo evadí y le dije a Mickey que me llevara al hotel. No me importaba nada. Solo quería olvidar.

Ahora me siento culpable por haber dejado a Logan solo. Él no se merece eso. Hui como cobarde de ahí sin mirar atrás. Pero también lo había hecho por miedo, ya no quería que el maldito numero desconocido me siguiera texteando. Porque había descubierto a Logan con Chiara antes de que se acerca a mí con mi botella de agua.

Trago saliva.

Tiene que haber una explicación, pero ¿y si solo estoy siendo estúpida?

¿Por qué Chiara besaba su mejilla? ¿Había algo entre ambos que escondían? ¿Y si Logan no era completamente sincero conmigo como decía su padre? ¿Si estaba mintiendo? Eso significaba que, ¿la buscaba por yo no era suficiente?

No lo era de nuevo y yo me daba cuenta. Porque alguien una vez me había dicho que era muy fácil de manipular.

No quiero que sea verdad.

No quiero volver a ser tan fácil de manipular. No quiero ser así de inútil.

Chiara si puede lidiar con los paparazzi y su club de fans. Ella pertenece a ese mundo. Pero yo no, no soy lo suficiente para él. Me siento como una carga y una vergüenza. Madre mía, realmente nadie quiere que este con Logan

¿Y si esa es la respuesta? ¿Solo soy el capricho de una semana y ya?

Al fin de cuentas, el padre de Logan lo conoce más que yo y...

Hundo por completo el cuerpo en la tina y permanezco debajo, entre el agua y la frialdad. Solo quiero callar todo. El agua entra por mis fosas y mis pulmones empiezan a llenarse de agua.

Pero entonces, un momento exacto de mi vida se me viene a la mente como vago recuerdo y no lo acallo. Lo dejo pasar.


Veinte de julio, acababa de cumplir los dieciocho años. Había tenido una fiesta sencilla y pequeña solo con las personas que me importaban mucho en ese entonces. La había organizado con ayuda de mi hermana y de James.

Permanecía sentada en el sofá de la casa de mis padres, viendo una película con James. Habíamos decidido ver Duro de matar. Era una de sus películas favoritas, también mías, aunque fuera mucha acción para mí. Él tenía el brazo alrededor de mi nuca y me acariciaba la pierna lentamente. A veces me daba la impresión de que quería llegar a algo con esas caricias, pues las hacia todo el tiempo. No me molestaba.

—¿Te gusta la película, mi amor? —me preguntó James de un momento a otro. Mi amor, era el apodo que me decía cuando estábamos así de tranquilos. En nuestro momento de paz.

—Sí, está buena —asentí y tomé un puño de palomitas del recipiente que sostenía él y me lo llevé a la boca.

—Me alegro. Sabes que te quiero mucho, ¿verdad?

Querida, DelleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora