ᐧ =͟͟͞♡ 𝑆 𝐷 ༚ ˳✧༚ ｡˚ ⤾
╰┈➤ׂׂ Cuenta una leyenda, que siglos atrás el gran brujo Silas tuvo una visión...
Una visión sobre una chica que sería la redención de una familia rota por traiciones, paranoia y supersticiones.
Ella vendría junto a una...
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VENUS POV:
¿Qué demonios quiere Katherine?
¿Qué hace aquí?
¿Por qué se hizo pasar por Elena?
¿Por qué apareció justo ahora?
Todas esas preguntas rondaban por mi mente desde que Damon me advirtió que Katherine había vuelto a Mystic Falls.
¿Será que quiere a Stefan para ella?, no lo sé. Digo, ahora está con su doppelgänger y Katherine está loca, es lo más probable. Pero siento que no es así, hay algo más por lo que ella regresó a Mystic Falls, estoy casi segura que no solo tiene que ver con la relación de Elena y Stefan. Esto va más allá, o eso presiento yo.
Seguía pensando y uniendo el falso rompecabezas que se encontraba en mi mente, hasta que escuché unos toques en la puerta.
— ¡Ya voy! — grité saliendo de la cocina.
Espero y no me vengan con otro problema, porque en serio terminaré suicidándome.
— ¿Qué pasa, Damon? — pregunté al pelinegro de ojos azules al abrir la puerta.
— Vaya, Venus. ¿Así recibes a tus visitas?, ni un hola Damon, ¿cómo estás? — exclamó él con sarcasmo y haciendo sus extrañas muecas. Típico en él.
— Damon, no estoy de humor. Así que si no me dirás a que vienes, mejor lárgate, porque llegaré tarde al Instituto y Elena al parecer se quedó con Stefan anoche — respondí malhumorada y con un cansancio palpable en mi tono de voz.
— Bien, bien. Solo quería venir a verte. Ya sabes, eres mi única amiga, en la única en la que puedo confiar y más importante, la única que me cae bien — dijo Damon.
— Ayyy, pero que ternurita — dije dándole paso para entrar a la casa — Damon el sociópata tiene sentimientos — agregué apretando una de sus mejillas con mi mano.
Inmediatamente quitó mi mano de su mejilla con una sonrisa mientras rodaba los ojos.
Algún día lo prostituiré, apuesto a que me volveré millonaria. Es un papucho, tiene una cara digna de prostituto.
Seguimos de camino a la cocina, terminé mi desayuno y Damon colocó mi mochila sobre sus hombros para irnos.
— Vamos, Merida. Sino, llegarás tarde — me apuró Damon desde el umbral de la puerta.
Agarré las llaves de la casa y salí rápidamente detrás de Damon, hoy él me llevaría al instituto, casi siempre lo hacía. Supongo que se convirtió en mi mejor amigo.
