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• Visit to Elijah •

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/VENUS POV:

Estaba en el sótano en donde se encontraba el cuerpo de Elijah, me robé un par de bolsas de sangre de la mansión, y había hecho un hechizo insonoro al sótano.

— Bien, tú puedes hacerlo Vee — me alenté a mi misma colocándome encima de Elijah dispuesta a quitarle la estaca del pecho — Tú puedes hacerlo — dije de igual forma, agarré la estaca y la saqué de su pecho, me distraje observando su rostro grisáceo, si que lo había extrañado, acaricié su mejilla y se levantó exaltado.

— No puedo...no puedo respirar — dijo buscando aire, mierda, no fue invitado. Lo saqué de la Mansión, agradecía el hecho de que nadie se encontraba en la pensión.

— Puedes pasar — dije invitándolo a la casa ya que estaba a nombre de Elena y el mío, pues yo seguía siendo parte humana y entró.

— ¿Qué ha pasado? — preguntó confundido, hice una seña para que guardara silencio y me siguió nuevamente al sótano, al estar allí coloqué nuevamente el hechizo y cerré la puerta.

— Te clavaron la daga y te la acabo de quitar, nadie lo sabe y necesito que no hagas nada, por favor — pedí y asintió — Te traje algo de comer, imaginé que tendrías hambre así que vine a comer contigo — agregué con una sonrisa inocente.

— Venus, ¿me quitaste la daga solamente para comer conmigo? — preguntó incrédulo.

— Si, no quería comer sola — mentí.

— Me estás mintiendo — atacó acercándose a mi.

— Si, miento pero no te debo una explicación — contraataqué y suspiró.

— No te obligaré a que me digas la verdad.

— Mejor vamos a comer, me dio hambre — admití con una mueca y sonrió.

— Ten, te traje estas para ti y estas para mi — dije sacando las bolsas de sangre de la pequeña canasta que había encontrado en la mansión.

— ¿Qué ha pasado mientras estuve dormido? — preguntó tomando un poco de sangre.

— Isobel, mi madre biológica, nos llevó hacia Klaus pero luego se suicidó y nos dejó ir. Inicie mi proyecto de historia pero me falta mucho y estoy faltando a clases — respondí y agregué los ultimo tratando de relajarlo ya que al nombrar a Klaus se tensó.

— ¿Te hicieron daño? — preguntó acercándose a mi y colocando una mano en mi mejilla.

— No, estoy bien, Lijah — respondí disfrutando su tacto, me senté en el piso y Elijah se sentó enfrente de mi.

𝑉𝐸𝑁𝑈𝑆  𝐺𝐼𝐿𝐵𝐸𝑅𝑇 ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora