12-Hora de cumplir mi palabra.

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Lia.

El zumbido de mi teléfono me despierta abruptamente.

—¿hola?  – susurro medio adormilada.

—Ven por mí, por favor – ruega Linzie del otro lado de la línea.

—Voy.

Me toma un tiempo despertarme por completo, pero su noto de desesperación hace que me mueva aún más rápido.

Aun en pijama subo a ledy en la parte de atrás de mi jeep y arranco con dirección de mi amiga.

No tardó mucho en llegar, al ser de madrugada las calles están casi vacías.

Mi dulce acompañante no entiende mucho qué está pasando, pero, aun así, se queda quieta en la parte de atrás.

Me detengo frente al viejo edificio, encontrándome con Linzie sentada en la acera llorando, junto a una pequeña maleta.

Al percatarse de mi presencia se levanta rápidamente para entrar al auto y abrazarme con mucha fuerza.

—Calma – Ledy se acerca para empezar a lamer sus manos.

—Hola Ledy.  – la saluda al separarnos.

—¿Qué paso? – pregunto al arrancar.

—Me quebré...— su mirada está fija en la carretera – no aguante más. Así que les dije que no me sentía cómoda con la manera en la que me trataban, así que lo intenté. No funciono. Me dijeron desagradecida, y que si tanto me molestaba que me fuera... Y eso hice.

—Hiciste lo correcto – saco la mano de la palanca de velocidades para tomar la suya haciendo que por fin me mire a los ojos.

—Lamento esto, yo no debí llamar, pero eres la única persona en la que realmente confío.

—Yo te pedí que lo hicieras y no es ningún problema.

—Gracias... De verdad, gracias – le dedico una pequeña sonrisa.

—¿comiste?

—No, no puede. Ni siquiera pude sacar mis cosas.

—¿no te dejaron sacar tus cosas?

—No, dicen que es parte de la paga por dejarme vivir con ellos.

—Eso no pasará, mañana vendremos y sacaremos tus cosas y me importa muy poco lo que ellos digan – declaro molesta.

—No, que se queden con eso si es necesario, yo no quiero nada de ellos. Trabajaré y comparé cosas nuevas.

—Si tú lo dices...

—Lia – murmura después de unos segundos en silencio.

—¿dime?

—¿la oferta de vivir contigo sigue en pie?

—Por supuesto que sí – le sonrío.

Al despertar lo primero que hago es tomar mi teléfono y marco al número que por mucho tiempo he tenido miedo de llamar.

Llamo Una vez...

No contesta.

Llamo una segunda vez...

Tampoco.

Es normal, debe estar ocupado.

Al tercer intento contesta.

—Padre - saludo animada. No he podido hablar con mi padre desde que llegue, y sé que él no llamara, así que mejor lo hago yo.

Está bien dejar el orgullo...

HORA DE LA MUERTEWhere stories live. Discover now