Capítulo III

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- ¿Por qué ese señor huele como yo mami?, dijo mirando como Mew entrenaba con los centinelas de la manada -Su aroma me da sueño.

- ¿Enserio?, dije sentándolo en mis piernas y metiendo mi nariz en su cuello - ¿A que hueles?

-A quequito de vainilla, dijo riéndo y alejándose de mi nariz, ya que, le hacía cosquilla -Me das cosquillas.

-Hueles a una pequeña panterita, dije disfrutando de su aroma a bebé, claramente no tenía un aroma propio, eso llegaría cuando se presentará, así que, hasta esa fecha, tendría el aroma de Mew y mío mezclados -Mi hermosa panterita.

Por suerte mi pequeño era muy desconcentrado y eludí su pregunta principal, sólo esperaba que no volviera a insistir en ello, Mew se iría pronto y Milo lo olvidaría -Soy una panterita feroz, dijo mostrándome sus pequeños colmillitos, haciéndolo ver mas tierno de lo normal, cuando hizo un pequeño gruñidito, mordí sus mejillas y lo llené de besos.

-Veo que se divierten, dijo la voz masculina y profunda de Mew, con asombro me di cuenta de que se sentaba al lado de nosotros, mientras se secaba el sudor de la frente, con la camisa que antes usaba y que ahora mantenía arrugada en sus manos.

-Hola señor Mew, dijo mi hijo con solemnidad, era claro que todos los niños de la manada admiraban al lobo y lo seguían como un pequeño ejercito para que les enseñara a pelear y algunos trucos de lobos.

-Hola pequeño, dijo tocando la mejilla de mi pequeño y sonriendo - ¿Por qué no fuiste a las clases de defensa?

-Nos quedamos dormidos, dijo escondiendo su rostro en mi estómago avergonzado, pese a ser aun un bebé, era muy responsable con sus actividades y no le gustaba faltar a sus clases del jardín o a las diferentes actividades de la manada.

-No hay problema panterita, dijo revolviendo sus negros cabellos, haciendo que mi pequeño sonriera -Puedes unirte mañana.

De pronto Lilo llamó a mi hijo y este después de dejarme un beso en la mejilla, salió corriendo dónde su fiel amiga, dejándome solo con el hombre que revolvía mi estómago y agitaba mi corazón - ¿Podemos hablar?

-Si es de la manada por supuesto, dije marcando una línea clara entre ambos, desde que Mew había vuelto a verme, se me aparecía hasta en la sopa, obligándome a andar con mucho cuidado para no encontrármelo solo, ya que, quería hablarme de nuestro pasado juntos.

-Sabes que no es de la manada, dijo mirándome con esos ojos hermosos que brillaban como la mas linda estrella, como había amado esa mirada profunda y cálida - ¿Te gustaría ir a cenar conmigo?

-Por supuesto que no, dije colocándome de pie y arreglando mi ropa -Sé que tuvimos un pasado juntos, pero es sólo eso Mew, pasado y no tengo deseos de que eso cambie.

-Sé que lo nuestro no terminó como quería, de hecho, si hubiera sido por mí, jamás me hubieses dejado, dijo poniéndose de pie y caminando a mi lado a una pequeña distancia.

-Creo que tienes mal los hechos, no fui yo quien se fue, dije enfrentándolo y soltando un poco de la frustración y rabia que por años había tenido -Fue tu madre la que me echó de nuestra casa, cuando decidiste tomar a un lobo como tu pareja.

-Quiero explicarme Gulf, dijo tomando mi brazo y deteniendo mi camino -Por favor, sólo deseo que me escuches.

-Y yo deseo que nunca me hubieran humillado como cuando me sacaste de tu vida, pero ya ves, las cosas no son como uno quiere, dije soltándome de su agarre con fuerza y firmeza -Debes hacer lo que viniste a hacer e irte, no habrá conversación ni arreglo entre nosotros.

MiloМесто, где живут истории. Откройте их для себя