Capítulo XXI

1.6K 207 15
                                    

Con una sonrisa enorme vi como Alexander y Marie daban sus primeros pasos, guiados y protegidos por Mew, que tenía una mirada tan brillante y orgullosa, que deslumbraba a quien lo viera. Amaba como un hombre fuerte y grande, podía ser tan suavemente delicado con nuestros pequeños, que entre risas se lanzaban a los brazos de su padre, sin miedo a caer o lastimarse.

-Sanador, dijo uno de los centinelas caminando con premura a mi lado - ¿Me puede ayudar?

- ¿Qué pasó?, dije viendo que estaba pálido y presionaba su costado, con cuidado hice que se sentará y levanté su ropa, viendo un moratón gigante entre sus costillas - ¿Cómo te golpeaste?

-Me caí de un árbol, dijo el joven felino, que claramente estaba recién desarrollando sus aptitudes y capacidades –Creo que me rompí algo.

Pasando mis manos por su cuerpo, descubrí que no tenía nada roto, pero si estaba hinchado, así que, con la energía suficiente, fui desinflamando todo –Te sientes mejor, dije viendo que el feo moratón había desaparecido por completo –Debes tener cuidado, aun eres joven y tu cuerpo no está completamente desarrollado.

-Gracias sanador, dijo bajando su mirada con un leve sonrojo en sus mejillas, justo cuando iba a revolver sus cabellos, unas manos grandes y masculinas atraparon mis caderas, mientras el cuerpo caliente y duro de mi marido se pegaba a mi espalda –Me retiro señor.

- ¿Por qué asustas a los jóvenes?, dije sintiendo como los labios de mi pareja, se posaban en la marca que sus dientes habían dejado en mi piel.

-No es agradable saber que ese joven, cuando esté en su casa en la noche, se masturbará pensando en ti, dijo bufando como niño pequeño, mientras refregaba su mejilla contra la mía –Estos niñatos son todo hormonas y están locos por ti.

-Eres un loco, dije girándome y acariciando su nuca –Solo tú ves todo eso en mí.

-No amor, ¿crees que no escucho a la gente de mi manada decir que eres sexy, sensual, hermoso, apetecible y divino?, dijo acercando sus labios a los míos y rozándolos suavemente –Ellos se lastiman solo para venir como cachorros a que los toquetees.

-Es todo tú culpa, dije sonriendo cuando las manos traviesas de mi lobo, bajaron por mi espalda y se quedaron en el lugar donde esta perdía su nombre, dando un leve apretón - ¿O quieres que te recuerde como recuperé mi don?

-No es bueno que me lo recuerdes, ya que, no estamos en el lugar adecuado para hacernos cargo del efecto que tendrá en mi cuerpo, dijo dejando un pellizcón en mi trasero y dándome un beso, que me dejo con ganas de más –Debo ir a recuperar a mis cachorros, que ya descubrieron como salir del corral.

Con una sonrisa lo vi correr donde los pequeños en conjunto, estaban abriendo el corralito dónde su padre los había dejado, con cuidado me senté bajo un árbol y me puse a recordar el momento exacto en que había recuperado mis poderes como sanador.

Flash Back

Habíamos decidido pasar el celo de Mew en nuestro cuarto, por ello Makne se quedaría con los cachorros, que ya tenían seis meses y eran los niños más adorables de todos, este momento sería muy especial, ya que, mi castaño me marcaría y haría completamente suyo, lo cual me tenía enormemente feliz.

- ¿Estás seguro que seguirás amamantando a los niños estos días?, dijo Makne picando unas manzanas para los niños –Puedo alimentarlos con fórmula para que no los molesten.

-Mew dijo que no había problema, lo haré cuando bajen sus momentos de calor, dije sintiendo que mi teléfono sonaba, al contestar sentí la voz de mi castaño, la cual se sentía ronca y necesitada.

MiloWhere stories live. Discover now