Milo

Especial Milo

Me levanté del suelo y sacudí mi ropa y parte de mi piel que había quedado con tierra y pequeñas piedras, con rapidez embestí al idiota de Kitt y logré que se rindiera después de hacerle una llave y aguantarme mi propio dolor.

-Muy bien Milo, suéltalo, dijo nuestro entrenador, mientras me sonreía –Has avanzado mucho, si sigues así pronto estarás ingresando al cuerpo de seguridad de la manada.

-Muchas gracias señor, dije sintiendo un fuerte ardor en mi rodilla, sin decir nada caminé hasta donde mi mami tenía una salita para sanar a los heridos, cuando entré vi a mi padre robándole un beso, me asombraba que, a pesar de los años, siguieran estando tan enamorados y compenetrados como cuando yo era un niño.

-Hey panterita, ¿Qué pasó?, dijo papi revolviendo mis cabellos como cuando era un niño, como pude saqué pecho y me levanté en toda mi altura, sabía bien que antes de ser mi padre, Mew era el alfa de está manada y yo quería estar bien a sus ojos, ganarme su respeto y valoración - ¿Estás bien?

-Sí señor, sólo vine a ver a nuestra luna, dije viendo como mi mami enarcaba una ceja y se afirmaba en el mueble que tenía tras su espalda, sabía que no le gustaba que le dijera así, pero debería mantener las formas si quería que me tomaran en serio.

-Bueno centinela, entonces lo dejaré con su luna, dijo sonriendo de lado y dándole un apretón en mis hombros, cuando quedamos solos mi mami se acercó a mí y se arrodilló para ver mi pierna, sin decirle nada, sabía exactamente donde estaba lastimado, así que con sus manos fue quitando la inflamación y malestar.

-No me digas luna, eres mi hijo y no me gusta la brecha que crea entre nosotros ese título, dijo con seriedad luego de curar mis raspones y heridas –Odio verte lastimado y cada vez que entrenas llegas con más heridas.

-Es lo normal si aspiro a tener un lugar importante como centinela, dije viendo como achicaba sus ojos y me miraba de medio lado, claramente estaba curioso por mi actitud –Debo ganarme el respeto de todos, a papi le ha costado mucho posicionarnos entre las mejores manadas del país y sé de sobra que el tener un hijo híbrido es un punto que todos ocupan para atacarlo.

-No debes lastimarte o sufrir para ganarte el respeto y reconocimiento de tu padre Milo, el te ama y sabe lo valeroso que eres, dijo acariciando mi mejilla y mirándome con tanto amor que sentí un nudo en la garganta, desde que era un crio mami tenía ese efecto sobre mí, bastaba una mirada o palabra de él y yo era un mar de lágrimas de emoción –Te amamos y estamos orgulloso de la persona que eres.

-Lo sé, dije abrazando con fuerza a mi mami, llenándome de su aroma y calidez, aun me gustaba mucho llenarme de sus feromonas, ya que, así me sentía seguro y muy amado –Yo también los amo.

- ¿Estás nervioso?, dijo sin separarme de su lado, mientras seguía acariciándome con suavidad.

-Un poco, dije sintiéndome adormilado entre sus brazos, si bien había crecido mucho, aun no superaba en tamaño a mami, así que mi rostro quedaba justo en la curvatura de su cuello, dónde su aroma se concentraba más –Pero estoy confiado, creo que seré un alfa.

-Sin lugar a dudas panterita, dijo besando mi frente y desordenando mis cabellos –Y si por alguna razón la diosa luna quisiera que fuera beta u omega no hay problemas, tu género no determina lo que eres, ni lo que lograrás.

-Lo sé, dije sintiéndome seguro y confiado, algo dentro de mí, me decía que sería un alfa y que eso conseguiría que ya nadie pudiera usarme como arma en contra de mi padre –Iré a dar una última vuelta a la manada y volveré a casa.