5 | «Basorexia»

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 Nadie, o al menos no en su primer año de carrera, creería terminar vendiendo un cuadro, que en primer lugar ni siquiera estaba a la venta, por cinco mil dólares.

Si me lo preguntan, sí, estoy molesta con Liam por haber dado tanto por una simple pintura que no está acabada. Tendría que haber dejado que el señor se la llevara.

¿Algo peor que una estrella egocéntrica? Sí, una estrella egocéntrica con mucho dinero y nada productivo en que gastarlo.

—Cambia esa cara, Samantha, solo es una pieza de arte, basta.

Lleva su mano a la radio de su auto y baja un poco la música que suena a través de los altavoces.

Eri y Camille se fueron juntas al terminar la exposición. Yo estaba por llamar un taxi cuando Liam apareció a mis espaldas y se ofreció nuevamente a llevarme a casa y esta vez no me negué. A mamá no le agrada que tome taxis sola en la madrugada y entiendo por qué, además, mi casa queda bastante lejos del centro y el precio me inhabilitaría la comida durante el resto del mes.

—No debiste comprarla, te dije que no estaba a la venta.

Dios, muero de vergüenza.

—¿Entonces prefieres que la tenga un extraño a que esté conmigo?

Bueno, supongo que ese es un buen punto.

—Además, me gusta —aparta la vista de la carretera frente a nosotros y la fija en mí, sonriendo de lado.

Me molesta mucho que ahora sea un egocéntrico de mierda que cree que puede tener lo que se le antoje al alcance de sus manos y servido en bandeja de oro solo por tener fama y dinero.

—No está acabada, Liam —suspiro—. Y la persona que pintó eso ya no existe.

—Yo te sigo viendo como la misma insoportable de siempre.

Me río irónicamente haciendo una mueca.

—El insoportable aquí eres tú, de verdad no entiendo cómo te aguantas a ti mismo. No sé qué te hizo cambiar, pero este nuevo Liam —lo señalo—, no me agrada.

—¡Ay, ahora que sé que no te agrado no podré seguir viviendo! —lo dice con tono afligido y después sonríe para demostrar que en realidad le importa lo mismo que un kilo de mierda.

Subo la música intentando que eso le de una señal clara para que cierre la boca y me centro en los árboles que dejamos atrás en la carretera.

Al cabo de unos minutos comienza a sonar una canción que estoy segura escuché alguna vez pero no recuerdo con claridad.

—¿Qué canción es? —pregunto, pero él solo se encoge de hombros y sigue golpeteando los dedos en ele volante.

Saco mi celular y abro la aplicación que Eri me descargó para reconocer las canciones en la discoteca.

—Es buena, me gusta —comento mientras la aplicación carga, intentando dar con la canción.

Noto como Liam ensancha su boca en una sonrisa y cuando la aplicación termina de cargar me doy cuenta por qué.

Selective Dickism, Corbyn Hood.

—Es mía, obvio que iba a ser buena.

Dios, que ego de mierda.

—¿Qué significa Selective Dickism?

Niega con la cabeza y suelta un suspiro antes de responder.

—Hace referencia a la habilidad de ser una mierda solo con algunas personas.

Alzo las cejas curvando la boca hacia abajo ante el dato.

Una canción no fue suficiente [✓]Where stories live. Discover now