31 | «El futuro»

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Aprieto el botón del ascensor e impacientemente golpeteo mi pie contra el suelo esperando a que baje. Vuelvo a apretarlo como si eso fuera a hacer que llegara más rápido, pero apenas va en el piso doce así que me recuesto en la pared soltando un suspiro. Mi celular vibra en el bolsillo de mi campera por lo que dejo las botellas de cerveza que tengo en mano en el suelo y lo saco sonriendo al ver que es una foto de Liam, más precisamente una selfie en donde se ve él y dos bowls color azul hasta el tope de fideos. Yo insistí en que podíamos pedir comida y ahorrarnos la rauda tarea de cocinar, pero el se negó y me dijo que si quería encargar algo que fueran cervezas, así que aquí estoy.

Las puertas del ascensor finalmente se abren y de él salen unas cuantas personas que desconozco, pero a quienes saludo sonriendo porque ellos lo hacen primero. Me meto dentro y aprieto el botón de nuestro piso unas cuantas veces hasta que las puertas vuelven a cerrarse y comienzo a subir. Al entrar en el apartamento el aroma a comida casera me recibe inundando mis narices, dejo las cervezas encima de la mesa ratona y a medida que camino hacia la cocina el aroma solo se hace más y más placentero.

Otra vez tenemos el apartamento para nosotros solos. Hoy es el cumpleaños de la madre de Camille y Eri ha ido con ella; es la primer fiesta familiar a la que asiste y demás está decir cuan nerviosa se encontraba antes de que Camille pasara a recogerla.

—¿Me ayudas llevándolos a la sala? —dice Liam una vez que entro en la cocina pasándome ambos bowls

Tomo los bowls y lo miro con el ceño fruncido.

—¿Tienes algo más que llevar? —pregunto intentado ver por encima de su hombro.

—No, tengo que ir en busca de Baby Laurel —se encamina hacia fuera de la cocina, pero antes de salir se voltea señalando la encimera—. Lleva a Harriet también, estaba haciendo un tutorial de como preparar fideos.

Río tomando la cámara para ponerme en marcha hacia la sala. Acomodo con el pie la alfombra tirando desde los bordes y me siento cruzándome de piernas a la vez que dejo los bowls a mi lado. Liam aparece caminando desde el pasillo a los pocos minutos cargando una guitarra parecida a Tears, pero con el cuerpo color rojo en vez de negro.

—¿Esa es Baby Laurel? —frunzo el ceño sonriendo mientras acomodo la cámara sobre el mueble en donde está la televisión para que nos enfoque a ambos—. Son raros los nombres que les pones a tus guitarras.

—Todos mis instrumentos tienen nombre, durante un tiempo fueron mi familia y me pareció descortés no darles uno.

—¿Por qué Baby Laurel yTears? —aparto los bowls para que él se siente—. O sea, podrías haber elegido cualquier otra cosa, ¿Por qué esos?

Tears porque las canciones tristes las escribí con ella y me vio llorar bastante y bueno... Baby Laurel simplemente porque sentí que ese era su nombre.

—¿Cómo que lo sentiste? —le paso su bowl y él lo toma sonriendo—. No sientes el nombre de algo, Liam.

—Cuando tengas que darle nombre a algo vas a saber de qué hablo. Como con Harriet, yo miro la cámara y hay algo en ella que me hace pensar que se llama así, no sé exactamente qué, pero tiene algo.

Niego con la cabeza mientras tomo una de las botellas de cerveza e inútilmente intento abrirla con mis dientes. Liam ríe de costado al notar que no puedo y luego extiende su mano hacia mi, le paso la botella junto con mi orgullo para ver como la abre en menos de un segundo.

—Yo si puedo —juro que me sale, antes lo he hecho miles de veces. 

—No lo dudo, pero no quiero que te arranques un diente en el intento —toma otra de las botellas y la abre sonriendo con el ego por las nubes.

Una canción no fue suficiente [✓]Where stories live. Discover now