Juego De Siete [BTSxBTS]

20.

Jung había tomado asiento, luego de verse en un espejo cercano, para que continuasen el juego con naturalidad. Era imposible pasar desparecido el dolor en ambas zonas que antes habían sido "devoradas" por sus mayores, porque fue tal la rudeza de sus mordidas que podía sentir la piel hincharse. Definitivamente, la recuperación de su piel sería doloroso y lento. Sin embargo, le gustaba ser tratado de dicha forma y que hayan sido ello, convierte a las marcas en unas muy especiales.

SeokJin se encontraba algo inquieto, porque aunque estuviera fascinado con todo lo que pasaba y ver a sus amigos en situaciones tan subidas de tono, hace un par de minutos experimentó esa sensación abandono porque, no le había vuelto a tocar a él. Habían pasado muchos turnos en los que solo miraba y deseaba poder ser participe. Más allá de sentir celos o algún malestar hacia los chicos, que estaban disfrutando sin él, en realidad estaba bastante molesto de verse apartado por la maldita aplicación, porque eso es culpa de la aplicación.

«Claro, es solo la aplicación, ¿no?» piensa, ahora dudando de sus propios pensamientos.

Sus confundidos ojos miraban la botella girar hasta parar, apuntando al Kim menor que no dudó en chillar emocionado de que fuera su turno. No pudo contener el bufido molesto que se desprende de su garganta, había intentado contenerlo pero solo salió, llamando la atención de los demás.

— ¿Pasa algo? —pregunta un confundido castaño, mirando la extraña aura de su hyung.

— Voy por agua.

Eso fue lo único que había respondido antes de levantarse abruptamente y caminar hasta la cocina de la casa. Ahora la confusión era colectiva, porque nunca habían visto una faceta tan molesta de aquel hermoso y perfecto chico, ya que no es de esas personas que se suelen molestar a menos que sea un asunto muy delicado. TaeHyung parece tener sus ojitos cubiertos por una fina capa de agua salada, queriendo desbordarse hasta sus mejillas; por alguna extraña razón se estaba sintiendo culpable de la reacción del pelirosa... Claro, siempre ha mantenido ese sentimiento de culpabilidad en sus acciones que tienen impacto en terceros, es un sentimiento que le carcome desde niño y que, lamentablemente, continuaba presente en su vida. El único que sabía de esto era JiMin. Quien no dudó en levantarse, con sus piernas algo temblorosas, para ir detrás del alto chico que había abandonado la sala.

YoonGi aún confundido, especialmente por la actitud de Tae, no dudó en arrastrarse hacia él para atraerlo en un abrazo. Las palabras sobraban. Tan solo la calidez de sus cuerpos, el latir agitado de sus corazones y el sentimiento presente en su abrazo eran suficientes para que el moreno pudiese tranquilizarse un poco. Y eso, es algo que él siempre va a amar y admirar de su mayor, el cómo es capaz de calmarlo con un abrazo que significa mucho sin necesidad de palabras.

En la otra sala, se encontraba un rubio recargado en el marco de la puerta, mirando a un chico de cabello rosa evidentemente molesto y refunfuñando entre dientes, sin notar la presencia de aquel menor que le observaba. Miraba atento a sus acciones y el cómo las estaba realizando, el lenguaje corporal estaba siendo aún más duro que en su estado habitual.

— Estúpida aplicación —masculla ahora en voz alta, golpeando en seco el vaso del que había bebido agua.

— ¿Qué te hizo la aplicación? —finalmente hace acto de presencia con su suave voz, sin perder la postura relajada y comprensiva.

De un salto y casi un grito se voltea a su dirección, colocando la mano en el pecho como si estuviera a nada de darle un infarto. Claro, estar tan perdido en sus pensamientos y ser un asustadizo a gran nivel no son una gran combinación.

No quería hablar sobre lo que le estaba molestando, se vería tan patético de decir que estaba molesto con una aplicación. Se van a burlar de él. Van a verlo raro por estar celoso porque... ¿De qué estaba celoso? ¿De no poder hacer nada sexual? ¿O que ni con una aplicación le ayuda a acercarse más a los chicos que tanto ama? Era un dilema y tantas emociones que la mente no era clara.

Park no estaba comprendiendo ese extraño silencio tras la pregunta. Camina lentamente hasta su mayor, estando ambos de frente y con cuidado y suavidad, le toma de su cintura.

— Jinnie, dime qué pasa —implora con voz más suave y amorosa, para darle la confianza necesaria al mayor.

Y, realmente, era fácil confiar en el más bajito, era una gran persona. Y eso enamora a Kim.

— Me siento excluido... —admite por fin, bajando su mirada apenado. — No por ustedes, eso jamás, es por la aplicación.

Suelta un suspiro desganado, colocando las manos sobre su rostro algo rosado por la vergüenza. Esa acción le dio mucha ternura al menor, quien no duda en besar el dorso de sus manos.

— Lo siento que esa aplicación fea no te deja acercarte a nosotros —no pudo contenerse y simplemente le abraza, recostando su cabeza sobre el pecho ajeno y suspira.

Podía sentir en sus fosas nasales el dulzor aroma propio de la ropa del mayor. Le encantaba.

— Pero eso no quiere decir que no te quiera juntar con nosotros o que tampoco queremos que juegues. Ya tendremos más oportunidades y juegos —las manos ajenas abandonan lentamente su rostro, ahora suavizado por el trato del rubio. — Y eso tampoco quiere decir que lo que sentimos no es real.

JiMin no supo de dónde sacó el valor para decir esa última oración.

SeokJin tampoco supo pensar en sus palabras.

— JiMin, tú me gust... —sus labios fueron acallados por el pequeño dedo que los cubre.

Le mira sonriente, imaginando un poco lo que finalizaría en la oración. Él siente lo mismo.

— Vamos a jugar.

Toma la mano entre la pequeña suya para que ambos caminaran juntos fuera de la cocina hasta la sala, donde los demás esperaban en sus posiciones de siempre pero, esta vez, ambos Kim estando en el centro y miraron a los dos chicos que recién entraban.

— "Frotar zona íntima con la persona que quieras" —había relatado Jung, con una gran sonrisa a los dos confundidos chicos.

— Faltas tú, Jin, ven —TaeHyung extiende su mano hacia el pelirosa.

No comprende bien lo que estaba sucediendo pero, por supuesto y sin rogar, toma la gran mano del moreno de cabello bicolor. Su cuerpo es arrastrado al centro con ellos y, una hermosa sensación cálida y amorosa abunda en su corazón.

Jamás duraría de sus sentimientos y mucho menos de los chicos que le rodean. Solo ellos saben hacerlos sentir bien.

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Aunque este libro está
basado meramente en lo
explícito, no me gusta que
sea una historia vacía y
únicamente sexual.
También me gusta incluir
un poco de historia y
sentimientos que todos
los seres humanos tenemos
y es normal tenerlos
incluso cuando estamos
con la persona que
queremos pero que nos
recuerdan sin dudar, que
somos especiales.

Y eso quiero que esté
presente en este libro.

LXS AMO. 💜💜💜💜