¿Quién dice que el dinero te convierte en una mala persona? Esa es la lección que Seungmin está a punto de aprender mientras se adentra en el mundo de los negocios junto a su nueva socia, Minha. Pero ella es mucho más que una niña caprichosa con una...
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Capítulo 32 Primera ronda de confesiones.
Gracias a quién esté ahí arriba, Seungmin no se me pudo acercar para empezar con todas sus preguntas sobre mis palabras debido a que llegó su mejor amigo sacándolo de la ronda que se ha formado, sin mencionar que el resto se levantó de la arena a seguir con la fiesta en la casa. Estando ahí puedo ver que la mayoría está agarrando unas cajas con alcohol y oí a la novia de Hwang Inseo decir que habrá una pequeña fiesta entre nosotros y que vayamos, porque beberíamos.
En todas esas horas no me había acercado más a Kim Seungmin, tenía miedo de que sea capaz de hacerme preguntas que no podría tener una respuesta razonable, pero él solo me está observando de donde se encontraba, sin importarle disimular un poco, ya que me veía con esos ojos muy penetrantes. La mano de Mieke me saca de la inspección de mi novio falso para agarrar la botella de soju.
—¿Qué haces? No puedes tom...
—Changbin, cállate.—le pedí con una sonrisa, bebiendo de la botella.
Ya que la única forma para olvidarme de todo lo que estaba sucediendo por mi tonta cabeza era bebiendo. Tanto que me olvidé por completo que tenía un supuesto novio perdido por alguna parte de la playa, debido a que después de dos horas de estar disfrutando con las chicas, me di cuenta de que Seungmin no estaba en las cabañas. Escuché por parte de su mejor amigo que se fue con Hwang Inseo a caminar por la playa y para hablar, eso me sorprendió, de la misma forma que a Lee Saeri, que por eso mismo fuimos a la playa bien abrazas. La simple razón era que las dos estábamos ebrias, empero, también queríamos saber de qué estarían hablando esos chicos.
—Allí están.—señaló Saeri, moviendo su dedo con mucha dificultad.
No obstante, de todos modos pude entender a dónde se está refiriendo. Adí que bajamos esa colina de arena para acercarnos a los chicos a «escondidas», obviamente que no funcionó debido a que nos resbalamos y rodamos hasta llegar cerca de sus pies. En eso, podemos observar dos reacciones iguales, que era de confusión, porque ellos estaban anonadados de nuestra caída y de que estemos frente a ellos de esa ridícula forma.
—¿Qué están haciendo?
—J-juro que h-hay una explicación, oppa.
—¿Ah, sí?—Inseo alzó sus cejas negras ante la voz ebria de su novia.
—La razón es que esta-mos un poqu-ito ¡Oops! ebrias—demandé, tapándome la boca cuando un hipo se escapó, lo que me hizo sentir un poco avergonzada—. Y el hipo acaba de confirmarlo.
—Eso no parece «un poquito».
—¡Ay, Kim Seungmin-ah! ¡No seas malo con mi amiga Myeong Minha! ¡Además, ella te...!
