Mikoradoth: El origen de los héroes.

Luz y Sombra

Tras el ataque Grendel, Ikal y Edahí decidieron volver a la Cueva donde solo se encontraron con Sirius ya que Steve había tenido que salir para atender unos asuntos de su trabajo, así que sintiéndose más tranquilo Dorian le explicó a su hermano lo ocurrido durante el ataque de los Negons omitiendo ciertos detalles ya que consideraba que no era apropiado mencionados en ese lugar.

— Bueno, tenemos que esperar a que despierte pero mientras tanto no podemos dejarlo libre — Sirius veía a Iker que se encontraba amarrado en el sillón de la Cueva.

— Es el mismo que atacó a Morte y Rodion la vez pasada, según nos dijo ella es bastante peligroso— comentó Edahí pensativa.

— Y vaya que lo es, se encontraba muy enfocado en matarte mocosa— Grendel prácticamente no se había apartado de la heroína aérea previendo que Iker despertara y tratara de atacarla nuevamente.

— Sigo pensando que debe haber una buena razón para eso... Sobretodo porque es la primera vez que lo veo.

— Mejor mantente alejada de él Edahí, puede que tengas razón o no pero prefiero evitar el riesgo— le aconsejó Sirius abriendo la cámara de contención— Ikal por ahora ayúdame a meterlo aquí por favor, la camara evitará que escape y nos permitirá analizar su poder mejor.

— Está bien— Ikal jaló con su mano los anillos moviendo el inconsciente cuerpo del Negon hasta dejarlo recostado en el suelo de la cama donde lo libero de su poder.

— Morte y Rodion no han regresado pero no deben tardar, Óbelix se fue a casa hace rato y Tecnilion solo aviso que iría a su casa— se acercó a los tres héroes y les sonrió cálidamente— enfrentaron muy bien la situación, estoy orgulloso de ustedes chicos... Han mejorado mucho— les hizo un gesto de aprobación que emocionó a los tres chicos— pero por ahora ya pueden ir a descansar, nos vemos mañana.

— ¡Hasta mañana!— los tres se despidieron animadamente del mayor saliendo de la Cueva, ya estando en la sala del lugar decidieron desactivar sus trajes.

Dorian se acercó al refrigerador de la cocina para sacar tres botellas de agua mientras Mine y Cárter se sentaban en los sillones; no tenían intenciones de irse en ese momento a sus casas pero tampoco podían quedarse en la sala de entrenamiento arriesgándose a soltar alguna información no conveniente frente al enemigo.

— No había notado lo mucho que extrañaba ir a patrullar con ustedes dos— el gemelo le dió a cada uno su botella de agua y procedió a sentarse junto a Cárter que de inmediato lo abrazó.

— Y nosotros te extrañamos a ti cereza— le dió un beso en la mejilla al gemelo.

— Nos hacías falta Dan— Mine le sonrió mientras abría su botella de agua.

— Aunque Mine tiene razón cuando dices que apestas Cárter, hueles mucho a sudor— comentó Gapid mientras iba a recostarse junto a Pocky.

— Oh vamos, no es tanto— hizo un gesto de oler su playera y miró a Dorian— ¿Verdad que no cereza?

— Eh... Galletita, ¿Te contesto o seguimos siendo novios?— preguntó con una ligera sonrisa haciendo que Mine y los tres guías estallaran en carcajadas.

— ¿Ah si? ¡Entonces ven!— Cárter abrazó de forma envolvente a Dorian que comenzó a quejarse por el aroma sin dejar de reírse mientras Mine y Pocky intentaba ayudarlo.

Los tres chicos con sus respectivos guías estaban jugando y riendo a carcajadas de una manera tan tranquila y natural que lograba disipar de sus mentes las últimas semanas llenas de tristeza.

Kai y Jacob llegaron poco después junto a Steve, el mayor tomaba el hombro de la gemela que lucía bastante tensa pese a que intentaba disimularlo para evitar preocupar a su amigo con el que platicaba de algo aleatorio; al percibir la llegada de su hermana fue cuestión de segundos para que Dorian se apartará de su amiga y novio para ir con ella.