13 - Represión y ahogo.

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Ya era lunes, y la condición de Tsukasa no parecía haber mejorado en lo absoluto. Empeoró desde el momento que había regresado a su casa el domingo. No sabía si la decisión que había decidido tomar era la mejor, pero el actuar por impulsividad lo tomó por sorpresa, otra vez.

El día anterior, apenas regresó a su casa, lo único que hizo fue dormir por el resto del día. No quería saber nada de nadie. Había tomado pastillas para dormir por un largo tiempo. Por lo que sabía que no iría a la escuela. Su familia no tenía idea si es que él se encontraba dentro de la casa o no, por más de que lo hayan visto entrar.

Logró despertar luego de tantas horas transcurridas. Y lo primero que comenzó a sentir fue una molestia en su lagrimal. Tenía lagañas, de lo mucho que había dormido el día anterior y ese mismo día.

No era un secreto que luego de regresar a su casa empeoraron sus pensamientos pesimistas y autodestructivos.

Estaba envuelto en sus sábanas y en su colcha. Se sentía débil, al no haber comido por varias horas. Pero no, no pensaba en bajar a desayunar. No se permitiría a si mismo que los demás lo vieran así.

Él, aparte de todas las personas, quería saber qué le había sucedido a su yo energético y feliz. Lo estaba comenzando a extrañar, y se sentía culpable de no ser cómo antes. Su personalidad seguía siendo la misma, pero no estaba animado para nada.

Lo mínimo que podría hacer era ir al baño y revisar su aspecto físico. O solo mirar su distorsionado reflejo en el espejo que se encuentra situado al lado de su armario.

Lo pensó delicadamente. Tampoco quería desmayarse en su habitación así de la nada, por lo que decidió tener cuidado al moverse. Eso es lo que estaba decidido a hacer, quería ver el estado deplorable en el que se encontraba. Al levantarse, sintió que podría caerse. No era muy buena idea dormir más de 12 horas sin comer nada antes.

Caminó lentamente hacia el espejo, con la vista sumamente nublada logró ver cómo su aspecto físico estaba algo distinto. Su pelo se encontraba graso; que a la vez estaba despeniado, su rostro seco que al tacto se sentía aceitoso, y el resto de su cuerpo a punto de colapsar.

Miro de reojo, y notó que su espejo estaba partido en una esquina. Lo miró por varios segundos, sorprendido, al no haberlo notado antes. No le dió ninguna importancia, así que decidió volver a su cama. El lugar que tanto amaba, pero el que lo estaba traicionando de cierta forma a la vez.

Se recostó, para luego volver a estar envuelto dentro de sus sábanas y su colcha. Miró a su entorno. Su ventana, la que hacía ruido cada cierto tiempo por las pequeñas ramas que chocaban contra ella. La puerta, que le daba lugar a la salida al pasillo de las escaleras, era algo que no alteraria en un tiempo. El techo, dicha cosa fue la que más miro. Sin pensar en nada, solo en lo mucho que detestaba estar así. Él mismo sabía que no era propio de él este tipo de cosas, pero no sabía si podía librarse de esta tan fácilmente.

Se suponía que era el "amigo divertido, dicho nunca sentía dolor o incomodidades" pero esta vez, no pudo controlar en lo absoluto sus pensamientos intrusivos. Sabía que quizá se preocuparían por él, pero a este punto lo consideraba imposible. Al demostrarse "inmune" ante todo, nadie podría pensar que está en medio de un horrible momento, dicho horrible momento podría durar bastante tiempo.

Sus ojos se cerraban, él hacía el mayor intento para mantenerlos abiertos. No tuvo éxito, al haber tomado pastillas para dormir, cuyos efectos eran bastante fuertes. Cayó nuevamente en un profundo sueño, sin esperar más. No sabía qué le deparaba a este punto, no tenía ganas de absolutamente nada.

Él mismo sabía que no quería ir a ningún lado, así que, inteligentemente cerró la puerta con la llave correspondiente de aquella. Lo hizo el día anterior, consideró que al otro día no tendría la energía para siquiera cerrar bien la puerta con llave.

Loving Feeling - Ruikasa AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora