23 - Razonable merecido.

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Ya era miércoles, y las cosas habían parecido mejorar aunque sea un poco. Algo que sí sería completamente obvio era que Tsukasa no se recuperaría por completo de la noche a la mañana, ya que ese proceso requiere tiempo. Sus despiadados pensamientos lo atacaban como si fueran balas para su conciencia. Por algún motivo sentía culpa, sin motivos especificados. Rui había publicado el video el día anterior, pero aunque aquel video fuera polémico, no esperaba que tuviera un gran revuelo al día posterior. Cosa que sí sucedió.

El rubio despertó. Lo primero que vió cuando abrió sus ojos fue al techo de su habitación. La idea de mejorar por completo parecía una utopía en su mente, como si no fuera algo posible. Más allá de tener una relación estable que no pensaba terminar, buenos amigos, y motivos para "estar bien" algo no cuadraba aún. Sus pensamientos lo atacaban de forma constante sin descanso. Ojeó sus alrededores y tomó su teléfono. Desbloqueó el teléfono, y revisó el estatus del video. Sorpresivamente, este había conseguido una gran cantidad de reproducciones.

Sus ojos se desenfocaban conforme más miraba el video, y las palabras que salían de la boca de la de cabellos celestes siempre lo hacían sentir mal. No importaba que el conflicto estuviera en su camino a resolverse, por alguno que otro motivo él sentía que Shizuku tenía algún tipo de remordimiento hacia él, que al parecer le daba igual que su reputación fuera arruinada, ella siempre estaría satisfecha de haber hecho lo que hizo. Suspiró un poco desamparado. Se levantó de su cama para proceder con su día a día de manera normal.

Se quitó su camiseta antes de ir al baño, dejándola encima de la cama deshecha. Entró al baño, y lo primero que hizo fue observarse a si mismo en el espejo. Su mirada se veía triste y apagada. Bajó la mirada y vió su brazo izquierdo lleno de cicatrices. Lo miró con un poco de pena. Sabía que era de su libre albedrío volverlo a hacer, y que lo mejor era no hacerlo, pero esa sensación de sentir la piel cortándose lo reconfortaba de todos sus problemas. Quería sentirlo nuevamente. Tomó el paquete de navajas de aquella vez y sacó una.

Sus labios temblaban en duda, y su mano no podía dejar de moverse. Pronto, dejó caer la navaja dentro del lavamanos. Rompió en llanto, completamente cansado y harto de absolutamente todo. No quería traicionar la confianza de su pareja, pero sentía que no podía más con absolutamente nada. Lágrimas se desplazaban por sus mejillas, para luego caer al suelo. Sus pensamientos suicidas aún estaban en pie, pero tenía mucho miedo. Quería abandonar todo, pero a la vez estaba ese sentimiento de querer quedarse con Rui. No quería morir y dejar de recibir ese cariño y cuidado que Rui siempre le brindaba.

Sin limpiarse las lágrimas, llevó su mano al lavamanos para tomar la navaja. La puso nuevamente en donde estaba. Odiaba tener ese tipo de pensamientos, pero ni siquiera sabía cómo evitarlos. La única palabra que recorría su mente era "perdón". Quería pedirle perdón a todos, pero más que nada a su novio. Comenzó a calmar su respiración, buscando refugio en algún recuerdo que le trajera felicidad. Y ahí fue cuando recordó el día que empezó a salir con Rui. Sus ojos estaban llorosos, quería ser abrazado en ese preciso momento. Quería ser besado en ese preciso momento. Apretó su puño un poco, suspirando de la calma. Se había calmado.

Abrió el grifo del agua, puso la temperatura tibia y lavó sus manos. Aprovechó y también lavó su rostro. Decidió que iba a despejar su mente para su propia tranquilidad. Ya teniendo las manos limpias, volvió a su habitación. Y recordó el consejo de su novio, él había recomendado que pusiera crema en sus heridas para que el proceso de cicatrización fuera más rápido y efectivo. Tomó el dosificador de crema y se puso un poco en su mano. Acariciando sus heridas, comenzó a esparcir la crema por la totalidad de su brazo izquierdo. A decir verdad, no lucía tan mal.

Cuando terminó de hacer eso, apartó la crema y la dejó encima de su escritorio. Sonrió tontamente, un poco alegre. A su mente todavía se le hacía difícil procesar la cantidad de cosas que le estaban sucediendo a la vez, pero hacía su mejor esfuerzo para hacerlo. Tomó su uniforme, y mientras se vestía solo pensaba en la idea de ser besado o tocado por Rui. Ese sentimiento le erizaba hasta el último de sus pelos; sabía que era muy probable que él le quitara esa camisa posteriormente, y eso lo volvía loco. Río un poco nervioso, aunque prefería querer sentir esas nuevas sensaciones con su novio antes que la sensación de una navaja por encima de su piel.

Loving Feeling - Ruikasa AUHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin