18 - Deseo reprimido.

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Era jueves. La lluvia no disminuyó en lo absoluto, podría decirse que estaba lloviendo de manera más intensa que antes. Rui y Tsukasa se encontraban durmiendo en la comodidad de la cama del rubio. Eran las 8:57 a.m, bastante bien para su horario escolar. La paz en el ambiente era tal, que los únicos sonidos que podían oírse eran el de las aves chirriando en el exterior, el sonido de las hojas chocando contra la ventana, y el ruido blanco tan pacífico que emitía la lluvia.

La pareja continuaba durmiendo, pero no por mucho, ya que la alarma estaba programada para las 9:00 a.m. Se lograba oir cómo la lluvia caía en el exterior, de una manera agresiva, no se detenía. El pronóstico indicaba que la lluvia estaba destinada a cesar el viernes por la noche, o al menos eso decían los meteorólogos. Tsukasa fue el que se levantó antes de que la alarma pudiera sonar.

El frenético sonido de la alarma solamente le dió un golpe de realidad a Tsukasa, quien había olvidado casi por completo que tenían que asistir a la escuela. En lo que fue un instante, el rubio pegó un salto de la cama y desactivó la alarma. Suspiró del estrés. Bueno, después de todo, ellos eran un par de adolescentes torpemente enamorados, todavía les quedaba mucho por vivir.

El cuerpo del rubio abundaba de calidez. Al parecer, dormir abrazados cuando el ambiente está relativamente gélido no es mala idea. Él tenía que despertar a su novio. Se sentó en la cama, cerca de Rui, observando su bonita cabellera morada, que resplandecía a la luz del sol. Acto seguido, comenzó a acariciar su cabello. De una manera dócil y tierna. No tardó en decir una oración.

—Rui, tienes que levantarte. No puedo negar lo lindo que te ves ahora, pero no es como si pudiéramos quedarnos así toda la mañana.. Además, no has traído tu uniforme para la escuela, y ese es un problema, ¿sabes?— Dijo el rubio, para luego ladear su cabeza, para así poder observar a su bello novio de un ángulo mejor al que estaba viéndolo antes.

—Ah.. Maldita sea. No tengo ganas de ir a la escuela hoy, pero si tú lo dices está bien. Bueno, aunque sea, ¿podrías volverte a recostar junto a mí? Puedes programar una alarma de diez minutos, o quince, no lo sé, pero necesito mi dosis diaria de Tsukasa Tenma.— Respondió el contrario, con su voz completamente ronca, pero a la vez con un tono algo tierno. Sus ojos apenas estaban abiertos, pero, de todas formas, estos emitían un brillo admirable de ver, brillo de felicidad.

—Como tú digas, supongo.. Pero, la alarma será programada para que suene en diez minutos, ¿en qué estabas pensando cuando dijiste que la programara para que sonara en quince minutos? No podemos perder mucho tiempo, perdimos dos días de escuela, no lo olvides.— Dijo Tsukasa, obdedeciendo de todas formas, él no era de esas personas con personalidad "dominante", ni siquiera podía actuar de esa forma.

En lo que parecieron bastantes minutos de silencio, el rubio finalmente programó la alarma. El individuo de cabellera morada lo notó al instante, luego de ver cómo dejó su teléfono encima de la mesita de noche. Sin siquiera dudarlo, y con una fuerza que parecía haber salido de la nada misma, empujó al rubio hacia él, la manera en que lo había hecho era una incógnita, ya que este estaba sentado, y él apenas estaba despierto, realmente alegaba la presencia de su novio.

Tsukasa, luego de ese repentino empujón, terminó completamente sonrojado. Su rostro estaba ruborizado, en un vívido tono rojo. Ambos estaban viéndose a los ojos de una manera un tanto extraña, pero ambos sabían lo que querían. Sus labios estaban a centímetros de estar juntos, unidos. Aunque sus cuerpos estaban en una distancia considerable.

—Te quejas de mi considerada sugerencia de establecer una alarma, pero pareces estar disfrutando esto, solo déjame decirte algo, esto no es absolutamente nada de lo que tengo en mente ahora. Vamos, solo déjate llevar por estos diez minutos, no vamos a morir por eso, lindo.— Dijo Rui, para luego soltar una carcajada que hacía alusiones a las cosas que tenía dentro de su mente. Sabiendo que básicamente, tenía al rubio en la palma de su mano.

Loving Feeling - Ruikasa AUWhere stories live. Discover now