CAPITULO 4

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ARGENIS
Hace dos días qué Giselle se fue a España no la he llamado, quiero darle tiempo porque sé qué está mal a causa del bastardo de Jürgen! Ese imbécil logró qué se enamorara de él, y cómo lo supuse la utilizó suspiro bueno ahora es mi oportunidad de conquistarla!
Suena el teléfono de mi oficina sí dime Elizabeth, señor lo busca el señor Jürgen Raskot! Sabía qué vendría pienso para mí, dile qué pasé!
—Demonios, nunca le diré del paradero de Giselle está muy equivocado! El muy descarado entra a mi oficina como si fuese de él! —Yo carraspeó ¿qué quieres? Digo!
Me mira y dice —¿dónde está mi mujer? —No sé a quién te refieres idiota digo y si estás buscando a tú mujer cómo dices
—¿no deberías saber tú dónde está? Se acerca a mí escritorio y lo golpea con ambas manos.
—No me tentes Abogadito dice con un gruñido!
—No te tengo miedo réplico!  —Pues Deberías dice!
—¿Y cómo por qué? espeto!
—Porque sí me da la gana tú, y tú bufete se hunden!
—No me digas replicó.
—Dime ¿dónde está Giselle? Dice  —No lo sé, y si lo supiera tampoco te lo diría agrego
—Ella es mía, gruñe! —Sí por eso estabas teniendo sexo con tu ex en tú oficina
—Eso no es verdad, yo jamás lastimaria a Giselle.
—¿A no? entonces dime ¿qué fué lo que ella vio? gruño!
—Por última vez, dime ¿dónde está ella? —Te dije qué no te lo voy a decir.
—Entonces sí lo sabes. —Déjala en paz, no te voy a permitir qué le hagas más daño!
—Tú no tienes qué permitirme nada imbécil, ella es mí mujer y jamás la tendrás.
—Ya te lo dije antes no voy a permitir qué me robes el amor de ella ahora es mi turno de hacerla feliz, tú tuviste tú oportunidad y la desperdiciaste ahora es mí turno de hacerla feliz cómo ella se merece.
—Nunca será tuya espeta, eso puedes júrarlo.
—Bueno eso ya lo veremos respondo! Sale de mi oficina lanzando la puerta, Elizabeth entra a la oficina corriendo, ¿está todo bien señor?
—Si Elizabeth gracias! Nunca permitiré que Jürgen Raskot vuelva a robarme lo que es mío,  ya me robó el amor de mi madre, pero está vez no le permitiré qué se quede con la mujer qué amo. Llamó a Giselle.
—Aló, contesta ella —Hola bebé digo, —hola Argenis responde ella.
¿Cómo estás?, ¿cómo están las  niñas? —Estámos bien Dice ella  ¿y tú?
—Yo estoy bien respondo hace unos minutos estuvo aquí el viejo ese buscándote está cómo loco! —¿Jürgen estuvo en tu oficina?
Sí respondo y se atrevió a amenazarme quería saber dónde estabas, pero tranquila no le dije nada, sólo quería qué lo supieras!
—Giselle —Sí dice ella!
—¿Tú lo amas? Ella no responde nada. —Argenis de verdad no quiero hablar de eso, sólo quiero olvidar!

JÜRGEN
Ese imbécil no sé que se ha creído si piensa, qué voy a dejar qué toque a mi mujer está, equivocado Giselle es mía, y nada ni nadie se puede interponer  y el qué lo haga lo lamentará.
—José vamos a mi casa por favor. —Si señor
Llamo a George! —George ¿has sabido algo de Giselle?
—No dice él, Isabella me dijo que no me iba a decir nada de ella.
—Demonios mascullo entre dientes. Estás mujeres sí son tercas, por favor sí llegas a saber algo avísame!
—Claro que sí amigo dice él!
—¿José has colocado al hombre que te dije en la residencia de Giselle?
—Si señor de hecho son dos están las 24 horas, pero nadie ha aparecido allá. Diablos, bueno mantenlos allí por si va Giselle, o su mamá! Cuándo llegamos a la casa Alicia me saluda
—¿Cómo estás? ¿has sabido algo de Giselle?
—No, espeto y el único qué sabe algo es el imbécil de su abogado, pero no quiere decírmelo!
—Ella dice y ¿por qué? Argenis sabe dónde está ella. Yo me sorprendo —¿tú lo conoces?
Ella titubea no, no sólo escuché su nombre! —Alicia gruño no me mientas, jamás lo llamarías por su nombre sí no lo conocieras en persona. Sabes qué odio las mentiras, ella rompe a llorar y dice —lo lamento Jürgen, Lo lamento tanto.
—¿Qué lamentas? Alicia responde.

ALICIA
Rompo en llanto ya no aguanto más, no quiero seguir engañando a Jürgen! El me levanta la barbilla y me mira a los ojos, con esos hermosos ojos azules cómo los de su padre llenos de furia!
—¿Qué sucede? Alicia dice él, Yo lloró aún más, y digo sé quién es Argenis, porqué él es mi hijo!
—¿Tú qué? Dice Jürgen —Mi hijo, respondo entre hipidos!
Jürgen gruñe, ¡cómo es qué tienes un hijo y jamás me lo habías dicho! y además es él abogado de Giselle! —¿Cómo? pudiste nunca decírmelo ¿Por qué? demonios me engañaste, gruñe él.
Yo sólo lloró amargamente, lo siento! Digo  y —¿él sabe qué tú eres su Madre?
—Sí respondo! — Y ¿por qué? nunca me lo presentaste, ¿por qué? nunca lo trajiste a casa!
¿Cómo hiciste para cuidar de él?, sí siempre estuviste conmigo. Lloro aún más y respondo! No lo hice, lo dejé al cuidado de mi hermana Yanitza para poder cuidar de tí cuándo perdiste a tu familia! —¿Qué? ¿Cómo pudiste abandonarlo por mí? —no entiendo ¿por qué?
—Pero ahora sí entiendo, él porqué me odia tanto, por eso el otro día me dijo qué no me iba a permitir qué le robara también el amor de Giselle!
Ya sé a qué se refería! —¿Él te dijo eso? Pregunto,
Sí dice él, —yo lo lamento mucho Jürgen pero tengo mis razones! —¿Cuáles razones? Alicia, —No te las puedo decir aún no, salgo corriendo subo a mi auto, y me dirijo a la Oficina de Argenis!
Cuándo llegó saludo a Elizabeth, hola ¿está Argenis? Hola señora Freites.
—Sí su hijo está en la oficina!
—¿Está con alguien? —¡No!  responde ella!
—No me anúncies por favor, ella sólo asiente con la cabeza. Entro a la oficina de Argenis él me mira sorprendido, y dice sarcásticamente:
—Pero si hoy es el día de visitas
—Hola hijo respondo
—Alicia me dice él
—Soy tú Madre, no me llames por mi nombre.
—¿Mi madre? Dice él, un poco  tarde te diste cuenta.
—¿No lo crees? así qué no exijas, lo qué no mereces dice él.
—Argenis vengo a preguntarte algo.
—¿Sí que será? ¿Tú sabes dónde  está Giselle?
—No me digas qué vienes a intentar averiguar, para decírselo a tu querido Jürgen!
—Argenis tú sabes qué ellos se aman!  —Si él la amara, no la hubiese engañado con su ex!
—Eso fué una trampa digo.
Claro defiéndelo, eso es lo que siempre haz hecho siempre lo haz preferido a él antes qué a mí a pesar de que soy tú hijo!
—No digas eso Argenis, eso no es así digo!
—No y ¿cómo es Mamá? Dice sarcásticamente!
—Lo qué hice fué por una fuerza mayor, dejarte ha sido lo más doloroso qué he tenido qué hacer en toda mi vida.
—Pues permíteme dudarlo espeta él.
—Argenis yo no quería decirte esto, pero no me dejas otra opción! Yo no te dejé con tú tía porque no te amara, yo te dejé porque él responsable de la muerte de los padres de Jürgen fué tú Padre  Antony.

DAME TU AMOR de la biología Hazme Sentir.Where stories live. Discover now