CAPITULO 19

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STAVROS
Busco a Giselle por todos los sitios de la casa, pero no la encuentro se me escabulló cuándo salimos del estudio, de pronto la veo en la terraza! Está hablando con Argenis, pero no está sola Jürgen también está con ella y la tiene aprisionada contra él. Mi sangre hierve, la amo y no quiero verla en los brazos de otro hombre, sé qué ella jamás me ha dado esperanzas, pero mi corazón se niega a darse por vencido.La quiero sólo para mí, no me importa qué no me ame, puedo hacer qué se enamore de mí estoy seguro qué si Jürgen no hubiese llegado, ella me hubiese aceptado. Me acerco y me aclaro la garganta diciendo: —¿está todo bien Giselle?
Ella sonríe y dice: —claro qué sí Stavros! Es más vamos qué muero de hambre, cuándo me acerco a ella! Jürgen gruñe
—No te acerques a ella, es mía masculla entre dientes.
—¡Jürgen  espeta Giselle! Controla tus celos. Lo miro con vista de alcón, pero él no se inmuta tiene una mirada frívola cómo de asesino en serie. Giselle se adelanta y dice: —voy a preparar la mesa. —Yo te ayudo dice Argenis dejándonos a Jürgen y a mí solos.
El me mira y dice —¿qué demonios crees que haces? no pienses qué porqué aceptaste las órdenes de tu papá Giselle es tuya o te debe algo.
Yo entre cierro los ojos y digo: —¿Miedo Raskot??
—¿Por qué? habría de tenerlo, ella es mía! —Y ¿si estás tan seguro? de eso ¿por qué actúas así?
—Porque, lo qué es mío nadie lo toca, dice en tono de advertencia.
—Entonces ¿tienes miedo de qué te la quite?
—¡Ella jamás se involucraria contigo! dice él
—¡Eso ya lo veremos! espeto yo! Tú ya la dejaste ir un día, le hiciste daño y yo fui quién estuvo ahí para ella y seguiré estando ahí, porque la amo, sacrificaría mi vida, mi empresa, mi libertad y todo absolutamente todo lo qué tengo por tenerla a ella. El masculle entre dientes diciendo:
—No me tentes Stavros, no tienes idea de quién soy yo, ni de lo qué soy capaz cuándo se meten con lo qué es mío.

—Ella no es un objeto qué te pueda pertenecer! —No, claro que no dice él, es mi mujer yo soy el dueño de su mente, de su cuerpo y principalmente de su corazón, así que aléjate de ella, sino quieres qué tú padre se quede sin sucesor. Me advierte él.
Sí ella no me quiere en su vida, tendrá qué decírmelo ella misma, digo sin dejar de mirarlo a los ojos. Nada de lo qué tienes me intimidad Jürgen Raskot, sé qué eres un hombre poderoso, pero no te tengo miedo a ti, ni a nadie, ella es lo más hermoso qué he encontrado en mi vida, y no pienso dejarla ir tan fácilmente.  No sin luchar por su amor, ella es todo lo qué siempre quise y no quiero perderla nunca más.
Pues yo tampoco estoy dispuesto a perderla, la amo y no dejaré qué nadie qué no sea yo, le coloque un dedo encima. Además tengo la ventaja qué me ama a mí. Con eso se da la vuelta y sale de la terraza! Lo siento mucho Jürgen Raskot digo para mí, pero nunca me rindo sin pelear y está vez no será la excepción.














GISELLE
Ya todo está planeado STAVROS ha estado yendo, a dónde su padre a visitarlo frecuentemente haciéndole creer qué está más qué dispuesto para tomar el puesto de Pakán! Aúnque lo he visto extrañamente demásiado familiarizado. No he querido hacer él comentario para no importunar con el mismo, pero siento qué Stavros siente en el fondo de su corazón qué ahí es donde él pertenece. Tengo miedo, miedo de qué se pierda en ese mundo oscuro, dónde tenga que tomar decisiones de las cuáles se arrepienta, decisiones qué le guste o no traerán consecuencias para bien o para mal.
—Giselle! susurra Argenis sacándome de mis pensamientos! —¿qué piensas bebé?
Yo suspiro y digo: —no me llames así Argenis, no quiero qué Jürgen se enoje contigo y empieze a repartir puñetazos. —No te preocupes baby lo tengo controlado dice él. —Ajá digo yo, pues permíteme dudarlo Jürgen es impredecible.
—Mira bebé él asunto es qué ya Jürgen no me considera un rival aunque mi propósito siempre fué qué me amarás a mí y no a él. Yo lo acepté y me retiré, aúnque no he dejado de amarte me resigné a qué nunca me vas a ser mía.
Trago saliva  audiblemente, lo siento mucho Argenis no quería lastimarte.
—No te preocupes dice él. Yo sabía en lo qué me metía, además siempre fuiste sincera conmigo. Salimos de la cocina y nos encontramos con José.
—Señorita Giselle  dice él. —José ¿cuántas veces debo repetirte qué por favor me llames por mi nombre?
—Lo siento Giselle dice él era para informarle qué ya me retiro. Señor Argenis dice José:  ¿viene conmigo al hotel?  —Sí responde Argenis ya me estaba despidiendo de Giselle.
—¿Y George? dice Argenis, está con el señor Raskot responde José, será mejor qué nos vayamos dice José, cuándo ellos están reunidos puede ser por horas.
Está bien espeta Argenis —te dejo preciosa, espero qué duermas bien trata de descansar necesitamos esa hermosa cabecita tuya despejada y activa para lo qué nos espera este fin de semana.Yo asiento, —claro que sí y por favor Argenis, no bebas necesitamos tener todos nuestros sentidos intactos, me besa en la mejilla y sale junto a José!
—Hasta mañana —Hasta mañana descansen respondo.

Me devuelvo a la cocina, mi estómago gruñe no he comido estos días bien, no tener a las niñas conmigo es fatal pero, sé qué están bien con mi mamá allá en Venezuela. Busco en la nevera y saco unos vegetales y preparo una ensalada cómo me gusta, con mucho aguacate, me siento a comer, mi estómago agradece cada bocado qué doy y preparo un rico batido de fresa, mientras Jürgen y George salen de la oficina. Al rato salen ellos — Jürgen dice y ¿Argenis?
—Sé fue tenía qué descansar, él levanta las cejas, —¿Te dejó tan fácilmente?  —¿Sí por qué? Respondo yo.
—Porque en Venezuela su comportamiento era totalmente diferente.
— Bueno todo ha cambiado digo yo refunfuñando. —¿Qué tal si comemos? dice Jürgen. Yo acabo de comer espeto un poco apenada, tenía mucha hambre y no pude evitarlo mi estómagos gruñia, habían pasado muchas horas desde el almuerzo además me distraje y nunca lo hice. Jürgen sonríe y sus hermosos dientes blancos me dejan sin aliento, aún no me acostumbro a esa bella sonrisa, es todo lo qué quiero y deseo ver toda mi vida, debe ser un delito ser tan atractivo, pienso para mí. George Carraspea Al lado de nosotros!
—Bueno tortolitos ¿vamos a comer? o ¿sé comerán entre ustedes?
Jürgen gruñe! —Sí tanto te molesta puedes irte! —Oye Shrek no me dejarás famélico.
—¡No soy tu madre idiota! Ve a comprar algo de comer espeta Jürgen!
—¡Jürgen! —¿Qué? —Amor no seas grosero, George es nuestro amigo! —bufa Jürgen!
—Amor no seas así, ¿George quieres qué pidamos algo para comer? Yo comí una ensalada, pero todavía tengo hambre.
—Claro sí Shrek lo permite, sé mofa George! —Claro qué lo permite ¿verdad cariño?
—¡Sí no hay de otra! —No seas malo digo, ellos piden comida china y yo pido una hamburguesa con papitas fritas. Luego de comer, George se despide de nosotros.
—Ahora quiero mi postre digo yo, desajustando la corbata de Jürgen!
—¿Qué tienes en mente pequeña? Susurra él —Bueno déjame decirte qué tengo una gran imaginación  y miles de fantasías qué me gustaría qué hicieras realidad. Muerdo el lóbulo de su oreja y susurrro: todo mi cuerpo te pertenece, no hay nada más qué desee en este mundo qué me poseas, en todas las formas habidas y por haber, sentir tú piel es lo más delicioso qué han experimentado mis manos en toda mi vida. No necesitas tocarme para desearte, sólo te imagino y mi núcleo palpita por tí,  jamás había deseado a alguien cómo te deseo a tí.

DAME TU AMOR de la biología Hazme Sentir.Where stories live. Discover now