CAPITULO 12

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JÜRGEN
Llego a la Empresa de Stavros me atiende su secretaria.
—Buenos días señorita
—Buenos días señor
—El señor Stavros se encuentra?
—Sí de parte? Dígale qué es Jürgen Raskot.
—Ya le informo qué vino! Gracias respondo! A los minutos me hacen pasar, a la oficina de Stavros.
—Jürgen, amigo no pensaba tenerte aquí tan temprano!
—He traído varias propuestas de instalaciones
—No era necesario qué las trajeras tú mismo dice Stavros.
—Te dije qué necesito distraerme mientras resuelvo algunos asuntos! Pienso para mí, esta es la única excusa qué tenía para ver a Giselle nuevamente no pienso dejarla ir.
—¿Qué tal sigue tú gerente de recursos humanos? digo mientras revisa las propuestas, lo hago en un tono natural y calmado de forma qué no se note mi interés en Giselle. Ella está bien, dice él ahora está en su oficina al parecer ya se siente mejor en ese instante suena la puerta de la oficina de Stavros, y el dice adelante. Giselle entra y dice lamento si te interrumpo, pero tenía qué preguntarte. ¿cuándo empezamos con la captación del personal qué trabajará en la nueva sede? En el momento qué me ve su rostro palidece, diciendo lo siento no sabía que había alguien aquí, pensé qué estabas sólo! Cuándo escucho la familiaridad qué hay entre ellos, un sentimiento de celos y rabia empieza a calentar mi piel.
—¿Por qué demonios? ella lo trata con tanta familiaridad, pienso para mí. En ese instante Stavros le dice —no te preocupes Giselle, Jürgen estaba mostrándome las nuevas propuestas de instalaciones para nuestra nueva sede. Aunque ayer los presenté, no te dije qué él es Jürgen Raskot el Dueño de la Empresa encargada de ayudarnos con  la adquisición de nuestra nueva sede, ayer te iba hablar de él pero, sé que te sentías mal!
Cuándo me levanto para estrechar su mano ella tiembla literalmente, al igual qué ayer,  siento su mano estrechando la mía y un corrientazo me recorre el cuerpo, mierda está mujer me desestabiliza por completo, no puedo ocultar al igual qué ella, la atracción qué hay entre ambos!
Ella se suelta rápidamente de mi agarré, yo sonrió con descaro ella desvía la mirada y dice sin mirarme lo siento mucho señor Raskot, ayer no me sentía bien!
—No te preocupes sonrió, sé el efecto que causó en las mujeres digo con suficiencia, sus mejillas se enrojecen de cólera, yo sonrío para mis adentros me encanta hacerla enojar, se ve tan hermosa, sus mejillas sonrojadas hacen qué mi pene se endurezca al recordarla entre mis brazos, ¡Gimiendo de placer! Trato de abandonar esos pensamientos para evitar que Stavros se de cuenta de mi erección.
—¿Entonces? dame tú opinión en cuanto a las propuestas qué ha traído Jürgen. Ella, titubea tengo mucho trabajo, estoy segura que tú cómo siempre harás una excelente elección le responde a Stavros, él  levanta una ceja y dice:  —Vamos preciosa quiero oír tú opinión!
Cuándo escucho decirle preciosa, mi sangre hierve en mis venas y quiero arrancarle la cabeza literalmente, pienso. Ella es mía, ruge el mounstro qué llevo dentro, aúnque trato de mantener mi rostro inespresivo, cómo siempre. Mi padre decía jamás muestres tus debilidades a los demás porque las usarán en tú contra y con ellas te destruirán, tratando de mantener todo mi auto control mantengo mi cara de poker diciendo:
—Sí la opinión de una dama siempre es lo más importante para cualquier hombre. Ella me mira y dice está bien dándose por vencida, yo no dejó de mirarla ni un sólo instante me  esquiva la mirada, pero mantengo toda mi atención sobre ella, para qué sepa y entienda qué jamás la dejaré volver a escapar. No en esta vida!
Cuándo terminamos de decidir, qué instalaciones serán, ella se levanta diciendo bueno con su permiso voy a irme tengo trabajo pendiente, yo la interrumpo y digo!
Señorita Giselle me encantaría qué usted y Stavros me acompañaran a almorzar ¿sí no hay ningún inconveniente? Cómo le dije a mi amigo Stavros, no conozco mucha gente aquí a pesar de tener una de las sedes de mi empresa, ella me mira cómo sí quisiera ahorcarme literalmente, pero yo sonrió diciendo con mi mejor galantería, sería un verdadero placer tener una nueva amiga, además tan hermosacomo usted lo es. ¡Claro sí mi amigo Stavros no le molesta que los invite a qué me acompañen a almorzar! Stavros sonríe y responde:
—Para mí es un enorme placer Jürgen, aún más con todas las molestias qué te haz tomado por mí y por mi empresa, — ¿Qué es mi empresa? comparada con la tuya dice Stavros!
Yo sonrió y digo no te preocupes Stavros sé qué un día serás tan exitoso como yo, así empezé  y por eso valoro tanto el esfuerzo de las personas qué cómo tú piensan en grande y luchan por alcanzar el éxito.
Giselle me mira con ojos furiosos y yo no dejó de sonreír, es imposible no estar feliz al estar otra vez cerca de ella!

DAME TU AMOR de la biología Hazme Sentir.Where stories live. Discover now