CAPITULO 24

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JÜRGEN
Ha pasado un mes, desde qué despareció Stavros con Giselle. Es cómo si se los hubiese tragado la tierra. He estado yendo a su oficina, contraté un investigador privado como la primera vez para qué vigilé su oficina y su casa, pero nada. No hay señales de él por ninguna parte! ¿dónde se pudo haber metido el hijo de puta?
Llevo días, sin poder dormir bien, me despierto soñando con Giselle y siempre es él mismo sueño, o la misma pesadilla, la veo a ella recibiendo la bala qué era para mí y desplomándose en mis brazos. La necesito, no soporto un minuto más sin saber ¿dónde está?, ¿Cómo está? Masajeo mi cien sino la encuentro enloqueceré. No debí confiar en él bastardo de Stavros, pensé qué sólo quería ser libre de la imposición de su padre, pero el siempre planeó esto. Quería qué hiciéramos el trabajo por él y además sé quedaba con Giselle, cómo no pude darme cuenta, tenía todo fríamente calculado, La volví a perder otra vez.
George ha estado inquieto, no ha hablado con Isabella dice que no quiere preocuparla el lleva un tórrido romance con esa chica, aunque es prima de Giselle ambas no pueden ser más diferentes, a veces pienso que George está enamorado luego coquetea con cuánta chica se le atraviesa, pero pienso que es sólo porque no quiere admitir que está sintiendo algo por Isabella.
En eso entra George y me dice cuánto tiempo más estaremos aquí Jürgen, Stavros cada día que pasa es más difícil de encontrar éstoy muy preocupado ¿qué le diremos a la familia de Giselle? No lo sé aún, pero no me rendiré la encontraré cueste lo que cueste.
¿Has hablado con Isabella? —Noo, responde él si lo hago preguntará por Giselle y por tí por eso no le hearcado del nuevo teléfono ya que el otro lo perdí el día de la muerte de Sergei Ivanov.
Tenemos que hacer algo rápido porque ella comenzará a sospechar que algo anda mal y no quiero tener que decirle lo que pasó, menos a su familia de hecho yo tampoco pienso llamar a su familia no quiero preocuparlos.




GISELLE
Un mes, un mes desde qué murió Jürgen y todavía siento qué no puedo vivir. Hoy llamé a mi mamá qué está en  Venezuela con las niñas dicen qué quieren verme, pero aún no estoy bien, hablo un poco con ellas prometo ir pronto les digo y cuelgo. No les comento absolutamente nada de lo sucedido, tampoco he hablado con Isabella, no quiero decirle que pasó y menos ahora que no tengo idea de que fue de George. No he podido casi ni comer, he perdido diez kilos, me veo cansada y toda la ropa me queda enorme no quiero qué me vean las niñas así.
—No puedes seguir así, dice una voz detrás de mí, es Stavros lo siento ¿qué decías? Pregunto.
—Qué no puedes seguir así Giselle, tus hijas te necesitan, yo te necesito no quiero y no puedo seguir viéndote así.
—Quiero volver susurrro, Quiero volver a Venezuela, no quiero seguir aquí.
—Bebé ahora no puedo volver, tengo mucho trabajo pendiente.
—Bueno déjame irme entonces a Venezuela y tú quédate necesito ver a mis hijas.
—Pero creí qué no querías volver todavía, —cambié de parecer. —no puedo dejarte ir sola es muy peligroso.
—¿Peligroso? ¿Pelígroso para quién? ¡Stavros! —Por supuesto qué para ti preciosa porque yo estoy acostumbrado a cuidarme sólo.
—Pues yo también,  así qué me voy a Venezuela te guste o no.
—Está bien, deja qué solucione unos asuntos y nos vamos a Venezuela.
Está bien salgo de su  oficina voy a comprar unas cosas para llevarle a las niñas no quiero llegar con las manos vacías.Esta bien deja qué uno de mis hombres te acompañé, salimos y compro muchas cosas para las niñas y le digo a él escolta de Stavros a esta tienda entro yo sola es de ropa íntima, espereme en ese café qué está ahí, pero señorita el jefe me dió órdenes precisas de qué no me alejara de usted. Y yo le digo qué no va a entrar conmigo no sé preocupe yo estaré comprando pantys no me va a suceder nada.



El asiente dándose por vencido yo entro a la tienda ye dirijo al baño con la ropa qué compré en la otra tienda me cambió rápidamente me coloco unos lentes de sol y un sombrero y salgo sin qué él escolta sepa qué soy yo, tomo un taxi y digo al aeropuerto en por favor. Llegó al aeropuerto y compro un boleto de avión qué está a media hora de salir destino a Venezuela. Digo en mi mente lo siento mucho Stavros, pero no puedo esperar más, comienzan a llamar a los pasajeros con destino a Venezuela y embarco el avión.
Duermo un poco durante el viaje. Cuándo llegó al Aeropuerto de Maiquetía tomo un taxi directo a Valencia. Enciendo mi teléfono y tengo miles de llamadas y mensajes de Stavros, pero no los leo ni los reviso este es un teléfono nuevo el otro lo perdí luego de que estuve con Jürgen por última vez. Apagó el teléfono y continuó mi viaje al llegar a Valencia mi mamá se sorprende por la visita.
—¿Qué te sucedió? ¿de qué Mamá? —¿Cómo qué de qué?
No me dijiste qué venías dice ella. —¡Quería darle una sorpresa a las niñas mamá.
Mmmmm me mira escéptica. —¿Y las niñas? pregunto —están dormidas dice ella.
—Bueno será mañana, —Debes venir agotada trata de dormir tú también.
—Está bien, aquí traje unas cosas para ti,  las niñas y mi tía Adriana.
—Mañana las revisamos, Adriana también está dormida.
Me baño, me pongo una pijama y me quedo dormida. A la mañana siguiente me levanto temprano y suena la puerta, cuándo abro es  Isabella. —Dime ¿por qué, no me dijiste qué vendrías?
Hola, a ti también suspiro lo siento quería ver a las niñas, y bueno no he estado muy bien.
—Sí lo puedo notar estar muy delgada y demacrada ¿qué te pasa?
—Nada  sólo quiero volver a mi departamento. En ese instante las niñas se despiertan y corren a mi lado.
—¡Mamá volviste! Dicen ambas.
Sí princesas las extrañaba mucho! Bañense y vamos al departamento, pero no hemos comido no sé preocupen pienso comprar comida para todas. —Isabella ¿nos acompañas?, Claro espeta ella! Mamá está despertando y le digo buenos días mamá.
—Buenos días dice ella. Mamá me voy con las niñas, nos vemos luego quiero ir a mi hogar, pero las niñas no han comido, tranquila pienso comprar comida en el camino para todas, voy a arreglar un poco quiero qué luego me visites.
—Okey dice ella, —dile a mi tía qué también puede ir contigo tan pronto arregle mi hogar.
Salimos, me dirijo al súper mercado y compro comida y cereal para las niñas además pan de sandwich para preparar, pero eso es para la cena les digo  vamos a la panadería por el desayuno. compro unos pasteles de jamón y queso, café para nosotras y jugó para las niñas.

Cuándo llegamos comemos, luego me pongo a ordenar mi apartamento tengo mucho tiempo sin venir suspiro —extrañaba mi hogar.
Isabella me ayuda a limpiar mientras las niñas ven Televisión, cuándo terminamos es tarde y estamos agotadas.
Isabella me pregunta ¿dónde está George y Jürgen?, yo la miro con los ojos lleno de lágrimas y digo a George no lo veo desde hace un mes. —¿por qué? Es una historia larga de contar y ahora no es el momento prometo hacerlo pronto, y ¿Jürgen? Ahora no, Isabella sólo dame tiempo para poder contarte lo que sucedió, ¿pero pasó algo malo? Trato de limpiar mis lágrimas sin derramar y digo esta semana te contaré todo. hoy no, acabo de llegar y solo quiero disfrutar de las niñas y de tu compañía, no me siento capaz de hablar de nada.
Está bien dice ella, pero tienes que contarme he estado muy preocupada por George y no me contesta los mensajes, ni las llamadas y eso no es normal. Cambio el tema y digo ¿qué tal si vamos por unas Hamburguesas a Mac Donald?, Le digo a las niñas, ellas rápidamente dicen qué sí, salimos compro sus hamburguesas Isabella y yo compramos sushi. ¡Qué auto más bonito! No me había fijado qué era nuevo le digo a Isabella. Ella dice lo compre hace poco, le digo —quiero qué me acompañes a comprar uno , he reunido bastante desde qué me fui a España.
—Claro mañana te acompaño. —¿Qué tal si vamos a ver una película al cine? —¿Ahora?
—Pues claro, las niñas saltan emocionadas, —¿qué veremos? —no lo sé princesas vamos a ver qué están pasando.Entramos al cine y las niñas se deciden por la última película de Jefe en pañales 2. Al regresar al departamento nos despedimos de Isabella, las niñas se bañan y las acuesto a dormir, yo estoy tan cansada qué me duermo rápidamente. A la mañana siguiente mi teléfono no para de sonar, cuándo reviso la pantalla es Stavros! Ayer me olvidé por completo de leer o revisar sus mensajes! Contesto Alo.  —Giselle ¿dónde demonios estás?

—¿Cómo qué dónde estoy? —Sí desde qué estoy intentando comunicarme contigo y tú nada.
—No respondes mis llamadas, ni mis mensajes!
—Lo siento estaba cansada y ocupada estoy en mi apartamento.
—¿En Madrid? —¡No!, Estoy en Venezuela! ,—¿Qué? ¿Dime qué no es cierto? no estoy para juegos Giselle.
—¿Y Por qué habría de Jugar contigo Stavros? —Rayos Giselle ¿cómo pudiste irte sin siquiera avisarme? —No tengo porque darte explicaciones Stavros digo realmente molesta.
—Claro qué sí Giselle, ¿no ves qué me preocupo por tí? —¡Bueno ya no tendrás qué hacerlo! ¡Éstoy en mi apartamento con mis hijas! —¡Demonios, Giselle grita desesperado. —Cuándo te calmes hablamos sí, diciéndole esto Cuelgo.No sé  ¿por qué Stavros estará actuando así?, pero no me gusta nada.

DAME TU AMOR de la biología Hazme Sentir.Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz