AVISO: QUE TENGA POCAS O NINGUNA VISITA NO SIGNIFICA QUE LA HISTORIA SEA MALA, SINO QUE POCA GENTE LA HA DESCUBIERTO.
Anakin Skywalker, un joven jedi elegido por la fuerza, es entrenado para convertirse en maestro jedi.
Layra Shilter, una joven esc...
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𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐅𝐎𝐔𝐑𝐓𝐘 𝐎𝐍𝐄
𝙣𝙤 𝙡𝙡𝙤𝙧𝙚𝙨, 𝙢𝙞 𝙖𝙢𝙤𝙧
Me levanté del sofá en el que había estado durmiendo y me eché una chaqueta por encima de los hombros. Las mañanas en el desierto de Tatooine siempre eran de lo más frías. Salí de la nave solo para encontrarme de frente con una gran cantidad de humo, que suponía y temía a partes iguales que venía del motor. Me dirigí hacia donde procedía el ruido y el humo y me apresure a llegar allí cuando vi que Anakin se encontraba bastante molesto y estresado intentando ver cuál era el problema.
-¿Anakin? - le llamé, y cuando me vio, relajo su expresión de enfado - ¿Que ha pasado?
-Los malditos Jawas me han descuartizado la nave, eso ha pasado - dijo muy molesto antes de limpiarse el sudor de la frente con el filo de la camiseta, dejando ver su abdomen tonificado por un segundo. No pude evitar que mis ojos se dirigieran a su piel desnuda, pero aparte la mirada antes de que el levantara la vista - Creo que no vamos a poder seguir con la nave.
-Podemos seguir a pie, si quieres - sugerí yo - Conozco a alguien no muy lejos de aquí que puede ayudarnos. Nos ofrecerá un transporte, comida y agua.
Anakin me miró sin decir nada por varios segundos, justo antes de que asintiera con la cabeza e hiciera una mueca.
-Claro, vamos.
Durante la siguiente media hora, Anakin y yo estuvimos recogiendo nuestras pertenencias de la nave y construyendo una especie de remolque con telas y cuerdas para tirar de nuestras cosas. Andamos por el desierto cerca de una hora y media. Las conversaciones entre ambos eran cortas y escasas, debido a la incomodidad que aún había en el aire por nuestro pasado.
Después de otra hora eterna andando, finalmente fui capaz de divisar a lo lejos una pequeña cabaña con humo saliendo de la chimenea. Sonreí sin poder evitarlo y comencé a correr lo más rápido que pude (teniendo en cuenta que estaba andando sobre arena y que a mí espalda llevaba varias mochilas y cosas colgadas). Pude sentir como Anakin me miró algo confundido, pero no le hice caso y seguí acelerando el paso hasta que ambos llegamos a la pequeña cabaña.
-¡Kaarl! - grité cuando entre a la cabaña y vi al viejo Mon Calamari de pie en frente mia -
Kaarl me recibió con una sonrisa cuando me rodeó el torso en un abrazo fuerte y emotivo ya que no nos habíamos visto desde que yo era una cría.
-¡Mi pequeño calamar! ¿Eres tu? ¡Cuantas lunas hace que no te veo! - dijo el hombre separándose de mi abrazo para poder observarme mejor. Yo me reí ligeramente -
-Si, ha pasado bastante desde que te vi por última vez. Casi 10 años ya, ¿no? 8 para ser mas exactos - dije sonriente -
-Santo cielo, ¡se siente como una eternidad! ¡Has crecido tantísimo que casi no te reconozco!
