AVISO: QUE TENGA POCAS O NINGUNA VISITA NO SIGNIFICA QUE LA HISTORIA SEA MALA, SINO QUE POCA GENTE LA HA DESCUBIERTO.
Anakin Skywalker, un joven jedi elegido por la fuerza, es entrenado para convertirse en maestro jedi.
Layra Shilter, una joven esc...
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𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐅𝐎𝐔𝐑𝐓𝐘 𝐓𝐖𝐎
𝙡𝙤 𝙝𝙚𝙧𝙚𝙙𝙚 𝙙𝙚 𝙢𝙞 𝙢𝙖𝙙𝙧𝙚
*Flashback*
—¡Concéntrate, Layra! — me chillo Obi Wan desde una de las esquinas de la sala de entrenamientos —
Anakin y yo estábamos entrenando combate libre en una de las lecciones diarias que teníamos con nuestro maestro. Llevábamos ya más de 20 minutos luchando sin parar y mi fuerza poco a poco se iba desvaneciendo. De vez en cuando, cuando necesitaba recuperar energía, me limitaba a esquivar los ataques constantes de mi compañero, y mientras el se preparaba para volver a atacar, yo cogía aire para volver a defenderme.
—¡Anakin, usa la cabeza! ¡Defiéndete, no sólo ataques! — le gritó ahora mi maestro a Ani —
Anakin ignoro por completo a Obi Wan y a los dos segundos me había desarmado después de atacarme, dejando mi espada láser en su mano, junto a la suya propia.
—Rindete, Layra, te he desarmado, ¡no tienes nada que hacer contra mi!
Esa simple frase activo mi lado competitivo y me dio la fuerza suficiente como para arrastrame por el suelo y hacerle un barrido, provocando que Ani cayese al suelo en un momento de despiste. Ambos de los sables lásers que tenía en sus manos cayeron al suelo, pero yo solo me dirigí a coger uno mientras el se recuperaba de la caída y se levantaba del suelo.
—Jamas me subestimes, Skywalker.
Anakin volvió a levantarse dispuesto a atacar de nuevo, cada vez con más fuerza y agresividad que antes.
—Eres demasiado agresivo, controlate. — le dijo Obi Wan a mi compañero — Los Jedi protejamos vidas, no las quitamos.
Anakin volvió a atacar, intentando hacerle caso al maestro, hasta que en un movimiento rápido, ambos quedamos de espaldas el uno al otro, pegados.
—La piedad no derrota al enemigo, maestro — le contesto Anakin, antes de volverse a girar y atacar con fuerza —
Nuestras espadas chocaron, colapsando la una con la otra en forma de cruz, haciendo que Anakin y yo nos miraremos a la cara.
—Y por eso vas a perder, Layra — me dijo, antes de hacer aún más fuerza, echándome hacia atrás del impacto —
Yo andaba repetidamente hacia atrás mientras que Anakin seguía atacándome hasta que quede al borde de la habitación, casi pegada a la pared.
—Date por vencida, Layra — me volvió a decir, encendiendo de nuevo ese sentimiento de competitividad en mi —
Caí de rodillas al suelo, aún empujando mi espada contra la suya, la cual estaba cada vez más cerca de mi cara.
