-No me asusta

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Aemond Targaryen

Estaba en los jardines recostado junto a Aemma ambos estábamos mirando hacia arriba, hacia el gran arbusto de flores.

Era un arbusto grande, tenía muchas flores de muchos colores algunas eran amarillas, rojas y mis favoritas las azules, era una combinación de muchas texturas, olores entre otras cosas, pero lo que más me gustaba es el contraste que crean estas, la combinación tan abstracta y a la vez tan viva.

- ¿Cuál es tu flor preferida Aemond?- Dijo Aemma con una notable curiosidad en sus palabras.

- Las amarillas, tienen un contraste hermoso, tienen una vibración encantadora, pero no todo lo que brilla es oro, yo encuentro belleza en la sencillez y sutilidad- Hice una breve pausa para después decir - Las azules-.

El azul es color hermoso, de hecho Aemma siempre lo usa resalta su mirada y hace un contraste en su rostro se ve realmente hermosa cada vez que lo usa.

- Mis favoritas son las azules también, y las blancas y las amarillas todas me gustan- Dijo para después arrojar algunas hojas hacia el aire y dar vueltas como un loca una graciosa loca.

- Aemma!- Me gire para ver de donde provenía la voz y me encontré con mi madre que se dirigía hacia nosotros.

Caminaba con agilidad entre las ramas y los arbustos, mi madre se venía radiante el día de hoy, con su gran y un poco pomposo vestido color verde.

- Niños dejen de desaparecer así, me austaron pequeños- Dijo madre para sujetarnos a Aemma y a mi del rostro, estaba ya incada a nuestra altura.

-Cariño, tu padre te busca es mejor que vayas y el señor Jorah no te encuentra y esta por volverse loco amor - Dijo mi madre para después soltar una pequeña risita de complicidad.

Mi madre siempre a querido mucho a Aemma no tengo muy claro porque pero ellas se llevan realmente bien, Helaena y ella también se relacionan de una manera impresionante, Aemma es simplemente perfecta e increíble comienzo a sospechar que no existe una chica en la faz de la tierra más linda y adorable que ella.

Sin más Aemma se despidió y se fue.

Aemma Targaryen

Caminaba de entre las ramas, para finalmente salir por la vereda que llevaba hasta el palacio, me divertía el hecho de que el Sir Jorah se enfadase por huir de el, y justo al final de la puerta estaba el.

- Pricesita ¿traviesa a donde crees que vas?- Jorah me sujeto en el aire para después hecharme a reír por eso.

- Bajame! bajame! - repetía una y otra ves en palabras ahogadas de risas y grandes carcajadas.

Sir jorah era mi mejor amigo y más fiel compañero, el me amaba y yo a él eramos pequeños cómplices en absolutamente todo.

Y últimamente estaba realmente emocionada ya que Rosalinne Baratheon estaba siendo educada junto con su hermana para servirme y ser una excelente dama de compañía en algunos años.

Pero sin más, Jorah y yo nos tomamos de las manos y nos dirigimos hacia los aposentos de mamá.

Toque la puerta de los aposentos de mamá, y Jorah finalmente se posiciono en la puerta para esperarme cuando saliera.

Entre y finalmente se cerró la puerta detrás de mi.

Cuando me adentre en la habitación, vi a mi madre recostada en el sillón, estaba con mi hermano pequeño Lucerys en brazos.

- Mi niña- Dijo mamá tomando mi rostro entre sus manos y colocando su frente junto a la mía.

- Madre, ¿Donde esta Jacerys?- Pregunte con bastante curiosidad ya que no había visto a mi hermano en todo el día.

Nothing to lose [Aemond Targaryen] Where stories live. Discover now