Nothing to lose [Aemond Targaryen]

-Alerta

Aemma Targaryen

El aire golpeaba de una manera brusca mi rostro, casi no podía respirar por la presión del aire, me encontraba tan alto que las nubes ya parecían tan lejanas.

Me sujetaba lo más fuerte que podía de las riendas, el pantalón de cuero se pegaba aún más mi piel cuando me poscionaba aún más arriba para una caída en picada extrema.

Siempre hacia eso, amaba caer en picada.

Cuando supere el límite, ajuste mis piernas a Rhaegal y con fuerza lo guíe hacia abajo, grite por la emoción que sentí ante la caída.

Un buen rugido salio de la boca de Rhaegal, reí ante la fuerte conexión con mi dragón.

- ¿Asustado muchacho?- Dije pateando su lomo con mi bota.

El me dio un buen empujón con su cuerpo, casi haciéndome caer.

Vermax resurgió de las nubes, Rhaegal rugio fuerte y ambos jugeteaban entre sí.

Mi cabello estaba trenzado, haciendo que mis mechones plateados revolotearan en mi cara.

Jace reía del otro lado.

- ¿Lista para Kingslanding, hermanita?- Cuestiono del otro lado gritando.

Rhaegal rugio una vez más, dando a entender que si, esto era un sí.

Estaba preparada.

Tome la rienda de la silla y guíe a mi dragón a un pequeño rebaño de ovejas.

Podía sentir muy dentro de mi el apetito voraz que tenía Rhaegal.

Me acerqué aún más a la pequeña bolita de algodón que se veía desde una gran altura.

Cuando sentí que Rhaegal estaba listo, dí la orden.

- Dracarys- Pronto sentí el calor que emergía directo de la boca de mi dragón.

Las pequeñas bolitas de algodón, ahora estaban rostizadas ahora eran bolitas de color negro.

Mire de nuevo a Jace y le grite.

- ¡¡Jace, pararemos para comer!!- Grite del otro lado, casi no se escuchaba nada por el aleteo de Rhaegal.

El me dio una seña y sin más desapareció en las nubes.

La silla se sentía extraña, se sentía floja, se resbalaba cada vez que poscionaba mi cuerpo un poco más arriba he incluso en mi poscion normal.

Solo faltaba una hora para llegar a Kingslanding.

Aunque a nosotros nos faltaría más, Rhaegal es un comelon.

- Abajo, muchacho- Le dije en Valyrio.

No necesitaba hablarle, me entendía incluso sin abrir la boca.

Finalmente sentí su colosal cuerpo bajar de las alturas, senti una extraña sensación en el estómago.

Cuando bajaba o subía drasticamente de las alturas, solía tener esa sensación en el estómago.

Cuando sus grandes patas tocaron el suelo, levantó mucho polvo y algunas plantas ceujieron debajo de sus pies por el gran peso de Rhaegal.

Rugio hambriento.

- Eres un glotón- Dije riendo mientras que daba un salto para bajar de mi dragón.

Pero el muy listo quito su ala bruscamente y me hizo caer al suelo.