-Por sorpresa

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Jacaerys Targaryen




Todo empezó a empacarse.

Baúles y cajones salían de los aposentos de todos, estaba en la habitación de mi madre, ayudándola con algunos artículos exóticos que iba a regalar.

- Oh, oh cuidado con eso, eso es valyrio- Mi madre corría detrás de cada sirviente que tenía una caja.

Serian solo unos días, después de todo yo vería a Helaena, sin embargo Aemma llevaba días con su carota.

- ¿Aemma, por fin empaco?- Cuestiono mi madre mientras cargaba otra caja.

- Mamá, yo voy por eso, no querrás que la pobre Visenya se te salga- Mi madre obedeció inmediatamente, después de una mirada asesina por el comentario.

- Y si, ya esta empacando- Aemma había accedido a ir, pero seguía preocupándome el hecho de lo que podría pasar con Aemond, el había cambiado drasticamente convirtiéndose en ahora una arma mortal.

No quería eso cerca de mi hermana.

- Ve a ver como esta, ¿Si?- Mi madre estaba por acabar sus cosas, por lo que quería partir cuanto antes.

- No quiero lidiar con su mal genio, y su sarcasmo cruel- Aemma no estaba enojada, estaba molesta.

Aemma enojada es una cosa que definitivamente nadie quiere toparse.

Es algo indescriptible, a pesar de todo, Aemma suele tener un humor cómico e inquieto.

- Lidiaras con su sarcasmo, este molesta o no, yo te acompaño- Mi madre finalmente me tomo del brazo y nos comenzamos a dirigir a los aposentos de Aemma.

Con cada paso que con acercábamos, los baúles salían a diestra y siniestra de la habitación de mi gemela.

A lo lejos ya se escuchaban los gemidos quejumbrosos de Aemma.

- Tengo hambre, tengo sueño- Mi madre y yo nos reímos al escuchar a Aemma.

Siempre me ha dado risa la forma en la que hace sus pucheros.

Al entrar a su habitación.

La vimos parada sobre la pequeña tarima, mientras varias criadas, colocaban alfileres y cosian el vestido que aún estaba sobre ella.

Varias telas se extendían sobre todo su cuerpo.

Unas de color celeste, otras carmesí, una que otra era verde.

Aemma no le gusta el verde, le trae ammm...

Recuerdos...

Probaban distintas coronas en su cabeza, y algunos seleccionaban los zapatos.

-Te ves linda cariño- Mi madre hablo primero.

- Claro que no esta bonita, parece un chango recién parido- Verdad.

- ¡¡Oye, eso no es cierto!!- Salto a defenderse rápidamente.

Mi madre sobo sus sienes cansadas.

- Señorita, no se mueva por favor, mi señora no saldrá bien si se mueve- El vestido era claramente para la boda de Aegon y Mircella.

- Claro, lo siento señorita Pot- Dijo Aemma tranquilizando sus movimientos.

- No te muevas tonta, ese pedazo de seda azul se romperá- Adoraba ver como comenzaba a enojarse.

Nothing to lose [Aemond Targaryen] Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin