-Aburrido

101 12 0
                                    




Aemond Targaryen





Me alejé del balcón con la mayor naturalidad posible.

El sonido de sus zapatos apareció justamente detrás de la puerta.

- Su majestad, la princesa Aemma- Anunció el guardia seguido de mencionar el nombre de Daemon.

La puerta se abrió de par en par, dejando ver un vestido de color azul rey.

La delicadeza de su andar era digna de una princesa.

Algunos mechones caían reveldemente por su fino rostro.

Sus ojos color color violeta se habían tornado tan oscuros que incluso podrían parecer negros.

Su piel estaba besada por el sol, dándole un aspecto más bronceado de lo normal, aun así sus mejillas permanecían tan sonrosadas como siempre.

Sus rasgos eran los mismos, aunque se habían tornado aún más finos, su cara era aún reconocible pero estaba muy diferente a la última vez.

Su pecho era más prominente que antes, pero no demasiado.

El vestido hacia el contorno perfecto de la forma de sus curvas, no eran exageradas pero si generosamente dibujadas.

- Buenos días, lamento la tardanza, tuve una emergencia- Su voz era igual de fuerte y vibrante que antes, siempre intimidada su tono y no de dejaba a alguien de lo que hablar.

- ¿Me pregunto si su emergencia tiene que ver con dormir más de la cuenta, mi princesa?- Otto se dirigió a ella con una mirada burlesca, como si disfrutará aquello.

- Nadie le preguntó- La rapidez de su lengua me sorprendió, su ceño fruncido reflejo determinación.

No pude evitar sonreír ante la contestación.

Vaya que tenía carácter.

Todos se miraron entre sí con incomodidad.

Pero Daemon miraba a su hija con mucho orgullo y a la vez gracia.

La manera de su mirada al ver a los demás, me resultaba muy hipnotizante y embriagadora.

- Abuelo, ¿Puedo sentarme contigo?- Pregunto a mi padre sentado en un sillón amplio.

- Claro que , querida- Mencionó y Aemma tomó asiento.

Su figura se contorneaba de una manera tan precisa como si de una escultura se tratase.

- ¿Mi tío Harrold cuando llegara?- Volvió a preguntar.

Creo que sigue siendo igual de parlanchina que antes.

- Llegará a la hora del banquete- Respondió para besarla en la frente poco después.

Aemma era la adoracion de mi padre, cosa que mi madre no le agradaba del todo.

- Alicent, agradezco el detalle de mi alcoba, fue muy considerado de tu parte- Su agradecimiento sonaba bastante genuino, a diferencia a los que yo solía escuchar.

Mi madre se giro con las manos entrelazadas y me dirigió una mirada.

- Gracias princesa Aemma, pero no puedo tomar el mérito de alguien más, la idea fue de Aemond- Mi madre tenia una mirada pícara entre sus ojos, y paseaba su mirada entre los dos.

Nothing to lose [Aemond Targaryen] Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin