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— ¡Te dije que no! — grito Niall.

— ¿Por qué? ¿Acaso tienes miedo? — dijo con el ceño fruncido Shawn.

El rubio se acerco al Canadienses con enojo.

— Eres un idiota — soltó mirandolo a los ojos.

— Y tu eres un hombre que no es capaz de afrontar la reali—

Shawn nunca termino de decir lo que pensaba porque Niall le había soltado una bofetada.

El rubio llevó sus manos a su boca totalmente sorprendido y al instante sus ojos se humedecieron.

— ¡Eso estuvo excelente! — dijo la mujer aplaudiendo — esa bofetada estuvo muy buena y sonó espectacular — comentó sincera con una sonrisa para comenzar a anotar algo en su libreta.

Niall muy arrepentido se acerco a su esposo y llevo su temblorosa mano a la mejilla de este.

Shawn sonrió de lado al ver la mirada de su hermoso esposo y coloco su manos sobre la de él cubriéndola por completo.

— No te preocupes amor, pegas como una niña — dijo divertido — hasta Liyah golpea más fuerte que tu — se burló.

A lo cual el rubio muy ofendido golpeó su hombro.

— Te hubiera a bofetado más fuerte — hablo soltando la mano de su esposo para volver a sentarse en el sofá.

Shawn negó divertido y se sentó a su lado.

Ambos había tomado la decisión de ir donde una psicóloga, la razón es que se dejaron meter miedo de las personas que los rodeaban.

Ya llevaban un año y medio de casados, en donde había ocurrido de todo, desde la compra de su propia casa hasta durar ocho meses enteros incluyendo el mes de la luna de miel, viajando por el mundo.

Se habían tomado mucha libertad y asumieron este nuevo paso en su vida como una especie de aventura, en la cual viajaron y conocieron nuevas culturas, comieron comida nueva disfrutando de absolutamente todo.

Para cuando llegarán volver a enfrentarse con el mundo real y ese era Shawn dirigiendo The Mendes empire mientras Niall lo apoyaba haciendo planes de estrategias para que el negocio creciera.

Así llevaban una perfecta armonía, en el trabajo Shawn era el jefe y Niall un líder en su área quien se encargaba de hablar con clientes extranjeros, ambos se veían en reuniones importantes por los cargos que mantenían y cuando llegaban a la casa, solo eran ellos dos, el canadiense gigante con apariencia a dios griego y el pequeño irlandés con complejo de princesa.

Todo era perfecto.

Pero... las personas no opinaban lo mismo.

》— ¿De verdad ustedes nunca han tenido una pelea? — pregunto Arthur.

— No — respondió Niall con tranquilidad.

— ¿Por qué? — pregunto Eliza.

— Porque tenemos buena comunicación, cuando una situación no nos gusta lo hablamos y llegamos a un mutuo acuerdo o a una solución, no hay necesidad de discutir y herirse — dijo Shawn con tranquilidad.

— Eso es preocupante — soltó la rizada — una pareja que no pelea no es una pareja real.

— Eli tiene razónconcordó el moreno.《

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