En busca de la felicidad [TERMINADA]

Capítulo 09

EZRA SMITH:

No puedo evitar sentirme feliz por esto, parece una tontería, pero quizá este sea el inicio de una nueva amistad con Leah, algo por lo que he estado luchando desde que la ví en el pasillo de la preparatoria. Este tipo de atracción es rara en mi pero aún así he decidido seguir el sentir de mi corazón y usar mi razón para sacar mis propias conclusiones sobre Leah, no tengo mucho pero creo que ella siente más de lo que admite...

Es más, ella esta confirmando mi teoría ahora mismo, tiene el rostro igual de serio que siempre sin embargo como ella lleva su libro de matemática universitaria entre sus brazos, puedo ver claramente como uno de sus dedos no deja de tener una especie de tic, repetitivamente, si tu ves su rostro no puedes notar nada malo pero si la observas detenidamente te vas a dar cuenta de que tiene pequeños tics cuando sobre piensa las cosas. Como quisiera que ella me hablase de cada uno de sus pensamientos, inseguridades o de lo que quiera, pero se queda callada, reteniendo cada cosa, no sé que tan sano sea eso.

Vamos Leah, háblame, voy a escuchar cada cosa que me digas sin juzgarte.

Por un momento se me cruzó la idea de abrazarla, no me gusta ver como se hunde en sí misma y solo ser un espectador de su muerte interna no es algo que quiera. Un pequeño piquete empezó a sentirse en mi estomago, mis brazos están inquietos, estoy seguro que si tuvieran vida propia se hubieran lanzado a ella para poder envolverla entre ellos, pero claro mi razón le puso un alto a los deseos de mi corazón, ella no me conoce, esta mas que obvio que no le gusta el contacto y si fuera a abrazarla de la nada seguramente rompería la fina línea por la que está caminando nuestra comunicación, no puedo arriesgarme.

— Llegamos - Su voz interrumpe el pequeño debate que había entre mi razón y mi corazón, ahora todos mis sentidos le están prestando atención a ella - Espero que puedas sentirte como en tu casa.

— Créeme no querrás que me sienta como en casa, soy un huracán de desorden.

Ella suelta una carcajada, algo seca pero fue una carcajada. Siento que acabo de desbloquear un logro en mi vida.

Hi5 mental.

— Supongo que me lo veía venir de ti.

— Lo tomaré como un cumplido - Le dije sonriéndole de oreja a oreja, como respuesta ella rodo los ojos - Es mejor verle el lado positivo a las cosas.

— Sólo tu puedes verle lo bueno a un desorden, en fin, ¿Entramos?.

— Es tu casa, se mi guía.

Ella avanza primero mientras yo le seguía por detrás, le eche un vistazo rápido a la entrada, había un pequeño jardín con pasto que parecía ser real aunque no lo sabría decir bien ya que mi experiencia con plantas nunca fue la mejor. Desde afuera la casa se veía grande, estoy seguro que al entrar voy a llevarme una gran sorpresa...

Y si que me la lleve, por un momento pensé que estaba en la casa de algún joven rico, se veía todo elegante y cuidadosamente ordenado, enserio parecía que la persona que puso cada adorno, mueble y cuadro lo hizo con una regla para que todo saliera a la perfección, además de que las paredes blancas con algunos adornos de color negro le daban una elegancia intensa, siento que vine con la ropa incorrecta, con todo esto enserio parezco plebeyo.

— ¿Quieres comer algo?.

Iba a negarme pero en ese momento mi estómago interrumpe lo que iba a decir, dándome la contraria claro. Me haces quedar mal.

— Supongo que eso es un si - Asentí levemente, algo avergonzado, desde ahora el estómago es mi órgano menos preferido del cuerpo humano - Ven, vamos a comer al comedor.

La seguí, al entrar me di cuenta de inmediato que mi cuarto era más pequeño que su comedor, el orden de cada cosa aun me impresiona pero supongo que es algo por lo cual su familia destaca, y debo admitir que son muy buenos en eso. Además creo que ese rostro tan inexpresivo también viene de familia, no sabes si está enojada o si esta feliz, lo único que si puedes ver es que sigue con vida.

Quiero entablar algún tema de conversación pero ella parece más cerrada que en la escuela, toda idea parece que me viene a la mente me parece muy mala y estoy seguro que fracasaría. Después de comer sin decir absolutamente nada decidí lavar los platos, ella no se negó lo cual agradezco ya que con la firmeza con la que a veces habla parece orden de general del ejército, cuando acabé de lavar dejé todo secando y luego me dirigí a la sala donde Leah estaba esperándome con sus libros en una mesa gigantesca, me senté a su lado y saque lo necesario para empezar a estudiar, claro que entre esas cosas necesarias para estudiar para mi esta mi teléfono, ahí guardo toda la música que necesito para seguir vivo.

Ahora que lo pienso, ese sería un buen tema de conversación, una buena manera de romper el hielo. No hay mejor manera de conectar con la gente que con la música, unidos en una misma melodía y representados por la misma letra.

Puede funcionar.

— ¿Qué tipo de música escuchas Leah?.

— Yo ya no escucho música desde hace años - Suspira de manera leve, me quedé sorprendido completamente - No me gusta ninguna.

Debe estar bromeando, no me lo veía venir, esperaba a que me dijera que le gustaba la música clásica pero jamás que no escuchaba nada de música. Eso debería ser ilegal.

— ¿¡Qué!?

— No me mires así - Dice ella rodando los ojos - Es algo normal, cada uno tiene sus gustos.

— Si, tienen distintos gustos pero de música, algunos prefieren el pop, otros el rock, etc.

— Pues a mi no me gusta ninguno.

— Nunca había conocido a nadie así, eres la primera.

— Lo tomaré como un cumplido - Se hunde de hombros, como si no le importara, yo seguía mirándola extrañado... aun espero a que me diga que esta bromeando - No estoy mintiendo Ezra.

— Es que es imposible, hay millones de canciones, cada día salen más y tu dices que de todas ninguna te ha llamado la atención.

— No puedo escuchar toda la música del mundo, pero si se que no me gustará.

— Quizá aún no escuchaste tu tipo de música, puedo ayudarte en eso.

Ella me miró de manera seria, con una ceja alzada, como si no creyera mis palabras pero sinceramente es algo que estoy dispuesto a hacer... Ademas quizá asi pueda descubrir eso que la tiene tan cansada, después de todo la música es la expresión del alma, donde los sentimientos fluyen y donde sale el verdadero tu, solo hay que encontrar la melodía ideal para que ella pueda expresarse.