Capítulo 29

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NARRADOR UNIVERSALLa vida no es fácil, no es ningún secreto, desde que cumplimos cierta edad nos damos cuenta de que la vida es mucho más que las historias que inventábamos con nuestros juguetes, el exterior puede ser tan aterrador como emocionant...

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NARRADOR UNIVERSAL
La vida no es fácil, no es ningún secreto, desde que cumplimos cierta edad nos damos cuenta de que la vida es mucho más que las historias que inventábamos con nuestros juguetes, el exterior puede ser tan aterrador como emocionante y pueden herirnos, así como nosotros también podemos herirle, existen tantas cosas que pueden hacer miserable la vida que si se tratara de escribir seguramente ese libro nunca tuviera un final.

Y las decisiones que se toman también influyen, más de lo que uno se puede imaginar, una simple decisión puede marcar el antes y después de alguien. Eso suena aterrador y a decir verdad lo es.

Leah solía aplazar mucho sus pensamientos, así como con James, ella evitaba el recuerdo de Ezra para tratar de sacarlo de su vida pero lo que ella ignoraba era que solo trataba de evitar lo inevitable. Mientras practicaba química en la soledad de su habitación no pudo evitar recordar el día en que ese chico de ojos heterocromáticos pisó su casa por primera vez, recordó su facciones y su manera de ser de aquel muchacho, esa personalidad la cual nadie puede ignorar...

La manera en la que le hablaba.

Lo transparente que puede llegar a ser.

Su preocupación por ella.

Todo Ezra Smith era perfecto ante los ojos de Leah, y lo extrañaba, pero su orgullo no le permitió admitirlo en ese momento.

Sacudió su cabeza tratando de disipar cualquier recuerdo de él pero al no conseguirlo decidió ponerse a hacer algunos de sus ejercicios, para no pensar en eso ella se llenaba de responsabilidades tratando de tener la mente de lo más ocupada, sin tiempo para recordar ni de sentir, su aburrida vida había vuelto a ser la misma y la única persona que estaba orgullosa de ello era su muy estricta madre, había cumplido su misión de hacer a su hija la copia exacta a ella con la intención de poder presumirla ante el mundo, que todos vieran lo correcta que era su hija a comparación de otros, lo recta y estudiosa que podía ser mientras que otros se entretenían divirtiéndose con sus distractores, llamados amigos.

Para su madre, la muerte de James y el distanciamiento de Hannah no fue ningún horror, si no un milagro, el dolor había dejado a su hija totalmente vulnerable y vacía, el momento ideal para encaminarla al camino de su "rectitud". Está más que claro que en no pensó en su hija cuando la convirtió en aquella chica que sufría por dentro, remplazó su vacío con otro vacío más grande y peligroso pero bueno, las madres siempre tienen la razón, ¿Cierto?.

Los días siguientes Ezra y Leah se trataron como desconocidos, mientras que ella conservaba su típico lugar enfrente de todos Ezra se trasladó hasta el fondo de la clase, ya ni siquiera se miraban a los ojos, todos los que los veían se quedaban sorprendidos, después de tantos momentos en que los habían visto juntos, lucían tan inseparables que nadie esperaba este presente, hubo muchos rumores pero ninguno cierto, nadie pudo acertar con la verdad que solo la conocía del todo Leah ya que ni Ezra sabía que les había pasado.

Ninguno hablaba con nadie, ambos se volvieron en aquello que trataban de combatir mientras se extrañaban en silencio.

En las noches, Leah se tomaba un respiro de si misma, tomaba aquellos audífonos nuevos que se había comprado hace poco y reproducía esa lista de reproducción que cada noche se hacía más grande, encontró muchas canciones que adoraba, al igual que encontró canciones que tiene ahí pero no se atreve a escuchar de nuevo.

Dos le recordaban a James.

Tres a Ezra.

Aunque pensándolo bien la mayoría le recordaban a Ezra, solo que ella no lo admitía. Una noche en medio de lagrimas tomó aquella caja de zapatos y la abrió a rápidamente viendo su interior, no quería huir más de su pasado, ella anhelaba dejar de sentirse estancada, encontró muchas cosas la cual le recordó mucho a la hermosa naturaleza extrovertida de ese chico de ojos marrones que ya no está, encontró el poema que había compuesto su mejor amigo para su cumpleaños, él tenía talento.

Después de un doloroso viaje al pasado ella supo que debía dejar ir a su mejor amigo, no tenía idea de como comenzar, hasta que una idea le vino a la cabeza, la casa donde vivía James con su familia...

Y esa idea nos traslada al presente, Leah ahora mismo está enfrente de la casa de su mejor amigo, llena de miedos y dudas pero a pesar de eso tocó el timbre de esa casa esperando respuesta, no la obtuvo rápido pero la obtuvo. Una señora le abrió la puerta, aquella mujer reconoció a Leah prácticamente al instante y al verla no pudo evitar abrazarla, al entrar Leah se topó con el padre de James, Dylan, él cual la recibió con alegría. Todos se sentaron en la sala, con una taza de té caliente.

Ahora se viene lo difícil.

— Lamento no haber aparecido después de... — Murmura lentamente Leah, reteniendo las lágrimas, los padres también hicieron lo mismo — Lo siento muchísimo.

— Oh Leah no tienes nada de que disculparte — Sonríe de manera piadosa la señora Esther, ese fue el límite para Leah la cual empezó a llorar — Fue... Es — Corrigió la madre — Difícil para todos, no tienes que disculparte y mucho menos sentirte culpable cariño

— Fuiste la mejor compañía que mi hijo pudo tener — Continua Dylan — Estoy agradecido de que a pesar de que nosotros no pudimos ser los mejores padres con él, tú estuviste siempre Leah, no sabes lo agradecido que me siento contigo — Ya nadie podía contener las lágrimas, todos empezaron a mostrar lo destrozados que estaban por la muerte de aquel chico — No sé ni como pagártelo.

— No señor, haber conocido a James fue suficiente.

— Fui injusto con él, no podré perdonarme eso jamás, y lo mínimo que debía hacer era llevar a su mejor amiga a que se despida de él pero por mi enojo con tu madre no lo hice, te culpé de algo que no tiene sentido — Empieza a llorar desconsoladamente, su esposa lo abrazó tratando de consolarlo — Lo lamento Leah, tu debías haber estado en su funeral más que nosotros.

La palabras del padre de James la desconcertaron, estaba confundida y ella ya no podía contener ninguna pregunta cuando aquel piquete la molestaba.

— ¿A qué se refiere?.

Los señores Allen se miraron entre sí, arrepentidos de haber dicho lo que han dicho, la verdad acaba de salir a la luz.

— Oh querida Leah, no era que te enteres así... — Dice completamente arrepentida la señora Esther — Pero supongo que algún día te ibas a enterar — Hace una pausa para tomar aire, pero ninguna pausa la prepararía para lo que estaba a punto de escuchar  — Mientras mi esposo hacía los papeleos para el funeral y entierro de mi hijo, encontré su teléfono, ví cada uno de los mensajes que tenías con él pero también vi su registro de llamadas, la ultima llamada que él tuvo fue con tu madre y fue unas horas antes de que él decidiera acabar con su vida.

Después de eso Leah se quedó congelada en su sitio, los señores Dylan y Esther hablaban pero ella no entendía nada, estaba procesando esta situación y sacando sus propias conclusiones, nada era bueno, por lo que despidiéndose de manera rápida de los padres de James se fue, pero la tristeza era lo mínimo que sentía, ella está llena de ira y se dirige al bufete de abogados de su madre...

Después de eso Leah se quedó congelada en su sitio, los señores Dylan y Esther hablaban pero ella no entendía nada, estaba procesando esta situación y sacando sus propias conclusiones, nada era bueno, por lo que despidiéndose de manera rápida de l...

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En busca de la felicidad [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora