Capítulo 6

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1

Walter se tomó de la cabeza y los muchachos abandonaron la cancha lentamente para que -si resultaba ser un golpe grave- no se vieran involucrados. Incluidos Iván y Jhonatan que se esfumaron del lugar inmediatamente. Los bancos se vaciaron y en un suspiro todos ya estaban en los portones saliendo tranquilamente.

Walter con mucho miedo se acercó al cuerpo tendido de Luz, levantó su cabeza y la puso en su regazo.

—¡Oh dios! ¡¿QUÉ HE HECHOOO?! —exclamó Walter sosteniendo el cuerpo inerte de su amada, bueno, sin tanto drama, no estaba muerta, pero tenía una pequeña hemorragia nasal causada por un pelotazo en el rostro.

—Auch... Mi... Mi nariz duele... —dijo Luz despertándose de su desmayo.

—¡ESTÁS VIVAAA!

—¡Auch! Mierda, soltáme —ahora se levantó y recordó todo lo sucedido, el tremendo gol de Walter y luego la impresión del pelotazo en su rostro— Claro que estoy viva, zopenco y... ¡¿QUÉ FUE ESO IDIOTA?!

—No... No fue mi intención...

—¡Mi nariz! ¡QUÉ MIERDA LE HICISTE A MI NARIZ! —gritó al pasarse un dedo y comprobar la presencia de sangre.

—A ver, dejame ver... Sacate las manos de ahí —dijo Walter acercándose a examinar la nariz de la afectada, a lo que ella se dejó examinar temerosamente— Sólo te sangra de un lado, el otro está bien, tapate el lado que sangra con un dedo, respira por el lado que está bien y ya al rato va a dejar de sangrar sólo —lo dijo recordando las sabias palabras de Iván.

—Auch... Ahora duele —Luz obedeció y pudo ver un hilito de sangre bajar por la nariz de Walter, producto de su anterior choque y que hasta el momento no había sanado del todo, ahora señalando la nariz de él dijo— pero, también te sangra la nariz.

—Ohh... Lo tengo descuidado, es por el choque de hace rato... —y tapándose con el dedo el lado del orificio nasal afectado, fue respirando cuidadosamente por el otro, aguantando el leve dolor frente a Luz.

Ya eran los dos últimos alumnos en todo el colegio, Walter se ofreció para acompañarla a su casa, y dado que ya había bajado el Sol y caía la noche, Luz aceptó.
Y así, fueron juntos en el atardecer caminando por la calle como dos tórtolos con la nariz rota, cada uno con un dedo tapando el orificio nasal afectado.

Al llegar ambos a su destino se separaron y cada uno entró a su hogar.

2

Como suponen Walter llegó a su habitación emocionado, se quitó y tiró el uniforme del colegio a un costado de la cama y en ropa interior se acostó frente al ventilador de pie exhausto por el partido.
Cerró los ojos, boca arriba, con un algodón metido en la nariz, totalmente distendido en la cama y con una sonrisa se puso a repasar su día mentalmente; estaba tan feliz que olvidó bañarse y tomar la merienda esa noche.

Se levantó a las 10 por una llamada de su padre, listo para cenar con un shorcito que encontró tirado bajo su cama, sin remera y oliendo a cebolla podrida.

—Walter, andas radiactivo —dijo su padre al sentarse a la mesa junto a él.

—¿Radiactivo?

—Irradias y contaminas con ese olor, pasas y dejas una estela verde asquerosa.

—Exagerado...

—Anda bañate, por dios.

—No es para tanto, papá.

—Acá hasta se me espanta el hambre, cuida tu higiene, ya estás en la adolescencia y tu cuerpo...

—Ay ya... —y se levantó de la mesa y fue a bañarse.

Amor fanático (Inédito)Where stories live. Discover now