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–¿Cuál prefieres? —dijo con una tierna sonrisa—.

-Ambos —contesté con emoción—.

– Cariño, pero sólo debes escoger uno, ¿cuál prefieres? —hice un puchero y rio para después darme un cálido abrazo—.

- Bien, llevaremos los dos, ¿sí?
—asentí felizmente y fuimos a pagarlo—.

Horas más tarde llegamos a casa y salí corriendo a mi habitación, estuve jugando con aquellos dinosaurio que no me percaté de que ya era super tarde. Bajé y todo estaba en silencio, fui hacia su despacho y vi que habían varias personas y como era alguien bastante curiosa me asomé.


?: Debes tener en cuenta que si hacemos eso podríamos meternos en problemas de vida o muerte.

?: ¡Mierda! pero esto no es nuestro problema.

- Lo sé, pero no hay otra opción
—contestó con tranquilidad, a pesar de que la situación no se veía de lo mejor—.

?: Siempre la hay, no podemos arriesgar a la familia.

Aquella platica se escuchaba muy tensa y mejor decidí subir a mi habitación, sabía que era algo malo y no tenía que decir nada. Me acosté y me quedé dormida en cuestión de segundos.

A la mañana siguiente me lavé los
dientes y salí en busca de él, cuando iba a mitad de camino me encontré a mi madre.


Mamá: Pequeña, ¿a dónde ibas?

- A buscarlo —su mirada bajó y negó llevando sus delicadas manos a mis hombros—.

Mamá: Tuvo que salir durante unas semanas pero todo estará bien, así que no te preocupes y baja a desayunar —asentí y me fui tal y como ella dijo—.

...

Me desperté sudando y mis manos temblaban. Me levanté y bajé hasta llegar a su antiguo despacho, abrí lentamente la puerta corrediza y entré a pasos lentos.

- Todo sigue igual —dije en voz baja—.

Toqué y observé a detalle cada cosa que había, mis ojos estaban llenos de lágrimas y mis manos temblaban cada vez más.

- ¿Por qué te marchaste? ¿Ah?
—reproché a la nada— ¿por qué nos abandonaste?

Me dejé caer al piso, no había ninguna luz prendida y no había ningún movimiento, sólo era yo y la noche. Sólo sé escuchaban lamentos y lloriqueos. Sé que pude haber hecho algo para evitarlo, sé que había otras opciones y por eso me odiaba, me odiaba tanto a tal grado de no querer volver a despertar, ese día puede haber hecho algo y eso me consume cada día.

Mi respiración cada vez se agitaba y era más rápida, no podía respirar y no había quién me ayudara, como pude me levanté y caminé a pasos lentos, todo a mi alrededor se volvió borroso y como pude salí de ahí. Mis pasos eran torpes y cada vez veía menos, traté de sostenerme de un mueble que se encontraba ahí pero fue inútil, mi cuerpo se desplomó y lo último que escuché fue algo quebrarse.

...

Abrí mis ojos lentamente, todo era borroso y mis ojos los sentía pesados, cuando pude ver con claridad miré a los lados y vi que estaba en una sala de hospital.

Mi mirada se posó en una persona, era mi madre, ella estaba sentada en la pequeña sala que se encontraba en la habitación, la observé unos minutos y vi que se encontraba dormida. Su respiración era lenta y sus facciones estaban relajadas.

Vi el reloj que tenía a un lado de mí y marcaban las 9:30 am. En eso escuché voces una era grave y la otra aguda.


Doctor: Señorita Jeon, ha despertado —dijo con una sonrisa en su rostro—.

Mi madre escuchó y se levantó de inmediato, su cara era de preocupación y aún se encontraba medio adormilada.

Mamá: Mi niña—se acercó y me abrazó—.

Permanecía callada y miraba con curiosidad a las personas que tenía frente a mí—.

Doctor: Bien, necesitamos checarte y después tendremos una larga charla, ¿okey?

Asentí y mi madre se hizo hacia el lado opuesto para que me checaran, a los minutos terminó y dijo que todo estaba bien.


Doctor: Enfermera Choi, puede retirarse por favor —asintió y salió dando una pequeña reverencia—.


Doctor: Tn, tuviste un ataque de pánico y ansiedad, da gracias a que tu madre llegó a tiempo y llamó a una ambulancia, de no ser así no sabemos que hubiese pasado. Aparte de eso has tenido una pésima alimentación dando como resultado una anemia.
—dio un ligero suspiro y volvió a hablar—.

Doctor: Has vuelto a lo mismo de hace 5 años. Sé que dejaste de ir al psicólogo, incluso dejaste de tomar tus pastillas. Hablé con tu hermanos y tu amigo y dijeron que últimamente no has estado bien. ¿A qué quieres llegar, tn?

Mi madre lloraba y sólo miraba al vacío, ¿a qué quería llegar? Realmente no hay respuesta, ¿qué me pasaba? No lo sé, simplemente esto me atormenta día y noche.

El doctor Anh ha sido alguien muy cercano a la familia, él nos ha atendido desde que tengo memoria.

Lágrimas salieron de mis ojos, sentí que mi madre me abrazó pero créanme que lo que menos quería en estos momentos es un maldito abrazo y más de ella, ¿por qué? Porque cuando más la he necesitado ella ha huido para así evitar también caer en un mar lleno de tempestades, donde todo se encuentra negro y es nubloso, donde hay un mar sin salida y hay algo consumiéndote poco a poco.

La solté bruscamente de su abrazo y ella logró comprender lo que quería.


Doctor: Si sigues así dentro de poco no habrá un mañana para ti, debes dejarlo ir y saber que nada de lo que pasó es tu culpa tn, debes de entender que sólo te estás lastimando y estás acabando contigo misma.

- ¡Maldita sea! no hable como si todo fuera tan fácil, no hable como si usted estuvo ahí y vio todo con claridad. Cierre su maldita boca y deje de decir cosas sin sentido —respondí enojada—.

Me encontraba bastante frustrada, había enojo, miedo, tristeza e ira, ¿quién era para decir cosas sin siquiera saberlo? ¿cómo podía decir que lo dejara ir?

Me quité el catéter para así poder salir de ese maldito lugar pero fue una estúpida idea, sólo logré lastimarme y a la vez entró un enfermero para que ambis me hiceran volver a la cama. Lo último que recuerdo fue escuchar a mi madre llorar más fuerte y el pinchazo de aquella aguja.

Mientras estaba dormida tuve un sueño, ese maldito sueño de siempre, ¿qué estaba pasando? ¿me estaré volviendo loca? A los minutos volví a abrir mis ojos y los sentía pesados, todo estaba nubloso.

Logré ver con claridad y miré hacia el reloj, eran las 4:00 pm. Miré en busca de mi madre y cuando la vi estaba viendo por aquella gran ventana. Sólo miraba y se escuchaba que lloraba.


- ¿Qué tienes? —pregunté—.

Mi voz se escuchaba algo baja y delicada, volteó y fue hasta conmigo.

Me dio una ligera y débil sonrisa, tomó mi mano y se sentó en una silla que se encontraba a un lado de la camilla.


Madre: Sé que he hecho mal las cosas desde ese día, sé que no he sido la mejor madre para ninguno de los tres —soltó un débil suspiro— sé que ustedes me necesitaban y lo siguen haciendo pero yo, yo he ignorado todo eso y sé que los está consumiendo poco a poco.

Madre: He tratado de salir de esa tempestad y fui tan egoísta que los hice a un lado, soy de las peores personas por dejar a sus hijos solos y que llevaran aquel peso solos. Sé que he fallado como madre y durante este tiempo créeme que me he odiado pero no puedo hacerlo bien, no puedo, princesa.


Mis ojos se llenaron de lágrimas y solté todo, aquello que dijo tenía razón pero también comprendía y sé que la ha estado pasando muy mal como nosotros, sé que mis hermanos a pesar de aparentar ser fuertes por dentro están mal. Algunas noches los he escuchado llorar sin que ellos se den cuenta y es normal, han pasado cinco años y es difícil olvidarlo.



LOVE IS THE TRUTH / Kim Mingyu.Where stories live. Discover now