001

88 12 29
                                    

Amaya había sido criado en Corea desde que cumplió ocho años, tal vez encontrarse con SeokJin fue la tercera más bonita casualidad que le había sucedido en su vida.

La primera había sido con su mejor amiga, HyeJin, se conocieron en la primaria y por alguna rara razón su amistad nunca se terminó; ella era la persona que conocía su vida y sus secretos, en la que más confiaba. Ambas se querían y en más de alguna ocasión hablaron sobre vivir juntas en un futuro sin embargo eso nunca sucedió y quedó como una hermosa promesa vacía.

La segunda era su profesora de literatura en la academia privada de la cual había perdido contacto, esa señora le había dado la confianza suficiente para no temer hablar en público, la conoció en su primer año de secundaria y la acompañó hasta el momento de su graduación; la última vez que le habló fue el día que más lloró porque sabía que era el final de una época que no quería terminar. Quería quedarse estancada ahí y no seguir creciendo, sin embargo eso no era posible, tenía que seguir creciendo y abandonar todo aquello que la hacía sentir segura.

La tercera fue SeokJin, el molesto hijo de la vecina que era amiga de su madre, nunca cruzó palabras con él hasta que cumplió quince años y una molesta cena familiar. SeokJin se podía resumir en desesperante pero con el paso de los días se dió cuenta que no era así y que tenían bastante en común. Él fue la persona que le enseñó su primer postre, el inició de su amor por la cocina y su amor a SeokJin; muchos creyeron que él fue su primer amor hasta el mismo seokjin cree esa mentira hasta el día de hoy pero no pueden estar más equivocados.

Y ahí vamos a la cuarta casualidad bonita y más triste de su adolescencia.

Fue cuando cumplió quince años, Lee Sunhwa, el chico de diecisiete años que se mudó por su misma calle. Fue su primer amor y su primera decepción pero no es como si pudiera esperarse mucho de ese chico, ella misma se ilusionó sin ninguna señal de amor por parte del chico. Pero nunca comento aquello.

Era su recuerdo vergonzoso de la adolescencia.

Por otro lado, las casualidades bonitas de Jin parecían ser totalmente diferentes.

La primera fue conocer a sus compañeros, era algo de lo que estaba profundamente agradecido; el entrar a la agencia fue una de sus mejores decisiones que pudo tomar en su vida porque encontró a los mejores amigos y un sueño.

La segunda fue Jeon Jungkook, la forma en la que se hicieron cercanos fue por el instinto de cuidarlo, parecía increíble lo mucho que podía crecer aquel niño que cuidaba. Y aunque no lo dijera en voz alta, lo admiraba un poco, por la fuerza de voluntad que tenía.

La tercera era Asou Amaya, la chiquilla japonesa que resultó ser hija de una de las comadres de su madre; la primera vez que se hablaron la chica lo había insultado de una manera que a día de hoy podía recordar, era muy baja y parecía un chihuahua enojado. Empezaron a llevarse bien hasta una cena de navidad en la que le enseñó a hacer pastel de chocolate.

Las casualidades bonitas no son duraderas, están ahí como un sueño, te dan felicidad pero desaparecen con facilidad.

— ¡Mierda! — se quejó Amaya mientras dejaba un plato de comida en la mesa, el cual estaba mal hecho— ¿¡Quién hizo el plato de la mesa 12?!

La mayoría de trabajadores la miraron con un poco de miedo y confusión, sin embargo una mano se levantó tímidamente entre todos. El chico nuevo que había entrado hace tan solo una semanas a trabajar.

— Sígueme — El chico caminó con la cabeza baja siguiendo a su superior y los demás siguieron en su trabajo— ¿Qué diablos crees que haces?

— Lo siento, prometo que no volverá a ocurrir

— ¿A quien regañaran si alguien se equivoca? ¡A mi! ¿Cómo puedes equivocarte en algo tan básico?

El aura de la chica era intimidante para el joven que estaba siendo regañado, lo dejó ir después de unos minutos. Ella se quedó ahí para recuperar su calma, no quería regresar a cocinar estando estresada, una llamada interrumpió aquellos momentos y contestó casi de inmediato.

— ¿Bueno?

— Satou, ¿Estás ocupada? — Amaya sonrió al escuchar la voz de Jin— Feliz aniversario cariño

— ¿Era hoy? — Cerró los ojos con fuerza al darse cuenta de su error— Lo siento Jinnie

— Debería disculparme yo por no estar en casa, igual creo que el fin de semana estaré ahí ¿qué hay de ti?

— Solo tengo turno en la mañana, pero en la tarde seré toda tuya

— Me encargaré de la comida

— ¿Has estado bien Jinnie?

— Aburrido, lo más relevante es que cambiaron de nuevo la coreografía, por cierto mira la foto que te envié — Amaya alejó el teléfono de su oreja y fue directo al chat de Jin.

— ¿Son las fotos de tu nueva canción?

— Sí

Amaya dio un pequeño grito de emoción, la emoción invadió su cuerpo cuando noto que estaba vestido su pareja. Era un doctor y uno muy guapo por cierto, nunca pensó en ver a Jin vestido de esa manera pero era mejor de lo que esperaba.

— Cada día estoy más convencida de que eres demasiado guapo — Jin rió al escuchar eso— No te rías, soy tu fan número uno, recuerda eso siempre

— Lo sé, por eso mismo le daré un regalo a mi fan número uno quien también es hermosa

— Sí me dices eso me pondré como un tomate

— Serás el más tierno tomate —unos pasos se escucharon en el fondo — ¡Jin hyung! ¿Es tu novia?

Amaya frunció el ceño al no poder reconocer aquella voz nueva que había interrumpido la conversación.

— ¡Noona! ¿Me recuerda? Soy Jungkookie — Amaya sonrió al escuchar el tono tan animado del niño, había llegado un par de veces a casa.

— Te recuerdo, ¿qué tal has estado?

— Noona, Jin hyung no me quiere cocinar, dígale que me consienta — En el fondo se escuchó un "No le hagas caso" por parte de Jin.

— Me encargaré de regañarlo y hacer que te consienta, te enviare un postre delicioso cuando me encuentre con Jin ¿de acuerdo?

— ¡Gracias Noona! — el teléfono le fue devuelto a SeokJin— Tengo que volver a ensayar, te amo

— Y yo a ti, envíame un mensaje cuando tengas tiempo

— De acuerdo, te amo.

Después de que la llamada se terminará, Amaya regresó a la cocina con un humor mejorado y una linda sonrisa. Tenía tiempo sin escuchar la voz de Jin, aquella llamada le había levantado el ánimo.

1,2,3... Testing LoveWhere stories live. Discover now