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La sensación de incomodidad inundaba por completo el cuerpo de Amaya haciendo que se removiera en el asiento trasero del auto

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La sensación de incomodidad inundaba por completo el cuerpo de Amaya haciendo que se removiera en el asiento trasero del auto.

SeokJin iba con los ojos cerrados mientras escuchaba música, iba sumergido en su propio mundo que no notaba la intensa mirada que le proporcionaba la japonesa.

Al llegar al aeropuerto los padres de la japonesa se despidieron con cariño de SeokJin, los padres de este se habían ido antes para poder instalarse y que el proceso fuera más rápido para su hijo.

—Ten un buen viaje —SeokJin revolvió el cabello de la chica con cariño y empezó a caminar.

Amaya lo miro irse, sentía que su corazón iba a salirse del pecho y sin escuchar las advertencias de sus padres fue detrás del coreano.

— ¡Hey, Seok! — gritó en un hilo de voz, el coreano volteo a verla confundido— Espera... — su pecho subía y bajaba con rapidez tratando de recuperar su aliento.

— ¿Qué sucede Satou?

— Yo... Creo que me gustas y... — Amaya sintió como sus lágrimas inundaron sus ojos— Creo que no quiero que te vayas de mi casa — murmuró en un hilo de voz— Eres molesto, como un grano en el trasero pero... creo que aún así me gustas

— ¿Qué?

— Cuando vuelvas... quiero ser tu novia, así que no importa cuanto tiempo pase, yo esperaré por ti ¿sí?

La vergüenza y la pena inundó a Amaya durante los siguientes meses, evitando contestar la mayoría de mensajes de SeokJin. Sin embargo un 12 de noviembre, el coreano apareció en su casa aunque la sorpresa se la llevó él al notar que la muchacha no estaba en casa ese día.

— ¿Me trajiste algo? — preguntó SeokJin, que estaba acostado en el sofá viendo televisión, cuando vio entrar a la chica por la puerta sosteniendo un pequeño ramo de rosas.

— Que te importa Seok — habló cansada, tardo unos segundos en reaccionar que el chico estaba ahí— ¿Cuándo volviste? 

— Hoy en la mañana, tu madre me dejó quedarme aquí y me dijo que estabas en una cita

— ¡No es lo que piensas! — Amaya se apresuró a quitarse los zapatos y entrar a la sala, dejando tirado lo demás— Salí solamente para rechazarlo 

— Mhm... Amaya — La chica se detuvo cuando el coreano la llamó por su nombre, SeokJin se sentó en el sofá e hizo que ella se sentará a su lado— Lo que dijiste aquella vez... ¿en verdad te gusto? 

— No hables tan serio, me da pena... — La mirada de Amaya bajo hasta sus pies— Entiendo si no correspondes mis sentimientos así que no te sientas presionado 

— Podemos intentarlo ¿qué dices?

— ¿Cómo?

— Intentemos tener una relación así que tengamos una cita mañana Satou

Jin masajeaba los pies de Amaya quien ni siquiera se había quitado por completo de el uniforme de su trabajo, esta había llegado de un largo turno de trabajo y al ver a SeokJin sus ojos parecieron iluminarse; así que ahí estaban ellos, en el sofá ...

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Jin masajeaba los pies de Amaya quien ni siquiera se había quitado por completo de el uniforme de su trabajo, esta había llegado de un largo turno de trabajo y al ver a SeokJin sus ojos parecieron iluminarse; así que ahí estaban ellos, en el sofá viendo un drama mientras la japonesa recibía un merecido masaje de pies.

— ¿Cuánto tiempo te quedarás Jinnie?

— Dos semanas, seré completamente tuyo. Ya planee una cita bueno vacaciones porque tendremos que quedarnos allá 

— Pediré permiso mañana pero ahora no tengo fuerzas ni para existir 

Después de un buen descanso, la pareja emprendió un viaje en autobús de horas. Compartieron audífonos y durmieron sobre el hombro del otro; SeokJin tomó bastantes fotos de su pareja cuando el sol estaba en su mejor punto, así fue todo el viaje hasta que llegaron a su destino.

Una hermosa playa.

Tomaron un taxi hasta llegar al hostal en donde se iban a hospedar, era pequeño pero bonito además de que quedaba frente al mar, la mayor parte del hostal estaba hecho de madera y las cortinas eran blancas semi-transparentes. 

— Amo este lugar Jin — Amaya se tiró en la cama disfrutando de la comodidad de esta, Jin se puso arriba de ella atacandola con besos en su rostro— Basta Jin — habló entre carcajadas.

La mirada de ambos se conecto y Jin, parecía ver las estrellas en los orbes negros de Amaya, aquellos ojos brillantes y expresivos los amaba por completo. 

— ¿Qué quieres hacer primero cariño? 

Amaya enredo sus manos en el cuello de SeokJin manteniendo una hermosa sonrisa en su rostro. Oh, aquella sonrisa que SeokJin amaba ver en las mañanas.

Y su primera noche en aquel lugar fue de aquella manera, uniéndose en cuerpo y alma,  con los jadeos inundando la habitación y al final de aquello unas largas horas de sueño.

La mañana del día siguiente fue SeokJin quien despertó de último, Amaya poseía tanta energía que el coreano no podía explicarse de donde provenía. Caminando por todos lados, jugando en la playa mientras sostenía la mano de SeokJin quien intentaba seguirle el ritmo.

El sol que estaba en uno de sus puntos más hermosos, el fresco mar y la sensación rara en los pies gracias a la arena, era la fórmula para una cita casi perfecta.

— ¿Deberíamos comer ostras? — Amaya sonrió cerrando el menú que tenía en sus manos, Jin hizo una mueca que hizo que ella riera, sabía que él odiaba eso— O podríamos comer camarones 

— ¿Cómo es que te gusta tanto la comida de mar? Elijo comer algo más 

— No se porque no te gusta, es deliciosa 

La noche estrellada se podía ver desde la ventana de la habitación, el frío viento entraba por todo el lugar pero eso no parecía causar nada en la joven pareja que charlaba con ánimo

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La noche estrellada se podía ver desde la ventana de la habitación, el frío viento entraba por todo el lugar pero eso no parecía causar nada en la joven pareja que charlaba con ánimo.

— Si algún día mueres SeokJin... estoy segura de que moriría contigo 

— Entonces voy a vivir una larga vida 

Esa noche fue como si alguna cerradura imaginaria en la relación se hubiera sellado, ¿acaso estaba mal desear mucho

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