Capítulo 15

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Valentina nunca había conocido a los Valdés, seguramente escuchó de ellos en alguna de las conversaciones de su familia, pero si fue así no le había dado la suficiente importancia al nombre, de todas formas, los asuntos de negocios siempre se los dejaba enteramente a ellos. En ese momento deseaba con todas sus fuerzas haber prestado más atención a las conversaciones de su familia y no andar tanto tiempo en el "mundo del yupi" como su hermana tan cariñosamente les decía a sus constantes distracciones. Si hubiera sido así, entendería mejor la importancia de esta cena familiar y como su padre la había convertido en una improvisada reunión de negocios.

Desde que comenzó la cena, su papá, Eva, Mateo, Lucía y Andrea se habían enroscado en una conversación muy intensa sobre el manejo de los medios de comunicación y las próximas elecciones presidenciales, su hermano Guille aportaba lo suyo de vez en cuando y Valentina solo asentía educadamente.

Pero ese no era el problema.

Valentina estaba más que acostumbrada a este tipo de cenas, cuando su padre invitaba a alguien importante para cenar siempre con una meta de negocios en mente y ella y sus hermanos debían ser los niños perfectos. Con los años sus hermanos se habían ido involucrando más en dichas conversaciones y el negocio familiar en general mientras ella se había dedicado a ser la hijita menor que sonreía bonito y no molestaba a los adultos. Nunca había tenido problema con ello, podía llegar a ser solitario a veces sí, pero esas cenas eran escasas, su padre no invitaba a cualquiera a su hogar, y Valentina siempre encontraba la manera de entretenerse sola. A eso estaba acostumbrada, al trato extra amable, los modales de primera y las palabras artificialmente bonitas, a lo que no estaba acostumbrada en lo absoluto era a que dicho trato sea dirigido a su novia, quién hacía su mejor esfuerzo para no parecer un conejito atrapado en la trampa de algún cazador furtivo.

Juliana quien al parecer pertenecía a una familia muy importante (todavía ni comenzaba a procesar todo eso) y quien parecía querer estar en cualquier lugar menos en ese. Ni siquiera parecía estar disfrutando verdaderamente de la comida porque estaba comiendo en automático, se llevaba bocado a la boca cuando la mayoría lo hacía y respondía a las preguntas (hasta ahora bastante simples gracias a Dios) con oraciones cuidadosamente armadas, como si lo hubiera ensayado todo. La ojiazul se preguntó si secretamente había ensayado sus respuestas para esta noche y su corazón se estrujo de ternura y pena por la dulce chica. Deseaba al menos estar sentada a su lado para sostener su mano, pero su dichosa prima Lucía le había robado el asiento y se encontraba a su izquierda, Andrea estaba a la derecha. Su Juls estaba atrapada.

- Bueno, creo que hemos hablado bastante ya de la cobertura periodística que debe armarse dentro de los siguientes meses, estamos aburriendo a las más jóvenes aquí.

El comentario de Andrea que daba por terminada la charla de negocios alertó a la castaña, eso solo podía significarse que era su turno, tragó en seco disimuladamente.

- Tonterías, los jóvenes andan más informados que nunca y si no es así lo deben de estar – León objetó – además, mi Vale está estudiando Comunicaciones, es la única que no estudió gestión de empresa o administración. Ella va ir directo a la acción.

Valentina le sonrió a su padre como él seguramente anticipaba y rogó secretamente para que alguien iniciara un nuevo tema que no la involucrara a ella.

- Claro, Valentina estudia esa carrera sí me lo comentaste la vez pasada ¿así es cómo conociste a Juliana? – preguntó Andrea muy interesada dirigiendo todos los ojos a ella y su novia.

Maldijo internamente, cualquier tema que no la involucrara a ella o a Jules, supuso que era tiempo de poner su mejor cara y sacar a relucir el encanto natural que siempre le funcionaba tan bien. Sonrió amablemente.

El corazón roto de Juliana ValdésWhere stories live. Discover now