Capítulo 2

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Limbo estaba en el limbo o sino era eso, entonces era un lugar muy tranquilo en dónde sus pensamientos flotaban de manera pacífica, quizás eso era estar muerta. Así que finalmente había pasado, los médicos le habían dicho que viviría mucho tiempo, pero alguien siempre logra superar las expectativas médicas, solo esperaba que su mamá no se olvidará de alimentar y limpiar el tanque en dónde tenía a su tortuga y dar sus libros a la caridad, quizás debió dejar un testamento escrito o algo así. Bueno, ya estaba hecho, se había ido y al parecer de una manera pacífica que...

- ¡¿Por qué no despierta todavía?! – de repente escuchó la voz histérica de su madre, no, no estaba muerta.

- ¡Han pasado horas! ¡horas me oyó! – y para nada pacífica.

- Señora, estás cosas se ven a menudo, después de un episodio así el paciente entra en un cuadro que... - Juliana bloqueó las palabras del doctor, estaba hasta el hartazgo de los términos y explicaciones médicas, esos se los dejaba a su madre, y pensar que de chiquita jugaba a la doctora ¡ja! Ironías de la vida. Permaneció así por unos minutos más hasta que Lupe parecía estar lista para demandar a alguien y fue entonces cuando decidió abrir los ojos.

- Lupe...deja el reclamo para el juzgado ¿no crees? – habló con voz ronca, su madre respondió de forma automática.

- Te he dicho que no me llames Lupe, esta mocosa que... ¡Juliana! – corrió hacia ella mientras los médicos hacían ademán de detenerla para revisar al paciente primero, obviamente no tuvieron éxito, por un momento pensó que su madre la aplastaría, pero en lugar de eso solo tomó su rostro con delicadeza y sollozó en su hombro mientras aspiraba con fuerza parecía que no quería ver su rostro o no quería mostrarle el suyo. Juliana sintió el deja vu de años atrás y decidió que mantendría la compostura por ambas... o al menos lo intentaría.

- Ya Lupe, toy bien ya no me duele ni la uña y sabes que puedo llegar a ser bien dramática si me lo propongo.

- Eso no es cierto – al fin respondió su madre, Juliana hizo una mueca, estaba en lo correcto, a ella no le gustaba solo quería hacer borrón y cuenta nueva y dejar todo este episodio atrás y lo que lo provocó. Su madre dio pasó a los médicos que le hicieron las preguntas usuales para evaluar su lucidez y el examen físico neuronal, una vez terminado su doctora le sonrió e incluso postrada en una camilla y con su madre a centímetros de ella, Juliana no pudo evitar devolvérsela, ella tenía una bonita sonrisa (pero no ahondaremos ello, al menos no otra vez).

- Bueno paree que todo se ve en orden- comenzó.

- ¡Perfecto! Entonces me puede dar el alta hoy – se apresuró e hizo ademán de querer enderezarse de la cama, su doctora coloco una delicada mano sobre su hombro, Juliana no volvió a moverse.

- No tan rápido, todavía no hemos platicado a fondo sobre el incidente ¿empezamos por lo bueno o lo malo? –la muchacha y su madre se miraron por un segundo.

- Lo malo – al unísono, al menos siempre estaban de acuerdo en algo.

- Tuviste lo que coloquialmente se conoce como un pre infarto – su madre ensanchó los ojos y su mano tomó al instante la de su hija apretándola involuntariamente con fuerza.

- Así es, se presenta de distintas maneras y los síntomas son similares a los de un infarto solo que las secuelas no son tan graves como uno y está el factor de tu juventud, lo cual vendría a ser lo bueno de todo esto – Juliana no se inmutó.

- Así que ahora estamos con esas huh, pre infartos wow ¿Qué procede entonces? ¿anticoagulantes? ¿internamiento? ¿me van a volver a abrir? – la doctora negó suavemente, su sonrisa tranquilizadora y amable no desaparecía de su rostro.

El corazón roto de Juliana ValdésWhere stories live. Discover now