Capítulo 21

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Juliana solo podía observar a la muchacha sentada frente a ella con una expresión inescrutable, estos dos últimos días llevaban siendo una mierda o bueno para ser más específicos todo parecía haber tomado un giro para lo peor desde la noche pasada. Y es que había que analizar los hechos en orden, primero, su novia se había medio enfrentado con su supuesta mejor amiga frente a ella antes de ingresar a la fiesta de cumpleaños de su hermano mayor. Fiesta que tenía a Juliana nerviosa por días puesto que solo buscaba causar una buena impresión, segundo, su novia había desaparecido de su lado provocando que ella la buscara por toda su ca...mansión, hasta que por fin dio con ella. Y ahí viene lo tercero y la peor parte de la velada, su dulce y amorosa novia parecía estar completamente fuera de sí bordeando la agresividad con ella y provocándole un patético ataque de pánico.

"Yo no estaba viendo a Val, por un momento estaba viendo al chino" pensó, temblando ligeramente ante aquel recuerdo, no es que Valentina se haya comportado exactamente como lo solía hacer su progenitor "No, el chino, era un verdadero monstruo" es solo que Juliana no había tenido una confrontación similar a ese tipo desde que tenía 13 años e intentó interponerse entre sus padres para que no golpearan a su madre. Demás está decir que acabó con el labio partido y con Lupe llevándosela a casa de sus tíos todo para que volvieran dos semanas después con la esperanza de que este le diera el divorcio y la casa. Chino aceptó, solo que seguía alargando las cosas a propósito lo cierto es que no planeaba dejar a su madre, en esa casa se iba a seguir haciendo lo que él mandara, pero luego vino el accidente y el resto era historia.

Juliana, no sabía que le había sucedido cuando se encontró con una Valentina alterada, no entendía como sus reclamos habían detonado en ella un trauma que creía haber superado. Aunque, para ser sincera, ella sabía que eso era algo que le había dicho a Lupe solo para que dejara de mandarla al psicólogo, la verdad es que nada estaba superado solo enterrado en lo más profundo de su subconsciente.

Tampoco es que estuviera defendiendo la actitud de su novia, pero algo en ella le decía que esa versión fuera de sí no era su Valentina, sino una impostora que la suplantó por unos momentos y luego volvió a ella para sostenerla cuando Juliana sentía que se estaba derrumbando física y emocionalmente. El resto de la noche no la tenía del todo claro, recordaba a Lucía viniendo por ella, el largo camino a casa donde ella intentaba sonsacarle la verdad de los hechos ocurridos y mientras Juliana solo se dedicaba a observar las calles pasar en trance, con la mente entumecida y los labios sellados.

Su madre la había recibido, ella solo había podido saludar con la cabeza para dirigirse a su cuarto ignorando los llamados de Lupe. Cree haber escuchado las voces de ambas mujeres hablando abajo pero no logró distinguir nada de lo que se decía e igual poco le importaba, se había quitado el vestido y metido a la ducha, esperando que el agua fría en la madrugada le ofreciera algo de claridad. Lo único que logró fue mantenerla despierta y un tanto más lúcida, desde entonces había alimentado a su tortuga y se había puesto los audífonos para bloquear el ruido del resto del mundo. Y ahora estaba en la misma posición de antes solo que frente a ella se encontraba la persona que menos esperaba ver, Juliana creía que había sacado una conjetura bastante precisa sobre quien era la chica que ahora la miraba fijamente pero después de escuchar su relato ya no estaba tan segura de nada.

- ¿Por qué...por qué me cuentas todo esto? – después de una hora de escucharla la morena al fin había encontrado su voz.

Bianca sonrió con pesar y al fin desvió la mirada de ella para observar el resto de la habitación. Había llegado con Amy hace más de una hora, la fiesta parecía haber tomado un giro interesante cuando de repente el anfitrión comenzó a despedir a la gente y la chica de cabellos azabaches y piel pálido se encontró con una pelirroja semi desmayada al lado de la pileta. Por supuesto que la había reconocido y vio esto como una señal de demostrar que ella no era la mala de la película, le había preguntado a la muchacha a penas consciente sobre su dirección, pero esta solo atinó a mostrarle su celular con la ubicación de donde vino "Juli" dijo la chica después de quedarse dormida o desmayada en la parte trasera de su auto y Bianca asumió que ahí es donde la dejaría.

El corazón roto de Juliana ValdésWhere stories live. Discover now