Capítulo 6

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Amy no se consideraba una experta en relaciones, de hecho, su experiencia en el campo del amor era mínima; y, hasta el día de hoy, aun no era capaz de darle una clasificación al tira y afloja que tuvo con alguien justo antes de venir de intercambio a este país. Y, una vez aquí, se dio cuenta de que socializar mucho no era lo suyo, por lo que no le veía futuro a su situación sentimental por el momento. No era la gente en sí, todo el mundo le había dado la bienvenida con los brazos abiertos y eran muy amistosos, pero hasta ahí llegaba la cosa para ella, la única persona con la que había logrado conectar era Juliana y eso era porque podía verse reflejada en muchos de los comportamientos de la chica. Se entendían bien porque sus personalidades compartían muchas similitudes; aunque, últimamente había llegado a la conclusión de que ella tendría que ser la extrovertida de las dos, de otra manera, ambas estaban condenadas al ostracismo social.

Ella era la que prácticamente había arrastrado a Juliana a comer con otras personas y la que la había animado a ser parte de las conversaciones, seguía siendo la más callada del grupo, pero algo es algo. Y, ahora que le había confesado el secreto de su condición, no a grandes detalles, pero el resto era deducible, Amy sentía que comprendía un poco más el porqué de su actitud reservada. Por lo que, su confusión al verla prácticamente escondida detrás de una de las columnas de la pared del edificio donde recibían clases, mirando para todos lados de manera un tanto paranoica era perfectamente entendible. Era la cuarta vez seguida esta semana que la veía en ese plan; si bien, no compartían todas las clases, sí terminaban a la misma hora y siempre se reunían para charlar o simplemente pasar el rato haciendo algo. Pero, desde el martes, Juliana parecía estar en constante apuro al final del día ¡y eso ni siquiera era lo más raro! Lo curioso era que, en lugar de caminar a la salida como una persona normal, su amiga se escabullía hacia la salida cuan ninja sacado de alguna parodia de televisión. En cualquier otro momento, Amy se hubiera reído de la situación y le hubiera dado tiempo a la morena para superar lo que sea que le estuviera pasando en ese momento; pero, su actitud ansiosa y el gigante chupetón que pudo divisar en su cuello debajo de la chalina que llevaba puesta ayer, le decían que era momento de una intervención. El problema era que no sabía exactamente cómo abordar el tema, Juliana podía ser como un animalito asustado a veces por lo que no estaba segura de que el humor funcionaría en esta ocasión.

- Hey, girl! He notado que al parecer fuiste atacada por un vampiro y ahora te ocultas como si le temieras al mundo exterior y a la gente ¿de qué va eso ah?

Amy podía visualizar la expresión de vergüenza total en la cara de Juliana si le decía eso por lo que ese plan estaba descartado. La otra opción era hacerle encerrona en algún salón y forzarla a revelar sus secretos, pero eso seguramente la pondría aún más ansiosa de lo normal y ella no estaba dispuesta a arriesgar su salud cuando pretendía ayudarla. Suspiró mientras veía a Juliana apresurándose hacia la salida y desapareciendo de su campo de visión – Ahí va mi oportunidad – pensó – And today is Friday! ugghhh - ¡genial! Ahora tendría que esperar todo el fin de semana para hablar con ella – al menos tengo tiempo para pensar en un plan – se dijo intentando animarse cuando, de repente, una visión apareció para iluminarla. Juliana había estado perfectamente bien el día lunes y luego había tenido un cambio drástico a partir del martes, por lo que algo le tenía que haber pasado el lunes para ponerla así. Y ese algo tenía nombre y apellido y estaba caminando a paso presuroso hacia ella.

- ¡Amy! Qué bueno que te encuentro, supongo que sabes en dónde está Juls – dijo Valentina Carvajal prácticamente sin aliento y con una mirada cargada de esperanza y ansiedad. Bueno, Juliana no podía volver a decir que no tenía nada en común con esta chica.

- She just left, I'm sorry

- Of course she did – respondió la ojiazul con voz apenada, Amy casi que sentía pena por ella, casi.

El corazón roto de Juliana ValdésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora