EIJIRŌ KIRISHIMA [ESPECIAL]

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kqkwkqisoqlsl

hola

(desaparece 4 meses más)

ES BROMA

bueno, a estas alturas, quién sabe

ya me diréis qué os parece el desarrollo de la historia, porque a mí..., mmmm..., si tuviera un poco más de inspiración, más paciencia y más tiempo... pero anyway, no creo que haya quedado mal

a ver el siguiente..., algo así salseante también... de hecho, tengo una idea de katsuki en un grupo de música tocando, como no, la batería JAJS

palabras: 20 916 (lolaso)

finalizado: 11/04/2023

°°°

Eijirō no sabe exactamente qué hace ahí. De un momento para el otro, se ha visto arrastrado fuera de su habitación (aunque tampoco ha puesto mucha resistencia) y ha dejado que sus amigos le hayan vestido y le hayan perfumado.

Sin embargo, a pesar de tener esa pequeña incomodidad por no haber podido decir nada al respeto y haber sido empujado como si un muñeco fuera, Eijirō tiene curiosidad por saber qué es lo que están a punto de presenciar. Tienen la vista perfecta del escenario: las cortinas rojas están corridas y la gente en silencio, expectante.

Intenta imaginarse a qué tipo de espectáculo les ha traído Shōto.

—¿Tú sabes a qué hemos venido? —le susurra el pelirrojo a su compañero, Izuku.

—La verdad, no —admite el pecoso, dejando ir una risa nerviosa—. Pero parece que está a punto de empezar.

En efecto, dichas cortinas rojas dejan al descubierto un escenario cubierto con una especie de nebulosa que dramatiza el ambiente. Si Eijirō pudiera, se inclinaría aún más del asiento, demasiado ansioso como para poder soportar el suspense.

Efectos especiales entran, truenos, rayos..., y dos figuras que aparecen a cada lado de la escena. Maravillado, Eijirō se da cuenta de que Shōto les ha traído a una performance de baile clásico. No es la actividad que el pelirrojo frecuenta, pero tampoco se hubiera negado nunca a disfrutarlo si la oportunidad se le hubiera presentado.

No se da cuenta, pero queda hipnotizado por los movimientos de los bailarines. Tienen una delicadeza que él no posee; más bien, Eijirō se ve como alguien rudo, un poco brusco. Intenta ser delicado, por supuesto, pero su complexión grande y ancha no se lo permite la mayor parte del tiempo.

Y de pronto, aparece una bailarina en solitario.

Camina con una suavidad y de una manera tan grácil, que a Eijirō le resulta imposible quitarle el ojo de encima en todo lo que dura el espectáculo; le ha robado toda la atención. La piel pálida y maquillada brilla debajo de los focos, que también la siguen. Su expresión hierática, a veces triste, a veces enfadada, no sale de los parámetros de la perfección. A Eijirō le falta el aire mientras ella gira, salta, estira, se deja caer, se deja abrazar. Eijirō mueve la cabeza cuando ella se desplaza. Eijirō sigue la historia con el corazón en un puño y suspira cuando todo termina satisfactoriamente.

Y aplaude al finalizar el evento. Se levanta e intenta localizar a la protagonista entre todos los demás. No sabe qué es lo que le ha atrapado tanto, qué es lo que le ha hecho embriagarse de toda esa exquisidez, pero quiere felicitarla, darle la mano. Quiere verla, hablarle en persona, que reciba sus cumplidos.

El libro prohibido de BNHA (+18)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum