El libro prohibido de BNHA (+18)

❀ Midoriya Izuku Villain ❀ [ESPECIAL]

Midoriya Izuku Villano/Yandere AU

19.000 palabras después, aquí está.

Cualquier cosa extraña que encontréis en el shot, no es un error de Wattpad, así que avanzad sin que os importe nada.

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—Él es Midoriya, Midoriya Izuku, pero también podéis llamarle Deku si queréis.

—¿Deku? —inquirieron sus compañeras con sorpresa—. Hum...

—Oh, no, no os preocupéis —aclaró el aludido con la mano en la nuca y una afable sonrisa—. No me molesta, es un apodo que me gusta —explicó mirando de manera cómplice a su amiga. La muchacha asintió y le devolvió la sonrisa—. Debería irme ya. ¡Nos vemos en clase! —se despidió, alejándose mientras les decía adiós con la mano.

Cuando hubo desparecido tras la esquina, las jóvenes presentes se pusieron a opinar.

—Es un cielo.

—Súper amable.

—¿Son todos así en tu escuela?

—¿Cómo es así de gentil y respetuoso? Ojalá tener a un amigo chico así.

Siguieron hablando sobre Izuku mientras ella recibía esos halagos como si fueran dirigidos a su persona. Estaba orgullosa de que formara parte de su círculo de amistades, pues se llevaba bien con todos y no había absolutamente nadie que lo odiara o que le cayera mal. Era sencillamente imposible.

Pasó unos minutos más con ellas, pues estudiaban en sitios diferentes y se reunían una vez cada dos semanas a causa de lo ocupadas que estaban, y caminó en dirección a su apartamento, ya que debía recoger los libros de su siguiente asignatura.

Seguía sin creerse que hubiera entrado a la UA. Desde pequeña le habían dicho que no tenía talento, que su Particularidad era demasiado normal y que ella no sabía manejarlo bien. Creció en un ambiente que la apoyaba poco y, a pesar de todas las desmotivaciones, logró superarse a sí misma y trabajar como nunca antes. Se independizó, se encerró en su habitación, estudió para mejorar sus notas y poco después se dedicó a entrenar.

Giró a la derecha mientras buscaba las llaves dentro de su bolso y, por el rabillo del ojo, entrevio una sombra. Se quedó quieta, petrificada, ya que se hallaba en un callejón demasiado solitario para ser el mediodía, y observó su alrededor con cautela. Esa misma sombra se escurrió a su izquierda. La joven apretó los labios y trató de recordar en ese mismo instante si realmente la había visto. Paró la oreja para reparar en si había pasos o algún sonido sospechoso, pero solo se escuchaba el agua de las tuberías y como mucho los quehaceres de los vecinos.

Como no sucedía nada interesante ni intrigante, siguió avanzando, pero con más precaución. Pegó su bolso a su cuerpo por si querían robarle y aceleró el paso, subiendo las escaleras metálicas con prisa. Sentir que la seguían o que estaba siendo observada le causaba ansiedad. Prácticamente ascendió las escaleras de espaldas para asegurarse de que todo había sido su imaginación y en realidad no la estaban mirando, y al girarse se chocó con alguien.

Se alejó al instante con el corazón desbocado, y, al reconocer a la persona, respiró de alivio.

—Eras tú, Izuku.

Él no quería que ella le dijera «Deku». Para ella era «Izuku», nada más. 

—¿Ocurre algo? Pareces agitada.

—Tenía la sensación de que alguien me estaba persiguiendo. Paranoia mías, probablemente.

—¿Seguro que estás bien?